Es cierto que detrás de la noticia hubo meses de duras negociaciones entre dos corporaciones. Sin embargo, el anuncio de que Spider-Man finalmente será parte del Universo Cinematográfico Marvel (UCM) se debe no solo a los ejecutivos, sino a aquellos que le dan vida al mundillo geek derivado de los cómics: los fanáticos.
La noche del lunes se confirmó lo que la fanaticada venía clamado desde hace años: la franquicia del héroe arácnido será relanzada como una coproducción entre Sony y Marvel, lo cual le abrirá la puerta del UCM a Spidey, colocándolo en la misma realidad cinematográfica de los muy rentables Vengadores.
El anuncio –hecho por Marvel y respaldado por sus jefes de Disney y por las cabezas de Sony– especifica que se estrenará una nueva película del Hombre Araña el 28 de julio del 2017. Sin embargo, se aseguró que el personaje se integrará antes a las cintas de Marvel, previsiblemente en Capitán América: Guerra Civil , programada para el 2016 y que en su cómic original tiene al lanzador de redes como uno de sus principales protagonistas.
Irónicamente, el más popular de los héroes salidos de las historietas de Marvel no era parte de la cinematografía de esa firma, luego de que la editorial diera en licencia sus derechos a Sony, en 1999, por apenas $7 millones. Aquella movida, hoy vista como un lamentable error de parte de Marvel, ya empezó a corregirse, pues ambos estudios se pusieron de acuerdo y velarán, en conjunto, por su lucrativo hijo.
El trato. Marvel siempre ha tenido en buena estima a sus colegas de Sony y la posibilidad de colocar a Peter Parker en el mismo universo cinematográfico que Tony Stark y Thor no es nueva. En el 2012 se estuvo muy cerca de que el edificio de Oscorp –corporación esencial en la vida de Spider-Man– fuese parte del Nueva York de Los Vengadores .
Sin embargo, fueron los recientes aprietos de Sony los que terminaron por acelerar el trato. El estudio sufrió una aparatosa caída en la taquilla en el 2014 con El sorprendente Spider-Man 2 y sus planes por mantener a flote la franquicia generaban más desconfianza que esperanza.
Sin ideas y golpeado por el reciente escándalo derivado del ciberataque norcoreano, que expuso sensibles comunicaciones internas de la compañía, Sony cedió y aceptó la oferta de ayuda de Marvel, a sabiendas de que sus competidores están convirtiendo en oro cualquier cómic (sino que lo digan los otrora desconocidos Guardianes de la Galaxia ).
Los artífices del acuerdo son Kevin Feige –cabeza e ideólogo de los estudios Marvel– y Amy Pascal, la hasta hace poco vicepresidenta de Sony y una de las grandes afectadas por las filtraciones norcoreanas. Pascal –quien fue productora en Sony de la primera trilogía de millonarios filmes del arácnido, una década atrás– coproducirá con Feige la nueva cinta de Spidey y servirá como enlace entre las dos empresas.
A primera vista, este es un negocio en el que todos ganan: Sony mantiene el control creativo, distribución y propiedad sobre los filmes derivados del Hombre Araña, además de que le corresponderá una porción mayor de la taquilla. Por su parte, Marvel tendrá ahora también al cine como vehículo para impulsar la mercancía de la araña, ya de por sí uno de sus activos más buscados en las tiendas.
Otros que también salen beneficiados son los fanáticos, dado que Spider-Man ingresa a otra realidad cinematográfica que, a ojos de los expertos, estaba incompleta sin él. Desde el inicio se vio mal que Marvel hiciera películas sin contar con su creación más universal.
Sony y Marvel coordinarán en adelante sus estrenos de superhéroes, para no competir en simultáneo por la misma taquilla. Por esto, el segundo accedió a atrasar algunos meses filmes suyos ya calendarizados, como Thor: Ragnarok, Black Panther, Captain Marvel e Inhumans .
La película de Spider-Man relanzará, por tercera vez, la saga, abandonando la historia que Marc Webb desarrolló en los dos últimos filmes. Además, Andrew Garfield no seguirá interpretando al heroico fotógrafo.
Este acuerdo deja a Marvel en control cinematográfico de casi todas sus creaciones, dado que años atrás recuperó la tutela de Daredevil, Punisher, Blade y Ghost Rider. Sin embargo, los derechos sobre dos de sus franquicias insignia –los 4 Fantásticos y los X-Men– son propiedad de Fox, que tienen años de ganar millones con Wolverine y La Mole.