Un ritmo alegre y contagioso que invita a quien lo escucha a ponerse en movimiento. Así es el calipso limonense, género que llegó al país a finales del siglo XIX y se metió en la piel del Caribe costarricense.
Su crítica social salpicada de humor y su aporte a la identidad y cultura afrolimonense lo llevaron a convertise ayer en una “destacada expresión del patrimonio cultural inmaterial afrodescendiente de Costa Rica”.
Este título se lo brinda el decreto ejecutivo Nº 37418-C, publicado en el diario oficial La Gaceta .
La noticia alegró a quienes como Manuel Monestel, Walter Ferguson y Reynaldo Kenton, también conocido como Shanty, se enamoraron del calipso, genero musical introducido por inmigrantes jamaiquinos, que se convirtió en la expresión musical y cultural de los limonenses.
Para Monestel, este reconocimiento es importante porque “un decreto de este tipo colabora muchísimo a visibilizar, primero, la cultura del limonense y, por supuesto, la importancia del calipso como forma musical que responde a procesos históricos culturales que son costarricenses”, explicó el músico e investigador cultural, responsable del grupo Cantoamérica.
Según Walter Ferguson, o Mr. Gavin, como también se le conoce al rey del calipso en Costa Rica, este reconocimiento es una oportunidad para dar a conocer la música que lo ha acompañado durante casi toda su vida.
“Hay jóvenes que están creciendo, que quieren saber qué es el calipso. Yo tengo el deseo de que ellos reciban esa enseñanza”, dijo el calipsonian de 93 años.
Este género no solo es música, arte, también es una forma de vida: “Es nuestra cultura, lo que comemos, lo que hacemos a diario”, aseguró Reynaldo Kenton.
El decreto para él es un acontecimiento alegre: “A nosotros los músicos nos tienen un poco olvidados. Con esto nos vamos a dar a conocer más, eso me alienta”, agregó.