El Universal/México/GDA. Con lentes oscuros, sombrero, sin bigote y unos kilos más, Vicente Fernández reapareció en público, luego de una operación para extirparle un quiste canceroso.
Llegó a una conferencia de prensa enchamarrado y junto a sus tres médicos.
“Seguiré cantando y tomando tequila”, dijo el cantante ante los medios de prensa.
Primero, cauteloso y, luego, atento con los periodistas que lo interrogaban, Fernández comenzó a hablar sobre la dura experiencia.
“No soy eterno, no tengo miedo, pero si temor a Dios, porque soy un hombre creyente, por lo cual espero en su momento rendir cuentas al Señor”, dijo el cantante.
El charro aseguró que tendrá que esperar una convalecencia de dos meses y medio, para regresar el 15 y 16 de febrero a cantar y festejar sus 73 años.
“Voy a cumplirle a mi público antes de que me lleve la tostada. Eso sí, no estaré buscando regresar a cantar cuando no pueda y que me lleven en silla de ruedas”, agregó.
Además, el cantante reveló sus deseos de tener conciertos de despedida en cada estado de México.
“Ya platiqué con algunos gobernadores para que busquen patrocinios y que ellos busquen organizar una presentación gratuita para todo el público”, dijo Fernández.
Sobre la operación, Fernández recordó que fue una intervención muy peligrosa, tardó 12 horas y que solo recuerda que iba cantando rumbo al quirófano.
Gustavo Cruz Santiago, especialista en gastroenterología que acompañó a Fernández, afirmó que El Charro de Huentitán puede hacer su vida normal, pese a que se le retiró una parte del hígado.
“Ese órgano tiene enorme potencial y, por eso, un padre puede donarle la mitad del suyo a su hijo y vivir sin problema”, dijo Cruz.
“Si el resto del hígado es sano, puede consumir su dieta normal, sin problema alguno”, agregó.