Ángeles que elevan su mirada al cielo y otros que abrazan con desconsuelo una cruz se posan dolientes sobre las tumbas en los cementerios josefinos.
El conjunto de imponentes esculturas y mausoleos conforman las manifestaciones funerarias desde la época de la secularización de los cementerios, en 1884, hasta la fecha.
Estas tendencias plásticas y estéticas de diversas épocas constituyen un verdadero museo al aire libre, explicó Andrés Fernández, arquitecto y cronista.
Tumbas neoclásicas, neogóticas, eclécticas, bizantinas, modernistas o
En el recorrido Ciudadelas del silencio: San José en sus cementerios, organizado por la Alianza Francesa y guiado por Fernández, los participantes exploraron ayer los rincones y las historias de tres de los seis cementerios capitalinos: el General, el de Obreros y el de Extranjeros.
De acuerdo con Fernández, cada uno de los camposantos resguarda la memoria histórica de San José de los siglos XIX y XX.
En el caso del cementerio General, este representa la expresión artística de la élite josefina. En este panteón descansan los restos de ilustres costarricenses como expresidentes de la República, entre otros.
“Mientras que el General figura como la cara política y de la oligarquía del país, el de Obreros es la otra cara de la moneda; este representa las luchas populares y dignidad de la vida de la clase obrera”, aseguró el arquitecto.
Destaca en este camposanto el monumento de los Mártires del Codo del Diablo: Tobías, Lucio, Octavio y Federico, líderes comunistas asesinados el 19 de diciembre de 1948, cuyas muertes “son un fin trágico al momento más importante de las luchas populares en el país”, señaló Fernández.
También en este cementerio descansan los restos de personajes de la vida política y artística costarricenses como el escritor Carlos Luis Fallas y Jaime Cerdas, fundador del partido comunista Vanguardia Popular.
El terreno donado en 1877 por Tomás Guardia, entonces presidente, es hoy el camposanto de las familias extranjeras de renombre de San José de antaño, y en la actualidad alberga también los restos de católicos ticos y extranjeros.
Para Fernández, lo anterior demuestra la tolerancia hacia la libertad de culto.
Este cementerio se caracteriza por contener mucha simbología masónica y judía, como la tradicional estrella de David.
Una combinación de arte e historia reposa en los tres cementerios de la capital y desvela los misterios de la necrópolis josefina. Según Fernández, estos fungen como un inventario de las tendencias artísticas presentes en la construcción de la San José de hoy.
Escultores y arquitectos costarricenses e italianos del calibre de Francesco Tenca son los responsables de dar vida al sitio donde yacen hoy quienes duermen el llamado sueño eterno.