Era previsible y comprensible que hubiera cierta incertidumbre de lo que podía esperarse de una presentación de Café Tacvba en Palmares.
Las fiestas tienen acostumbrado al público costarricense a que su concierto de cierre tenga un matiz más bailable e incluso popular. Esa es la fama que se ha creado a lo largo de los últimos años y, al menos hasta hace poco, era difícil pensar en otras posibilidades.
Tomando esto en cuenta, la presencia de la banda mexicana como invitada de lujo para dicha fecha podía incluso generar desmotivación entre los amantes del grupo. ¿Se justificaba el berrinche?
Lo que pudo haberse visto en algún momento como una rareza, para la hora del concierto dejó de tener encima cualquier velo de incertidumbres: por fortuna Cafeta nunca deja dudas, sino más bien evoca emociones positivas, eriza la piel y toca el corazón.
El sentimiento provocado por la agrupación es tan nostálgico como esperanzador. Con su performance en Palmares además es evidente que, independientemente del contexto en el que se presente la agrupación, bastan las canciones para contagiarse de emoción, refrescarse e ilusionarse.
Todo esto fue una realidad incluso cuando, al inicio del show, en El baile y el salón, Albarrán varió la melodía de voz para no tener que interpretar las notas más altas, usuales en su registro agudo. Aquello pudo haber sido el único resabio de inquietudes que podía haber quedado, pero a partir de la segunda pieza, todas las melodías volvieron a su lugar de costumbre y el cantante dejó claro que su garganta sigue dando para mucho... para todo, más bien.
Sus intervenciones al micrófono entre un tema y otro fueron constantes y nunca interrumpieron la fluidez con la que se interpretaron piezas a lo largo del concierto.
Esa empatía le dio aún más energía al motor con el que se le facilitó al público la aproximación a la música de la banda. Albarrán logró hacerlo desde el momento en que lanzó algunas frases con marcadísimo acento mexicano o cuanto pregonó un discurso pacifista o a favor del consumo de marihuana, sin tan siquiera decirlo verbalmente de manera explícita.
Con una multitud, en una tarima amplia y en un espacio abierto, el sonido fue un punto alto, dejando de lado un fallo técnico que generó "basura" en un par de piezas. De resto, en cualquier rincón de la zona de conciertos era posible apreciar con cuidado las líneas de cada instrumento, así como la voz principal y secundarias.
LEA: Café Tacvba canta al amor sin tabués
En un espectáculo cargado de temas conocidos, las sorpresas y las novedades fueron escasas. Sonaron dos adelantos de su disco nuevo, pero la hora y media de concierto tuvo más que nada canciones ampliamente digeridas, los éxitos de un repertorio amplio y eterno. Esta distribución resulta comprensible en un concierto que no pertenece a una gira promocional.
Los años y los discos pasan y Café Tacvba no deja de mantener su espíritu en alto. Con los dos sencillos promocionales de su venidero álbum queda claro que su beta creativa tampoco se ha venido a menos. Esto se replica en el escenario, donde tienen el mismo suceso los tramos de sonidos latinoamericanos o los tractos más electrónicos.
Sus composiciones son camaleónicas pero, curiosamente, todas ellas resultan agradables. Sumado esto al espíritu de fiesta que se genera en sus conciertos, en Palmares o donde sea, con Cafeta en el escenario no hay manera de salir perdiendo.
El concierto
Artista: Café Tacvba
Teloneros: Entrelíneas y Gandhi
Lugar: Fiestas Cívicas de Palmares
Fecha: 22 de enero