El martes 26 de abril por la noche, la Asamblea Legislativa aprobó un proyecto con el que Carmen Lyra se convirtió en Benemérita de la Patria.
Es seguro decir que, como muchos costarricenses, los 57 diputados leyeron en su infancia su obra más famosa Cuentos de mi Tía Panchita (1926).
No obstante, el legado de María Isabel Carvajal –su nombre verdadero– va mucho más allá de la literatura infantil.
“Su contribución estuvo en la literatura, pero también en la cultura, en la política, en la educación; es realmente un personaje muy muy rico y que ofrece para todos los gustos”, dice la filóloga Isabel Ducca.
Desde 1992 y hasta el 2012, Ducca trabajó en la Cátedra Carmen Lyra de la Universidad Nacional.
La filóloga y su colega, Marielos Castro, exploraron las otras vidas de Carmen Lyra y las dejaron plasmadas en una página web dedicada a ella.
“No cuestiono los reconocimientos oficiales, me parecen significativos, pero lo más importante es que la leamos, que la descubramos, la pensemos y la critiquemos... Que conozcamos su gran aporte a este país”, comentó Ducca.
La otra Carmen. María Isabel Carvajal nació el 15 de enero de 1887. Publicó su primer relato, A Virgilia... , en la revista Páginas ilustradas .
Volvió a publicar hasta 1910 –según narró Alfonso Chase, en uno de sus tantos escritos referentes a Lyra–; durante cinco años se dedicó a leer autores que exaltaron su vocación socialista. Leyó a Tolstói y a Gorki, autores recomendados por Joaquín García Monge.
En una entrevista con la UNED, Chase narró que tras ser parte de las mujeres que apoyaron el golpe contra la dictadura de los hermanos Tinoco, Lyra fue “premiada” con una beca a Europa, donde estuvo entre 1920 y 1921.
En Francia estudió métodos de pedagogía, y volvió a Costa Rica para fundar la Escuela Maternal, junto a la pintora Luisa González.
Desde 1911 y hasta los años 30, Lyra desafió el pensamiento de la época por medio de textos de ficción . Habló acerca de las luchas de la mujer en Las Madamas Bovary y ¿ Qué habrá sido de ella? , y de la religión en Vidas estériles y Unas manos que no querían ser blancas.
Sobre la doble moral y la desigualdad escribe la serie de relatos Bananos y hombres –en los cuales pone por primera vez en el mapa literario la zona Atlántica– y Palco de platea en el cielo.
La Editorial de Costa Rica reunió algunos de estos en el libro Narrativa de Carmen Lyra (2012), que expone una Costa Rica desigual y reinada por una clase oligarca despreocupada por estos temas. Es más, uno de los trabajos de Carmen Lyra se titula De cómo hablar francés y viajar a Europa no enseña ser humano .
“La mayoría de estos escritos no se compilaron hasta mediados de los setenta como libros... Algo tiene que ver el tema político, en este desconocimiento de su otra vertiente como escritora; es más incómoda que Cuentos de mi tía Pachita ”, afirmó Marianela Camacho, jefa de producción de la Editorial de Costa Rica.
En 1918 publicó su novela En una silla de ruedas , otro clásico de su repertorio.
Activista. La política hizo que Carmen Lyra abandonara la narrativa. En 1931 decide integrarse al Partido Comunista y dedica su pluma a escribir artículos en el periódico del partido, Trabajo .
En ese mismo año conoció el marxismo y se interesó por la lucha proletaria. Formó, junto a Luisa González, el Sindicato de Mujeres Trabajadoras.
La historia que difunde la izquierda es que su posición como comunista la obligó a huir del país durante la Guerra Civil de 1948.
La versión de algunos liberacionistas –como consta en el sitio web El espíritu del 48– es que Lyra fue enviada a México para proteger su vida.
Lyra murió en México en 1949, tras un intento fallido por regresar al país. Su cuerpo fue trasladado a San José. Su funeral reunió miles de personas en las calles.