Un conjunto de obras de arte literalmente ilumina la Galería Joaquín García Monge, en el costado sureste del Teatro Nacional.
La exposición Objetos de arte, objetos de luz reúne 18 piezas de creadores costarricenses quienes aceptaron el reto de usar la luz artificial como materia prima para sus propuestas artísticas.
Los artistas aceptaron la invitación del curador Luis Chacón, responsable de coordinar la primera muestra de arte lumínico que se realiza en Costa Rica.
“La luz artificial como protagonista de una pieza de arte es una tendencia que cobra auge en los grandes centros artísticos del mundo”, dijo Chacón.
Según el curador, el objetivo de esta muestra es sembrar una semilla para inspirar a los artistas ticos a explorar las posibilidades estéticas del arte lumínico.
Experimento. La muestra exhibe 18 piezas entre instalaciones, vídeos, objetos tridimensionales, piezas en madera, fotos digitales y ensamblajes que tienen a la luz artificial como protagonista.
El curador seleccionó a un grupo de artistas entre consolidados y emergentes cuyas propuestas demuestran el paso de la mera representación de la luz natural a la aplicación real de la luz artificial.
Herbert Bolaños presenta Plegaria a la naturaleza un objeto tridimensional formado por 192 conos de papel acuarela dentro de los cuales colocó un bombillo con luz blanca. “Esa luz resalta los colores de los pigmentos de acuarela y produce una sensación de movimiento”, explico Bolaños.
Acostumbrado a trabajar con la pintura “pura”, el artista José Miguel Rojas aceptó el desafío de experimentar con la luz.
En su obra Transgresiones utilizó cuatro negativos que había empleado para realizar en 1986 una serie de fotolitografías.
“Siempre me han gustado esas pantallas con luz que usan los médicos para ver las radiografías. Así que con el mismo mecanismo utilicé una caja de luz, sobre la que coloqué los cuatro negativos. Les añadí un color rojo para jugar sencillamente con el efecto”, detalló Rojas.
El arquitecto Andrés Cañas exhibe una escultura de policarbonato titulada La ilusión óptica del placer. “Alude a la idea curiosa de que el deseo que uno proyecta sobre el objeto complementa su belleza y le da más vida”, explicó Cañas.
El artista afirma que se vale del motivo central de la exposición – la luz– para resaltar la sensualidad material y espacial a través de efectos ópticos y así subrayar su belleza inmaterial y efímera.
La propuesta de Joaquín Murillo es una pantalla de pared que funciona con la tecnología LED o diodos emisores de luz.
“Es un sistema de iluminación que tiene muchos usos, en este caso tiene un fin más artístico. Esta tecnología tiene tres características principales: las bombillas duran cerca de 100.000 horas, son capaces de generar todos los colores del espectro y es muy económica, consume una décima parte de la energía en comparación con otros sistemas”, afirmó Murillo.
La luz contribuye al realce o al contraste de colores, texturas y transparencias como en el caso de la obra Orquídea de Miguel Casafont, hecha con papel de arroz japonés y dibujo en lámina de plata. La exposición Objetos de arte, objetos de luz está abierta al público hasta el 3 de abril.