Hablar de quién fue Leonardo Da Vinci significa recitar toda una letanía: arquitecto, escultor, ingeniero, inventor, pintor, poeta, músico, filósofo, botánico, urbanista, anatomista, paleontólogo... Muchas líneas se escribirían en el intento de retratar a aquella mente excepcional que el mundo atestiguó durante el renacimiento italiano.
Este primero de mayo se cumplen 500 años de su fallecimiento a los 67 años en Francia y, a pesar de que su multifacética mente dio una obra compleja de analizar en décadas, muchos no se han intrigado únicamente por sus descubrimientos sino por su nombre y vida misma.
Viendo hacia atrás, en los últimos cien años de eclosión cultural y llegada del cine y la televisión, es sencillo encontrar ejemplos de obras que se basaron en el genio florentino. Es difícil resistirse a su ingenio, pero también es tentador dejarse llevar por su vida y las supuestas viñetas de la existencia que tanto cautivan al público.
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Da Vinci por su nombre
Posiblemente, en el inconsciente colectivo, el primer título cultural que brota al escuchar el nombre de este símbolo del renacimiento es El código Da Vinci, novela de misterio del escritor Dan Brown que terminó de ser popularizada por Ron Howard en su filme homónimo.
La historia de esta novela parte desde los íconos que deja el nombre de Da Vinci, en especial desde el famoso Hombre de Vitruvio, el conocido dibujo realizado por Da Vinci. En la novela se asesina a un hombre en el Museo de Louvre en París y su cadáver es encontrado en la posición del afamado boceto, junto con un mensaje críptico y un pentáculo dibujado en el pecho.
Robert Langdon, el protagonista de la historia, es un profesor de íconos religiosos que debe revisitar la vida de Da Vinci para encontrar las respuestas al enigma. Ese es el punto de lanza de una historia muy polémica al entrelazar supuestos vínculos blasfemos con la tradición judeocristiana.
A diferencia de ese caso, que solo se inspira en la vida de Da Vinci, hay otros títulos que fueron más allá y situaron al genio italiano como protagonista de la historia.
Entre esos nombres destaca la trilogía de Los Medici (Las armas, La esmeralda y Los halcones), que son tres novelas de Martin Woodhouse y Robert Ross las cuales ponen a Da Vinci como un detective del renacimiento ligado a la corte de Florencia. Es una saga plagada de trampas a las que Leonardo deberá enfrentarse a través de su ingenio.
Hablando de misterios y secretos, otro título muy similar es una novela llamada Leonardo Da Vinci: detective, escrita por Theodore Mathieson. En esta novela se compilan relatos en las que Leonardo utiliza toda su capacidad estratégica para resolver un misterio acontecido en Francia.
Otros títulos que sitúan a Da Vinci como protagonista de historias no verídicas son Madonna negra, Peregrino, La catedral de la memoria, El ángel de Pascual, La segunda Gioconda, La cena secreta y La puerta hacia el verano. En muchas de estas historias se describen conspiraciones alrededor del proceso de creación del florentino.
Otras adaptaciones
En la televisión, uno de los títulos más populares en torno al genio renacentista fue Da Vinci´s Demons, una serie producida por Starz que acabó en el 2015.
La serie se ubicaba en el contexto que vivió Da Vinci, en el siglo XV, y sigue la vida de Leonardo desde la adolescencia y cómo fue descubriendo sus dotes creativos e intelectuales. Una de las particularidades de la serie es la descripción de Da Vinci como un muchacho insolente y sarcático.
Da Vinci´s Demons tuvo una recepción positiva e incluso llegó a ganar dos Emmys (uno de diseño y otro de música).
Otra producción que se interesó en los años de juventud del genio fue la serie Leonardo, un programa infantil británico producido por CBBC. En este caso, Leonardo se presentaba como un tipo amistoso, gracioso y lleno de amigos, pues en cada capítulo se relataba la historia de cada uno de sus cercanos. Este programa, marcado por su tono amistoso, tuvo su fin en el 2012.
Una miniserie clásica, y que tiene cierto carácter de culto, es The Life of Leonardo da Vinci. Esta producción de 1971 fue escrita y dirigida por Renato Castellani y procuró apegarse a una biografía veraz de la vida del italiano.
El teatro tampoco ha dejado pasar la oportunidad de tomar a Da Vinci como inspiración. Uno de los títulos más populares fue The Notebooks of Leonardo da Vinci, un montaje del 2003 en Broadway, que jugaba con efectos visuales para dar un viaje surrealista sobre el mundo visto desde los ojos del gran creador.
Costa Rica también ha sido parte de ese movimiento, pues en el 2011 se presentó en el Teatro Eugene O´Neill la obra Leonardo y la máquina voladora, que pretendía explorar los sentimientos del ilustre.
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En esa producción de La Carne Teatro los experimentados Rodrigo Durán y Fabián Sales interpretaban a Leonardo y Francesco (su discípulo) respectivamente.
“La historia va más allá, revela a Leonardo como el genio que fue: el arquitecto, el diseñador, el ingeniero. La máquina voladora es ese sueño de Leonardo, en el que se imaginaba a un hombre volando como un ave”, dijo Rodrigo Durán en su momento.