¿Qué nos liga a otra persona? ¿Qué une nuestras vidas con las de otros, cercanos o lejanos? Con Línea infinita (de generación en generación, de amante en amante...) , Álvaro y Daniel Marenco se lanzan en una coreografía que busca esos vínculos en pleno movimiento.
La colaboración con la coreógrafa y bailarina Isabel Beteta los llevó al cierre de la temporada Danza x la Libre , en el Foro de Los Talleres de Coyoacán , México. El montaje explora las relaciones y los desencuentros de dos parejas, una joven y, la otra, madura; bailan Beteta, los Marenco y Rosario Verea.
La obra se compone de cinco cuadros coreográficos, en los cuales se expresa la repetición y el regreso constante a los sentimientos que surgen en las relaciones amorosas. El dolor, la alegría, la soledad y la comunicación son representados con líneas de resortes que unen a los intérpretes.
Según la información distribuida por Los Talleres, la coreógrafa, Beteta “aborda problemáticas del Ser Humano y su relación con el otro; la comunicación defectuosa, los momentos felices y los momentos tristes en la vida de las personas”.
“Participar con mi hijo es una maravilla, pues tiene mucho talento, y estamos muy motivados. Medirnos fuera de Costa Rica es una gran experiencia”, comentó Álvaro. Por su parte, Daniel confiesa “sentirse vivo” por la exigencia del trabajo.
“En tres semanas, durante los ensayos, todo fluyó muy agradablemente. Me siento muy motivado de poder sentirme vivo trabajando: trabajar, para mí, es algo vital y si me encuentro desocupado, me desmotivo mucho”, detalló Daniel.
“Enfrentarse a otro público es reconfortante, y saber que hacemos las cosas bien es un éxito”, cuenta Álvaro. Según el actor, gran parte de la satisfacción proviene de trabajar con su hijo, y de la voluntad de experimentación de Beteta. En México, la obra ha sido promocionada en la prensa y en televisión, con una aparición en el canal Telehit.
“La maestra Isabel es magnífica; trabaja mucho con la composición y la musicalidad”, agregó Daniel. En el centro Los Talleres, ambos artistas participan en talleres y lecciones particulares.
“Siempre el trabajar con personas que uno conoce poco, es un riesgo, pero, en este caso, la relación con las intérpretes fue muy buena”, dijo Álvaro. La obra se presentará en Costa Rica en setiembre.