En su opinión, ¿cuál es el mayor legado de la poesía de Jorge Debravo?
El haber refrescado la trayectoria de la poesía costarricense contemporánea. ”La limpió de una retórica abstrusa y le dio un puesto más cercano a la historia, a la realidad cotidiana (un adjetivo muy apreciado por él), llenándola de altruismo y hasta generosidad.
”En la obra de Jorge Debravo no hay solipsismo ni egolatría. Y eso no es poco”.
¿Se vuelve más difícil leer y analizar a un poeta como Debravo, mitificado, que a uno que no lo está?
En cierta medida sí, porque en esa especie de mitificación (que sería más apropiado denominar canonización, aunque tienen algo de parecido), ejerce sobre quien lee y quien hace crítica literaria una fuerza ineludible.
”En una situación de estas, una voz como la de Debravo, en cierta medida podría convertirlo en un intocable, en un ídolo o en un semidiós. Diría que esos son los peligros de las ideologías”.
¿Qué virtudes añade esta particularidad?
¿Virtudes? Diría “ventajas”: que estamos ante un poeta a quien la historia le ha dado un lugar reconocido y destacado; es decir, que no nos estamos inventando un fetiche literario, sino que estamos ante un hecho real: una voz poética notable, que hoy día se sigue leyendo y reconociendo.
¿Cómo se podría describir, brevemente, en una línea incluso, lo que un lector enfrenta al leer la obra de este poeta?
Creo que se enfrenta a un poeta que logró combinar, con nobleza y buen sentido de la poesía, lo ético y lo estético.