Londres. EFE El actor irlandés Peter O'Toole, que falleció ayer a los 81 años, pasará a la historia del cine por su versatilidad, sus magnéticos ojos azules y su magistral interpretación del coronel T.E. Lawrence, en Lawrence de Arabia (1962) .
De personalidad extrovertida y alegre, pero también díscolo y combativo, O'Toole dio sus primeros pasos en el mundo interpretativo como actor de teatro, para dar el salto a televisión en 1954 y debutar en el cine, en 1959, como actor de reparto en un filme llamado Kidnapped .
De padre irlandés y madre escocesa, su fecha y lugar de nacimiento siempre han estado rodeados de una cierta imprecisión. Si bien, algunas fuentes aseguran que nació en Connemara (Irlanda), para otros es oriundo de Leeds (norte de Inglaterra).
Frente a esa ambigüedad, el propio O'Toole aceptaba como fecha válida de su nacimiento el 2 de agosto de 1932.
Su versatilidad y talento natural para meterse en la piel de personajes –especialmente complejos–, es ampliamente reconocido. Sin embargo, fue el trabajo en Lawrence de Arabia lo que llevó a O'Toole a la fama. En esa película, el actor regaló una de las mejores interpretaciones que se haya visto en la gran pantalla.
La magia interpretativa que derrochó O'Toole dando vida al polémico héroe inglés T.E. Lawrence, que luchó en el frente turco durante la I Guerra Mundial, sobrepasó las expectativas. Sobre todo, al tener en cuenta que su elección en el papel llegó un poco de rebote, después de que Marlon Brando y Albert Finney hubieran rechazado ese papel.
La profunda implicación del actor en ese proyecto, le llevó a vivir con un beduino más por los desiertos de Jordania y Marruecos, dos de los países donde se rodó la cinta.
El filme, un alegato anticolonialista que ganó siete premios Óscar, incluido el de mejor película, fue un claro referente interpretativo y argumental en su época y continúa hoy siendo uno de los grandes clásicos de la historia del cine.
Para O'Toole llegarían otros proyectos de relevancia, como La noche de los generales (1966) o El hombre de la Mancha (1972). Ninguna de sus otras películas lograría superar el arrollador éxito de Lawrence de Arabia .
El Óscar se le resistió ocho veces. Incluso, en el 2003, O'Toole pensó en rechazar el premio honorífico que le otorgó la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, pues aún sentía que podía lograrlo en competición.
Vida privada. Fuera del universo interpretativo, O'Toole maltrató su salud con una confesa adicción al alcohol. La dependencia del whisky le situó en 1976 al borde de la muerte, cuando le tuvieron que extirpar parte del estómago y el intestino.
Como resultado de esos avatares, su páncreas resultó gravemente dañado y pasó a depender de la insulina.
Entre otros tropezones de salud, también sufrió una enfermedad en la sangre de la que posteriormente se recuperaría.
En 1979, cuando parecía que su carrera interpretativa había perdido fuerza, participó en Calígula , con Malcolm McDowell y Helen Mirren. Luego, volvió a implicarse en otros proyectos, hasta que El último emperador , de Bernardo Bertolucci, y Troya , de Wolfgang Petersen, le devolvieron de nuevo a la primera línea interpretativa.
En el 2006, recibió una candidatura como mejor actor dramático en los Globos de Oro y quedó muy cerca de obtener, al fin, un Óscar en el 2007 por su papel en Venus.
El anuncio de su retirada, el 11 de julio de 2012, tomó por sorpresa al mundo del celuloide.