Con la película La vida por delante (La vita davanti a sè,2020), la actriz Sophia Loren regresará a las pantallas en noviembre, por Netflix.
La vida por delante –filme que es dirigida por su hijo, Edoardo Ponti–, narra la historia de Madame Rosa, una superviviente del Holocausto que cuida de niños abandonados.
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Esta producción es una adaptación de la novela homónima The Life Ahead (1975), de Romain Gary, y podrá verse en Netflix a partir del 13 de noviembre.
El filme se ubica en la ciudad de Bari, Italia, y Sophia Loren, en su papel de Rosa, recogerá de la calle a Momo, un huérfano senegalés de 12 años.
Es un drama de amor y amistad que ya fue adaptado al cine, en 1978, con el título Madame Rosa. En esa ocasión fue interpretado por Simone Signoret, bajo la dirección del cineasta israelí Moshe Mizrahi, logrando el Óscar.
Netflix ha prometido mucha emoción en esta historia y así se puede percibir en el avance que se ha difundido estos días. En el adelanto puede verse la conmovedora evolución de la relación entre la “madame” y el problemático niño, que acepta acoger bajo su techo.
Una dama del tiempo.
El regreso de Loren, tras 10 años de ausencia y a sus 86 años, se ha convertido en tendencia mundial.
Su carrera la encumbró como una de las grandes actrices del cine italiano, coronada por dos Óscar, uno por La Ciociara (1962) y el honorario en 1994.
A lo largo de su dilatada trayectoria, con decenas de títulos en su nómina, Loren fue dirigida por su propio hijo en otras dos ocasiones, en Between Strangers (2002), su último largometraje, y en el corto Voce humana (2014).
Sofia Villani Scicolone, su nombre de pila, es una de las actrices más destacadas de la segunda mitad del siglo XX y una de las grandes estrellas del cine.
En 1999, el American Film Institute declaró a Loren como una de las intérpretes más importantes de todos los tiempos y una de las últimas leyendas supervivientes del cine clásico de Hollywood.
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Se sabe que, debido a su impactante belleza, Sophia Loren participó en concursos de belleza y fue coronada como Princesa del Mar en 1949 y Señorita Elegancia en la edición de 1950 de Miss Italia. Cuando tenía casi 16 años, fue candidata a Miss Roma, y fue ahí donde Carlo Ponti quedó flechado.
Años más tarde, Ponti se convirtió en su único esposo.