Los Angeles. AFP. La cinta El libro de la vida , producida por Guillermo del Toro y fuerte candidata el Óscar en la categoría de mejor filme animado, homenajea en todo esplendor una tradición muy mexicana: el popular Día de Muertos.
Con una propuesta 3D llena de color, música y refinada estética folclórica, El libro de la vida llegó a los cines nacionales para narrar la historia de Manolo (Diego Luna) y Joaquín (Channing Tatum), dos grandes amigos que quieren ganarse el amor de la princesa María (Zoe Saldaña).
Para conquistar a María, ambos personajes desplegarán sus habilidades, en lo que podría llamarse una sana competencia por el amor.
Sin embargo, desde el cielo, una apuesta entre La Muerte (Kate del Castillo) y Xibalba –personaje inspirado en la cultura maya– termina llevando a uno de los protagonistas al más allá.
¿Quién conquistará a la bella María? O más bien, ¿quién terminará tratando con los muertos? Así comienza una historia de descubrimiento personal salpicada de alegría y mucha fiesta.
Al realizar el proyecto, el mayor reto al que se enfrentó su director, Jorge R. Gutiérrez, fue contarle al mundo lo que significa para los mexicanos el Día de Muertos, que se celebra el 2 de noviembre.
¿Cómo lograr eso pensando en un público estadounidense o no mexicano? “Guillermo (del Toro) siempre me decía que esta película debía ser para todo el mundo, pero sin defraudar a los mexicanos haciendo una cochinada”, explicó Gutiérrez.
La presión fue tan grande “que no me dejaba dormir”, afirmó.
La estética de la película es puro folclor mexicano, con personajes que se inspiran en los juguetes que usaban los niños humildes de México y un decorado que rememora el mundo de fantasía en el que creció Gutiérrez.
Un respiro. El proyecto tardó 14 años en ver la luz, después de que los estudios de Hollywood se convirtieran en un auténtico obstáculo para que llegara al cine.
“Decían que no había público para esta película, que la historia no interesa a nadie. Además, todo el mundo juraba que era una película de zombis”, relata Gutiérrez.
Sin embargo, hace seis años, Del Toro accedió a escuchar de qué se trataba el proyecto de Gutiérrez y terminó fascinado.
“Este es el tipo de proyecto en los que me gusta involucrarme y sobre todo proteger”, dijo el productor. Y agregó: “Esta historia me conquistó porque es personal para Jorge”.
Como buen padrino, Del Toro se encargó de guiar a Gutiérrez a la hora de pulir la historia, convencer a los estudios para que se sumaran al proyecto y buscar las mejores voces para unos personajes verdaderamente fantásticos.
Así convenció a Diego Luna para que tomara el primer avión a Los Ángeles y se dejara conquistar por la historia. El flechazo fue inmediato con Manolo, joven que debe convertirse en torero por tradición familiar, pero que verdaderamente tiene alma de cantante.
“Lo más increíble de todo fue descubrir que puedo cantar”, expresó Luna.
Manolo usa su música como arma para conquistar a María y pedirles perdón a todos los toros que sus antepasados mataron.
Un día, Zoe Saldaña se plantó en los estudios de grabación e interpretó uno de los temas de la cinta.
La actriz , de origen dominicano y puertorriqueño, destacó la fuerza y liderazgo de María, chica valiente que no necesita que ningún hombre la defienda.
“Ella tiene el mismo perfil que las mujeres que he interpretado hasta ahora”, afirmó la actriz.