El Centro Nacional de la Música (CNM) anunció que el estadounidense Carl St Clair, reconocido director de orquesta, no continuará al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional de Costa Rica.
“La no renovación contractual del maestro Carl St. Clair para la Temporada Oficial 2024 fue acordada por la Junta Directiva del CNM, la tarde del miércoles 20 de septiembre de 2023″, se lee en el comunicado enviado por la institución.
Por su parte, el director St. Clair envió una carta de agradecimiento por sus diez años de labor al mando de esta prestigiosa agrupación.
“Les envío esta carta con el más alto respeto”, escribió el director tejano en un documento enviado a la ministra de Cultura, Nayuribe Guadamuz, y a la Junta del CNM.
“Estoy extraordinariamente agradecido por la oportunidad que me dieron de estar al mando de esta increíble orquesta por una década”, detalló.
En la carta, St. Clair expresó su gratitud hacia la institución, los músicos y el público costarricense por el apoyo y la colaboración durante su trabajo. Destacó la importancia de la música y el arte en la sociedad, y reafirmó su compromiso con el desarrollo de la cultura musical en Costa Rica.
“La pasión, el talento, la dedicación y la mística de los músicos han calado en mi carrera musical. La Sinfónica Nacional es un logro cultural para el mundo entero y haber sido parte lo considero una bendición de mi carrera”, agregó.
Su trabajo con el ensamble concluirá cuando acabe la temporada oficial 2023, este fin de año, por lo que estará a la batuta en los próximos tres conciertos.
Se trata del VIII Concierto de temporada, programado para el 20 y 22 de octubre; el IX Concierto, pactado para el 10 y 12 de noviembre, y el X Concierto, que será el 1.° y 3 de diciembre.
El CNM informó que a partir de enero del 2024 se iniciará el proceso de selección de un nuevo director titular. Además, para la temporada oficial del próximo año el ensamble trabajará con directores invitados que serán anunciados próximamente.
Las razones de su salida
En entrevista con Federico Molina, director general del Centro, se ahondó en los motivos detrás de la decisión de que Carl St. Clair no continúe como director de la orquesta.
Él fue el encargado de hacer un análisis sobre la gestión del estadounidense y en su reporte recomendó hacer el cambio. Enfatizó la necesidad de abrir un nuevo espacio en la dirección de la Sinfónica Nacional.
Señaló que, históricamente, los directores de orquesta en el mundo suelen tener contratos con una duración máxima de cuatro años, debido a que se considera que existe “un desgaste natural” que implica la posición.
“Tras un análisis objetivo, llegamos a la conclusión de que es el momento de un cambio”, expresó.
El cambio en la dirección también va de la mano con la jubilación de varios músicos de la “vieja guardia”. “Estamos en un momento de cambio generacional en la orquesta”, agregó.
El director del CNM hizo hincapié en la importancia de retomar la grabación de obras musicales. “Esta administración está apostando por darle importancia a un aspecto importante que se ha descuidado en años que es hacer grabaciones”, explicó.
Según Molina, la orquesta debe retomar ese camino. “La Sinfónica tuvo una etapa fructífera en grabaciones hace una década, incluso logrando un premio Grammy. Debemos hacer una documentación y un registro sonoro, tanto en estudio de grabación como registrando los conciertos de la Sinfónica en el teatro”, agregó.
Además aclaró que es importante que la nueva figura en este puesto se encargue de darle protagonismo a la música costarricense en el repertorio.
En cuanto a la selección de futuros directores, Molina subrayó la importancia de dar oportunidades tanto a directores nacionales como extranjeros, enfatizando que no debería haber diferencias en esa consideración. Eso sí: aclaró que esa decisión no pasará por él, sino por la Junta Directiva del Centro.
Asimismo, aclaró que aún no se ha comentado la posibilidad de realizar un homenaje a St. Clair como despedida.
Una figura relevante
Carl St. Clair, director en cuestión, nació en Estados Unidos el 5 de junio de 1952. Es hijo de una familia de granjeros que se dedicaban a la siembra de algodón en Hochheim, Texas, un pueblito que apenas tenía 35 pobladores a inicios de la década de los años 50, cuando creció.
Su tía fue su primera maestra de piano, el instrumento de su preferencia. Pasó por una banda de rock y al tiempo se dejó llevar por los encantos de la música de cámara, pasión que lo convenció de hacerse conductor de orquesta.
Durante ese proceso hubo una figura medular para su formación. El tejano fue discípulo directo de Leonard Bernstein, maestro de maestros.
Cuando St. Clair llegó al país le correspondió enfrentar un ambiente turbio. El último director titular de la Sinfónica Nacional, el japonés Chosei Komatsu, se había ido en el 2011 y había un ambiente de incertidumbre.
Pasaron tres años y no se logró contratar a ningún director. En ese periodo, la orquesta sobrevivió con directores invitados.
En medio de la confusión, apareció el nombre del director indio Daniel Nazareth como posible fichaje. La contratación se anunció, pero la firma del conductor nunca se concretó.
St. Clair, para ese momento, ya conocía a la Sinfónica Nacional, pues había dirigido al ensamble como director invitado en dos ocasiones anteriores.
La imagen de St. Clair dejó buena impresión en el país y, tras ser entrevistado para el puesto, el tejano expresó sus intenciones de convertir a la Sinfónica “en una familia”.
Además, antes había sido maestro en el conservatorio el Thornton School of Music USC, también director de la orquesta Pacific Symphony y alumno directo de Gustav Meier en la Universidad de Michigan.
Durante su gestión, St. Clair debió enfrentar reducciones presupuestarias, una pandemia, un relevo generacional y una exigencia dentro del ambiente artístico de variar el tradicional repertorio clásico de la orquesta por uno que incluyese nombres contemporáneos y de mujeres.
En una conversación con La Nación en abril, St. Clair conversó sobre cómo asumía su década al frente de la orquesta, siendo una de las gestiones más longevas que un director ha tenido en ese puesto.
“Nos enorgullece que aún con menos presupuesto hemos seguido programando gran repertorio y presentando a solistas y directores nacionales e internacionales. Esta temporada es un ejemplo perfecto. Incluso con una fuerte reducción presentaremos una de nuestras temporadas más fuertes”, explicó St. Clair.
“Dicho esto, no podemos contar con que esto se convierta en la norma. Hay límites a lo que podemos soportar en cuanto a reducciones en el presupuesto para seguir siendo el faro cultural y artístico del país. La Sinfónica Nacional es la embajadora cultural de Costa Rica en el mundo. La OSN define los logros artísticos de Costa Rica ante el resto del mundo. Debemos permanecer fuertes y bien apoyados. El pueblo de Costa Rica merece y espera esto”, aseveró en esa ocasión.