1. Al Pacino entregó el premio más importante de la noche y lo hizo a su manera, sin ningún apego al protocolo: llegó con apenas una excusa de nudo de corbata, se olvidó o simplemente no quiso perder tiempo mencionando a todos los filmes nominados, y anunció la victoria de Oppenheimer del modo más casual posible, casi con indiferencia. Bravo, don Corleone.
2. ¿Puede haber algo mejor que ver a Danny DeVito y Arnold Schwarzenegger juntos de nuevo? Creíamos que no, pero ponerlos frente a Michael Keaton nos dio un Batimomento que no vimos venir pero que ahora es imprescindible (lo único que pudo hacer la broma mejor es que Arnold reconociera que aquel no era su Batman y aprovechar para basurear, por enésima vez, el penoso paso de George Clooney por la Baticueva).
3. Jimmy Kimmel destruyó, de nuevo, el frágil ego de Donald J. Trump. La línea de “it’s past your jailtime” fue un gancho al hígado del higadoso expresidente. Sin embargo, ya es demasiado con las bromas sobre el pasado de Robert Downey Jr: el hombre superó la cárcel y las drogas hace mucho y se estableció como uno de los artistas más importantes del presente siglo. Seguir hablando de aquello es humor barato y muy 2002.
4. John Cena es la nueva joya de la corona de la comedia en Hollywood. Y el chiste de Jimmy sobre los shorts que Cena usaba en sus años de luchador de fijo fue celebrado por todos los entusiastas de la WWE.
5. El mejor discurso de la noche fue, sin duda, el de Cord Jefferson, director y guionista de American Fiction (ya la pueden ver en Amazon Prime Video). ¿Cuántas buenas películas pequeñas se pudieron hacer con el presupuesto desperdiciado de Madame Web, Black Adam y otros tantos penosos intentos de blockbusters? Bien lo dijo: el próximo Martin Scorsese puede estar ahí afuera y solo necesita alguien que le dé la oportunidad.
6. ¿Emma Stone o Lily Gladstone? La de Mejor Actriz sin duda que era la categoría más reñida y sobre la que había menos certeza en los pronósticos, pues ambas habían ganado en los Globos de Oro y repartido honores a lo largo de la temporada de premios. Sin duda que méritos abundaban en la actuación de las dos y en cualquier otra circunstancia no habría mayor drama, pero lo cierto es que a nadie escapa el hecho de que Lily pudo ser hoy la primera actriz indígena estadounidense en ganar un Óscar. Ahí queda el debate abierto, a partir de sus actuaciones.
7. La Academia ama a Billie Eilish y a Finneas: con 22 años, hoy ella se convirtió en la persona más joven en ser doble ganadora del Óscar. ¿Era su canción para Barbie la mejor del año? Mi voto hubiese sido primero para la de Jon Batiste (genio), o sino la de Diane Warren (increíble que la Academia siga nominándola año con año sin darle la bendita estatuilla) e incluso la de I’m Just Ken, que estaba claro que de nominada no iba a pasar.
8. Películas de las que no se hablaba y que ahora todo el mundo debería procurar ver: American Fiction, Anatomy of a Fall, Godzilla Minus One y The Zone of Interest.
9. Que la representación latina en los Óscar fuese encomendada, entre otros, a Bad Bunny es para quedarse pensando: innegable su impacto como artista en todo el mundo, pero el ánimo de venderlo como el rostro de toda la comunidad se siente forzado, al menos en un contexto cinematográfico. Quién quita que termine consolidándose como actor (se nota que ese es el ánimo de quienes llevan su carrera) pero por ahora llevarlo a los Óscar es más mercadeo que cine (igual todo en los Óscar es más mercadeo que cine, pero bueno).
10. Christopher Nolan, Emma Thomas y Cillian Murphy son uno de los equipos que más han hecho por el buen cine. Nolan sumó su octava nominación y bien pudo ganar el Óscar de mejor director con casi que cualquiera de sus películas previas; es uno de los cineastas que más ha impactado nuestro modo reciente de relacionarnos con la pantalla grande. Emma es la productora de todos los filmes de su esposo y sin ella es claro que ninguna de esas películas sería posible: es la hacedora de milagros. Y Cillian pasó años siendo el ‘Sexto hombre’ de Nolan, el eterno actor de reparto que brillaba a su manera, en pequeño, solo esperando el rol correcto para explotar y así fue. El director le dio la oportunidad de pasar al frente en Oppenheimer y Cillian nos regaló una de las mejores actuaciones de la historia. Mañana hagan la tarea y empiecen a verlo en Peaky Blinders.
Bonus track: Qué pereza me da ver Maestro. Sé que me pinto como mal cinéfilo, pero todos los años hay películas aclamadísimas que no puedo separar de la palabra ‘bostezo’... y en el 2024 fue Maestro (que cada vez que es mencionada por alguien en inglés no puedo evitar pensar que suena como ‘Maistro Longaniza’.
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