Por lo general, Hernán Jiménez está crónicamente insatisfecho. La vara con la que mide su trabajo, sus logros y hasta su forma de ser no es del mismo tamaño que la que usa para criticar las acciones de los otros; es más grande.
Cada vez que sale una película suya o que se estrena un stand-up comedy protagonizado y escrito por él, sus seguidores tienen asegurado que ese material pasó por el más adverso de todos los filtros: el suyo.
Siempre comprometido con los proyectos que asume (así sea una campaña electoral o un chiste sobre el MOPT), el comediante y cineasta costarricense es producto de esa insatisfacción crónica y de una preparación intensiva.
Durante los cuatro años que pasaron entre su segunda película, El regreso, y su nueva producción, Entonces nosotros (en cines costarricenses el 12 de mayo), hizo tres monólogos de comedia, consolidó un sistema de venta en línea de sus producciones y sacó una maestría en cine.
"(Entonces nosotros tiene) intenciones muchísimo más claras, y creo que eso se debe a un ambiente académico en el que aprendí conceptos de dirección que no tenía idea que pudieran existir", comentó sobre su experiencia estudiando una maestría en la Universidad de Columbia, en Nueva York.
Así las cosas, durante los 60 minutos en los que nos acompañó en el podcast de entretenimiento A Viva Voz había muchas cosas de las cuales hablar: desde los efectos del éxito de Maikol Yordan de viaje perdido hasta la forma en la que asume sus inseguridades.
Lo sabemos: el botón de play los llama como un imán inevitable. Acepten su destino y presiónenlo.