Para la artista salvadoreña Abigaíl Reyes, el acto de bordar es recordar, pero también olvidar; es aislarse del mundo exterior para conectarse con el mundo interior; es romper el silencio y desnudar el alma.
El Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) inaugura hoy a las 7 p. m. la exposición Prelibri, de la joven creadora Abigaíl Reyes.
Fue entre bastidores, telas, papel, madera, hilos, agujas y otros materiales que la artista confeccionó manualmente las obras, las cuales define como “libros de autor”.
En cada una de las 11 piezas, Reyes reconstruye pequeños submundos íntimos a partir de recuerdos, vivencias, emociones... Son como libros abiertos que invitan a explorar sus páginas.
En esas páginas también se abren camino textos escritos por Reyes, quien es poetisa.
Esta es una exposición de tinte autobiográfico y el bordado es el vehículo que conduce la voz – o mejor dicho, las palabras– de la artista.
“Me atrae el acto de bordar como un momento de introspección y reflexión, pero también como un acto en el que están presentes personas y momentos que me resisto a olvidar. Me interesan el apego, la energía personal y conexión que se descarga sobre las piezas”, destacó la artista de 29 años.
Esta técnica manual también la conduce a hurgar en sus memorias. “Mi abuela bordaba. Recuerdo el silencio y concentración a la hora de bordar o coser, como si de ello dependiera la vida”, expresó.
“En esta exposición el trabajo manual fue muy importante para mí. Me preocupé por confeccionar hasta el último detalle de las obras”, agregó Reyes.
La selección de los materiales y las herramientas de trabajo fue, a su vez, muy cuidadosa. Así, cada una de las creaciones sostiene una fuerte carga personal.
Una de las obras es una instalación compuesta por seis hojas de papel periódico que cuelgan a modo de ropa en un tendedero. Cada lámina de papel lleva bordada una palabra: “soñar”, “mentir”, “herir”, “llorar”, “morir” y “olvidar”.
“Esta obra tiene que ver con una visión de la vida como un ciclo; hay experiencias que se repiten una y otra vez”, detalló Reyes.
A pesar de que la artista prioriza el trabajo manual, para la elaboración de esta pieza utilizó una máquina de coser. Fue una jugada intencional. “Estas máquinas están diseñadas para coser soportes más resistentes. Cada vez que la aguja entra y luego sale, rompe el papel, lo agrede”, dijo.
Esa “agresión” de la máquina en el frágil papel periódico es una metáfora de las vivencias que van dejando huellas en el alma y en el corazón, las cuales muchas veces son imborrables.
Otra de las obras consiste en 128 hojas de papel con un boceto que en vez de estar dibujado, está bordado. “Cada hilo y cada letra son una especie de gesto que permite exorcizar fantasmas, evocar recuerdos, reparar el daño, perseguir la memoria”, opinó la curadora del MADC, María José Chavarría.
La exposición se inaugura hoy jueves a las 7 p. m. en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, ubicado en la antigua Fanal.