Hace varias semanas Bruno Garćia Varela, de siete años, fue por primera vez al cine. Su mamá Jéssica Varela no lo había llevado antes porque sabía que el entorno no lo haría sentir muy cómodo, sin embargo, ella buscó la manera de que se hiciera una función adaptada no solo para él, sino para personas que están dentro del espectro autista.
Bruno, un niño con la condición de autismo, la pasó de lo mejor: se levantó de su asiento cuantas veces quiso porque las luces de la sala no estaban completamente apagadas; en muchas ocasiones no requirió usar los aislantes de sonido en sus oídos porque el volumen estaba bajito y también salió en algunos momentos al espacio que se acondicionó con rompecabezas y juegos para quienes querían darse un momento de descanso de la película. Él asistió a una función de cine inclusiva.
Ese día también fue un niño de una edad parecida, la película que vieron fue Red, su mamá le comentó a Jéssica Varela que si bien el pequeño ve la cinta de Disney Plus varias veces al día, la experiencia de disfrutarla en el cine fue muy positiva.
Más funciones inclusivas
La buena noticia es que los domingos 1.° y 8 de mayo Bruno y su amigo podrán repetir esa experiencia y no solo ellos: las personas con trastorno autista de todas las edades también. Jéssica Varela es la directora de la asociación BarrileTEA y todo el tiempo está buscando maneras de que su hijo y otras personas con autismo tengan acceso a opciones de entretenimiento adaptadas. Ella organizó, junto a Studio Cinemas, en City Place, en Santa Ana, estas dos nuevas tandas con adaptaciones sensoriales.
El primer día la película que se presentará será Sonic 2 y el segundo El milagro de Tyson.
Varela detalló qué hace que la función sea adaptada e inclusiva.
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“Cuando hablamos de una función adaptada sensorialmente nos referimos a que la película tendrá un volumen más bajo del habitual, especialmente adaptado para escuchar bien sin que moleste la sensibilidad auditiva. La luz de la sala no estará completamente apagada, sino que estará tenuemente cómoda. La película tendrá un pequeño intermedio para que podamos despejarnos un poco y tomar fuerzas para terminar de disfrutar de la película”, detalló.
Además, antes, durante y después habrá dos lugares habilitados para que las personas de todas las edades puedan salir y “despejarse un poco” en una zona con diversos juegos.
Las entradas tienen un costo de 2.400 para niños y adultos mayores, y de 2.900 para adultos. Los boletos pueden adquirirse a través del sitio www.studiocinemascr.com
La iniciativa
Jéssica Varela explicó las razones que la llevaron a buscar maneras de realizar este tipo de actividades adaptadas.
“La asociación busca abrir espacios a través de alianzas para que la población con autismo tenga espacios de recreación que en la actualidad son muy pocos. Las mamás de niños con autismo comentan que no los pueden llevar al cine (a funciones convencionales) por las luces y la parte sensorial. Ellas se han tenido que salir de la película porque el niño lloraba y se salía de la sala.
“Luego me enteré de que Cinépolis realizaba en Latinoamérica funciones inclusivas para personas con autismo y otras discapacidades del neurodesarrollo como síndrome de Down. Pensé que sería bueno que se hiciera acá. Lo hicimos en el 2019 como un piloto. Esa vez fue gratuita, la idea era hacerlo mensualmente pero luego vino la pandemia”, detalló.
Ella celebra que ahora Studio Cinema tuviera apertura en su nuevo intento por ofrecer espacios de entretenimiento inclusivo.
“La experiencia fue muy bonita. Mi hijo Bruno no tiene comunicación verbal, pero una lo conoce y sabe que estaba muy feliz. En este espacio las personas no se sintieron abrumadas, ojalá estos espacios adaptados e inclusivos se puedan replicar en otros medios de entretenimiento como en teatros, en estadios, ahora para el mundial de Qatar van a acondicionar salas; sería bonito que en Costa Rica se hiciera al menos un palco especial en los estadios”, agregó Varela.
Ella comentó que este tipo de eventos adaptados permite que también las madres o papás no se sientan cohibidos de llevar a sus hijos, pues muchas veces no lo hacen pensando en que no estarán cómodos.
“Normalmente las familias azules, término que se usa para nombrar a las familias con uno o varios miembros autistas, no tienen la oportunidad de disfrutar películas en las salas de cine, por esta razón, se han organizado estas funciones especiales”, agregó.