Lucía tiene 5 años y a su corta edad es la protagonista de las 22 obras que su madre, Jimena Sánchez, exhibe en el Centro Cultural José Figueres Ferrer, en San Ramón de Alajuela.
Aunque así lo parece, Lucía no está sola, pues en cada creación la acompañan muchas otras mujeres, quienes vivieron antes que ella y, con las cuales, mantiene un vínculo indestructible, pues son sus familiares.
Pasado, presente y futuro conviven en la exposición Almas oscuras, que rescata el legado que todas las mujeres de una familia han transmitido de generación en generación.
Además de artista y docente en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica, Sánchez se ha dedicado a investigar la genealogía de su familia, especialmente la ascendencia femenina. Este tema se refleja, claramente, en su trabajo.
“Mis trabajos están inspirados en el concepto genético de la Eva mitocondrial; es decir, un único antepasado femenino, del cual descendemos todos los seres humanos de la actualidad, sean hombres o mujeres”, explicó la artista.
La exposición es un homenaje a sus antepasadas, con quienes comparte no solo las características fisonómicas, sino un conjunto de valores y sentimientos. “A las mujeres de la familia nos une un gran parecido físico, pero también nuestra visión de mundo y nuestra fortaleza a la hora de tomar decisiones”, dijo.
El recorrido en retrospectiva por esa cadena de mujeres se inicia desde el eslabón más reciente, su hija Lucía y, de ahí, hacia atrás para recordar a su madre, abuela, bisabuela, tatarabuela, hasta llegar a una antigua pariente indígena en la época de la Colonia.
Como la representante más joven de esta cadena, la pequeña Lucía es quien encarna a todas esas mujeres pasadas y abre la puerta a las mujeres futuras.
“Con el correr del tiempo, se produce una especie de ‘migración de almas’. Los cuervos que aparecen en las obras simbolizan esas almas de las mujeres antepasadas que viajan al presente y se relacionan con las nuevas generaciones”, comentó Sánchez.
Las 22 obras están realizadas con una técnica que ella define como “estampa digital”, pues combina dibujo, fotografía, intervención manual e impresión digital. “Se requiere un excelente dominio del dibujo y de la figura humana para poder fundirlos con la fotografía, sin perder la proporción natural, tan comúnmente extraviada, producto de la distorsión de los lentes fotográficos”, opinó Luis Núñez, director del Museo Rafael Ángel Calderón Guardia, institución que acogió la muestra en octubre pasado.
La exposición estará hasta hasta el 14 de febrero, en horario de martes a sábado, de 10 a. m. a 7 p. m. La entrada es gratuita.