Nacida en 1943 en Cartagena, Colombia, en un contexto de escasez, se convirtió en una de las figuras más prominentes y perseguidas por las autoridades internacionales y sus rivales durante las décadas de los 70, 80 y hasta su fallecimiento en 2012. Actualmente, el nombre de Griselda Blanco volvió a destacar con el estreno de la serie Griselda de Netflix interpretada por Sofía Vergara, que ofrece un recuento de su vida marcada por la violencia, la sangre, las drogas y la opulencia.
A lo largo de su trayectoria, fue reconocida como la mente maestra detrás de diversos métodos violentos, siendo uno de estos el mismo que terminaría cobrándole la vida.
“La Jefa”, “La Madrina” y “La Viuda Negra” fueron algunos de los sobrenombres que le fueron asignados a Griselda Blanco luego de su ascenso a la fama en 1975, cuando expandió su imperio del narcotráfico, conectando a Colombia y Estados Unidos a través de una red de distribución de drogas. Durante mucho tiempo, logró dominar el mundo del crimen con sus estrategias innovadoras para el transporte de sustancias, lo que le permitió eludir controles fronterizos rigurosos.
Aunque Pablo Escobar Gaviria fue el nombre más reconocido entre los líderes del narcotráfico colombiano que traspasaron las fronteras para establecer un imperio, se sugirió que siguió los pasos de Blanco con sus tácticas.
La mujer asumió el liderazgo de su propia organización a los 27 años, pero su incursión en el mundo del crimen comenzó a la temprana edad de 11 años, participando en diversos actos delictivos y en el secuestro de un niño, quien fue asesinado por su banda al no recibir el rescate. Desde entonces, la criminalidad marcó su existencia en Colombia, donde conoció a su primer esposo, Carlos Trujillo. Juntos se trasladaron a Nueva York, pero tras la muerte de Trujillo, Blanco conoció a Alberto Bravo, su segundo esposo, quien la introdujo en el negocio del narcotráfico.
Pocos imaginaron que esta mujer llegaría a convertirse en una líder con ingresos mensuales de $80 millones. Esto la convirtió en blanco de una operación conjunta entre las fuerzas policiales de Colombia y Estados Unidos para su captura.
Se le atribuyen al menos 250 homicidios, incluidos los de sus exmaridos, Alberto Bravo y Darío Sepúlveda, este último siendo su tercer esposo. Aunque se informó que su primer esposo, Carlos Trujillo, falleció a causa de cirrosis, todavía existen dudas sobre las circunstancias de su muerte.
Conocida como la “Reina de la cocaína”, se destacó por sus elaboradas estrategias para el tráfico de drogas entre Colombia y Estados Unidos, lo que finalmente condujo a su detención por la policía en 1975. Luego de ser acusada de estos delitos, huyó a su tierra natal y continuó con su lucrativo negocio hasta que una mala decisión la llevó a caer en desgracia.
Varios años después, buscando expandir su imperio, se trasladó a Miami luego de la muerte de su segundo esposo. A pesar de sus esfuerzos por establecer un nuevo centro de operaciones, nuevamente atrajo la atención de las autoridades, lo que la llevó a trasladarse a California, Estados Unidos, donde finalmente fue capturada.
En 1985, fue condenada a 20 años de prisión, aunque esto no impidió que continuara ejerciendo su influencia en el mundo del narcotráfico. En 2004, fue liberada y deportada a Colombia, desapareciendo de la escena pública hasta su asesinato en 2012. Según los informes oficiales, la mujer de 69 años recibió dos disparos mientras salía de un establecimiento comercial. Se presume que fue un acto perpetrado por sicarios.
Resulta irónico que fuera Griselda quien popularizara esta modalidad de asesinato en la década de los 70, al pagar por cometer este tipo de crímenes. Hasta el momento, no se ha revelado oficialmente quién estuvo detrás de su muerte, aunque la lista de enemigos de la mujer era extensa.
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