En su barrio, Lin-Manuel Miranda entendió que ese amorfo y variopinto crisol de culturas que identifica el “ser latino” era materia prima de altísima calidad para ser llevada a escena. Por eso, mucho antes de Hamilton, mucho antes de sus premios Pulitzer, Tony, Emmy y Grammy, mucho antes de ser uno de los artistas más relevantes de Estados Unidos, Miranda quiso contar la historia de sus vecinos.
Criado en el predominantemente latino vecindario Washington Heights, en Manhattan, Nueva York, Miranda se inspiró en sus experiencias y las de otros habitantes de la comunidad para escribir In The Heights, el musical que lo puso en el mapa y que fue un aplastante éxito, tras su estreno en el 2008. Es dicha obra la que este 17 de junio llega en su adaptación cinematográfica a los cines de todo el mundo (acá en Costa Rica bajo el título En el barrio), convertida en una película hollywoodense de alto presupuesto y en la que el baile, la música, la gastronomía, el humor, los sueños y las dificultades de las comunidades hispanas de Estados Unidos son expuestas como nunca antes lo había hecho la industria cinematográfica.
Así como en el musical, Lin-Manuel Miranda está detrás de cada detalle del filme, que se estrena con más de un año de atraso, a causa de la pandemia. El estudio Warner Bros. procuró guardar la cinta para tiempos más benévolos para el negocio, dado que In The Heights es una de las mayores apuestas para reactivar a las salas de cine durante el verano estadounidense, tras meses de incertidumbre. Además, también debutó en simultáneo en el servicio de streaming HBO Max, que entrará pronto en funcionamiento en Latinoamérica.
La película junta a dos de los creadores de color más exitosos de la última década en Estados Unidos, pues además de Miranda, quien es de origen puertorriqueño y funge como productor y coguionista, el otro gran motor es el director de ascendencia china Jon M. Chu, el cual dio el salto a la élite artística gracias al aclamado éxito de taquilla del 2018 Crazy Rich Asians, filme que a su vez sirvió para convencer a Hollywood de lo que ya se sabía: los filmes sin protagonistas caucásicos también pueden ser blockbusters.
Miranda y Cho son por mucho los nombres de más alto perfil en la producción, dado que el elenco está compuesto por estrellas jóvenes aún en consolidación. Sus principales intérpretes, muchos extraídos de la escena musical de Broadway, son Anthony Ramos, Corey Hawkins, la cantautora Leslie Grace, Melissa Barrera, Olga Merediz, Daphne Rubin-Vega, Gregory Diaz IV, Stephanie Beatriz, Dascha Polanco, y el veterano Jimmy Smits.
Chu dirigió a partir del guion de Quiara Alegría Hudes, quien a su vez había hecho la adaptación literaria del musical original de Miranda. Y, está de más decir, que Lin-Manuel se encargó de escribir todas la canciones de un filme que justamente se apoya en la música latina y sus fusiones para representar las múltiples influencias puertorriqueñas, cubanas, dominicanas, colombianas, mexicanas y demás que se funden en los barrios latinos estadounidenses.
Si bien la cinta ha sido aclamada de modo unánime por la crítica y buena parte de la comunidad hispana la ha celebrado como uno de los mayores esfuerzos de visualización de esa población, no todo ha sido positivo. Recientemente, Miranda salió al paso de quienes criticaron la falta de actores latinos afrodescendientes en los roles protagónicos: el autor reconoció que el reparto pudo haber sido más diverso para denotar la variedad étnica dentro de la misma población latina.
Lin-Manuel se lanzó como pocas veces a promocionar este nuevo proyecto, concediendo tantas entrevistas como le fuera posible con medios de comunicación de todo el mundo para hablar de In The Heights. Días atrás, el aclamado actor, cantautor, rapero, productor, dramaturgo y activista, de 41 años, conversó por algunos minutos con Viva. Este es un extracto de la plática.
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— Tu trabajo es bien conocido por el público estadounidense pero no tanta gente en Latinoamérica se ha visto expuesta a tus anteriores producciones. ¿Cuáles son tus expectativas para In the Heights en nuestros países?
— Estoy muy emocionado. Es interesante: empecé esta obra en Broadway y es muy duro desde ahí trascender fuera de las páginas de las artes y la literatura hacia el mundo. Recuerdo que cuando tuve el privilegio de ganar el Tony por la mejor banda sonora, en el 2008, y saqué la bandera puertorriqueña, entonces los puertorriqueños empezaron a aparecer, volando desde la isla para ver el show. Entonces el que ahora tengamos está gran película, en la que sacamos todas las banderas, tantas como cabían dentro de la película, hace que me emocione ver cómo caerá con la gente de todo el mundo.
— La administración de Trump fue una prueba para la comunidad hispana. Tener esta gran producción hollywoodense de alto presupuesto que es una celebración de la cultura latina parece más necesaria ahora que nunca antes. ¿Fue esto parte de tu motivación para adaptar el musical a la pantalla grande?
— Bueno, mi motivación empezó en el 2009. Nunca es un mal momento para recordar al mundo nuestra humanidad, y recordarle al mundo que (los latinos) somos personas también. La mala representación mediática de los latinos, particularmente en Estados Unidos, es abismal, y usualmente tiene crimen o drogas como centro.
Mucho de por qué empecé a escribir In The Heights se debe a que quería ver una vida como la mía en el teatro y el único ejemplo era West Side Story, que es una obra maestra pero es sobre pandilleros de 1950, es una historia antigua. Recuerdo que pensaba, ¿podemos contar nuevas historias en el escenario? Eso fue mucho del impulso para escribirla en primer lugar, escribir eso que faltaba.
Cuando la película fue retrasada por un año, lo más duro para mí fue que no saldría durante el año de elecciones (en Estados Unidos), cuando tanto necesitábamos esta pieza de arte que le recordara a los estadounidenses que (los latinos) somos la población de más rápido crecimiento en los Estados Unidos, que somos el siguiente capítulo en la historia estadounidense. Ese es un “¿y qué pasaría?”, pero también me siento bien de que esté saliendo ahora, pues la filmamos antes de la pandemia, en el verano del 2019, cuando nos podíamos abrazar, besar, bailar juntos y es un recordatorio del poder de la comunidad en una manera que no hubiese sido posible antes.
— Han pasado casi 15 años desde que debutó el musical. ¿Cuáles nuevos aspectos debiste incorporar para actualizar esta nueva versión de la historia?
— Mucho del crédito de las muy acertadas actualizaciones en el guion es para Quiara (Alegría Hudes), quien coescribió el show conmigo y luego escribió el guión actualizado para la película. Uno de los temas es la entrada de la gentrificación en el barrio: en el 2008 eran todos negocios latinos y la gentrificación estaba a la vuelta de la esquina, y ahora en nuestra película, 15 años después, está aquí, ha llegado, hay una lujosa lavandería, se torna un lugar muy caro para vivir y vemos cómo nuestros personajes sobreviven, aguantan o se adaptan. Eso es parte de lo que actualizamos.
Además, uno de nuestros personajes es un ciudadano indocumentado, y me gusta a quién escogió Quiara para vivir esa historia porque creo que humaniza la conversación. El debate sobre migración y la “otredad” en Estados Unidos se ha vuelto muy tóxico y, particularmente de la administración Trump que recién sobrevivimos. El hecho de que esa conversación sea ahora más frontal aporta un nuevo elemento a la trama de la película.