Una de las grandes preocupaciones que tuvo Claudia Neira –hoy directora del Festival Centroamérica Cuenta– en aquel lejano 2013 no se debía a retrasos en traslados, atascos en el tráfico o problemas de sonido.
Entre risas, Neira recuerda que la primera edición del evento la puso a sudar algo más simple de lo que se creería: faltaban botellas de agua.
“Tuve que salir corriendo a resolver cómo hacíamos para que nadie se deshidratara con el calor que hace allá”, dice refiriéndose a Nicaragua, país donde nació esta prestigiosa actividad que ha fomentado no solo la literatura del istmo, sino también la discusión sobre qué nos une, qué nos identifica y qué nos desangra como región.
Han pasado 10 años desde que se dio la génesis del festival. Desde entonces, el evento ha desperdigado sonrisas, reflexiones y muchas inspiraciones para todos los que aman la lectura y escritura, inclusive más allá de Centroamérica.
Tanto Neira como el presidente del Festival, el reconocido escritor nicaragüense Sergio Ramírez, se muestran orgullosos de festejar que un encuentro de 20 autores hace una década se convirtió en uno de los más relevantes congresos culturales de Hispanoamérica.
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“Recuerdo esa primera vez”, dice Ramírez. “Tuvimos que correr a la pulpería por esas botellas y, aunque teníamos una gran expectativa del futuro del evento, nunca imaginamos que algo tan modesto acabaría siendo un festival de primera”, agrega el conocido autor, cuya connotada figura le ha permitido abrir horizontes a la actividad.
Hoy Centroamérica Cuenta, que ya comenzó su nueva edición en República Dominicana el 16 de mayo, se proyecta para el mundo entero. Como bien dice la propia Neira: “se llama Centroamérica para darnos un lugar en el mapa, pero es un festival que podría tener cabida en cualquier parte del planeta”.
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Gran legado
El festival literario Centroamérica Cuenta es un evento cultural y literario fundado en Nicaragua. La noticia de su fundación se dio en el 2013 en voz del escritor Sergio Ramírez, ganador del Premio Cervantes en el 2017.
Nació con el objetivo de promover y difundir la literatura centroamericana y fortalecer los lazos culturales entre los países de la región.
Ramírez cuenta que todo surgió de una conversación con un directivo del Instituto Goethe en México, a quien le propuso que se sumara para hacer una suerte de convención literaria que ocurriera de forma paralela al Festival de Poesía de Granada, el cual era ya un evento consolidado en su país.
Junto a un par de embajadas más, nació Centroamérica Cuenta como un encuentro “modesto”. Eran 20 autores reunidos en una salita, conversando y reflexionando sobre qué nos identifica como istmo.
El nombre apareció por iluminación del fallecido Ulises Juárez Polanco, gran poeta y amigo cercano de Ramírez, quien pensó que el nombre sería fabuloso por su polisemia: la palabra contar refiere a presencia y a relato. Centroamérica tiene algo por decir y merece un lugar en el panorama mundial.
Desde entonces, y con esa consigna, Centroamérica Cuenta ha reunido a escritores, poetas, periodistas, académicos y amantes de la literatura de distintos continentes, convirtiéndose en un espacio de encuentro y diálogo entre diversas voces y visiones literarias.
El festival, cada año, se desarrolla a lo largo de varios días y cuenta con una programación variada que incluye mesas redondas, charlas, presentaciones de libros, lecturas de poesía, talleres y actividades para niños y jóvenes.
Durante el festival, se abordan temas relacionados con la literatura y la realidad social y política de la región centroamericana. Se discuten problemáticas comunes, como la migración, la violencia, la identidad cultural y el papel de la literatura en la construcción de la memoria histórica.
Además, se rinde homenaje a destacados escritores centroamericanos y se les brinda un espacio para compartir sus experiencias y reflexiones.
“No queríamos que el festival solo fuera una feria de libros”, recuerda Neira, quien inició como una voluntaria del festival.
“Nuestra intención es que el festival siempre estuviera en diálogo con lo que estuviera pasando y resaltar cómo, en sociedades como la nuestra, se crean espacios para publicar y contar nuestra historia”, agrega la directora.
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Más allá de contar tristezas o desgracias como las que han acompañado a Centroamérica en su existencia, Neira rescata que buena parte de los autores que han brillado en el festival han dado luz sobre lo que se hace acá para que el resto del mundo identifique títulos y autores de la zona.
“Por ejemplo, Centroamérica se ha posicionado como un punto de interés de literatura queer”, señala Neira. “También de géneros como policíacos, como fantasía. No todo es una crónica sobre lamentos. Somos una mezcla heterogénea de influencias, gustos, lecturas y sociedades”, añade.
Los incentivos para escribir de toda temática son parte del paquete del festival. Brindar charlas y talleres con autores de alto nivel ha sido un alimento para que nuevas generaciones de escritores se motiven a crear y que, los lectores, por su parte, puedan conocer a muchos de sus ídolos literarios.
Centroamérica Cuenta ha tenido la participación de reconocidos escritores y personalidades literarias a nivel internacional, como Mario Vargas Llosa, Mircea Cărtărescu, Elena Poniatowska, Juan Gabriel Vásquez, Arturo Pérez-Reverte, Juan Villoro, Gioconda Belli, Laura Restrepo y Martín Caparrós, entre otros.
También ha propiciado el encuentro y la visibilidad de jóvenes talentos emergentes de la literatura centroamericana.
El festival se ha convertido en una plataforma importante para la promoción y difusión de la literatura centroamericana en el mundo. Además de las actividades presenciales, se han realizado ediciones virtuales y se han establecido alianzas con otras instituciones culturales y literarias, ampliando su alcance e impacto.
Los registros con respecto a los logros del festival son mayores: se han efectuado más de 45 talleres formativos, más de 500 actividades, 10 ediciones presenciales y ha convocado más de 600 autores de 30 países distintos. Esto la logrado 12.900 horas de contenido vistas en su canal de YouTube y han llegado a más de 4 millones de cuentas en Facebook. El alcance ha sido colosal.
Espejo social
Durante los últimos años hubo cambios en la situación política y social en Nicaragua que han afectado la realización del festival.
“La Centroamérica que tenemos hoy era inimaginable a la que existía cuando empezamos el festival”, reflexiona Neira. “Los ataques a la democracia, la prensa... El crecimiento de la violencia, la inestabilidad... No eran factores que teníamos a tal grado en aquel entonces”, dice.
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Las primeras ediciones del festival ocurrieron con relativa calma. Conforme el evento fue ganando notoriedad, Sergio Ramírez empezó a sentir ciertos ataques por parte del gobierno de Daniel Ortega y comenzó a preocuparse por posibles vendettas.
Dentro de sus recuerdos, ubica el 2015 como un año complejo. Fue cuando la revista Charlie Hebdo sufrió un ataque terrorista. Según los victimarios, la bomba que explotó sobre las oficinas de la revista en París se debió a un descontento con la sátira que allí se presentaba.
Tras lo ocurrido, el propio Ramírez invitó a uno de los periodistas de la revista para hablar sobre libertad de expresión en Centroamérica Cuenta. La sorpresa fue que, una vez llegado al aeropuerto internacional de Nicaragua, el comunicador fue devuelto a su país.
“Uno empezaba a notar que (las autoridades) querían atacar la diversidad y la libertad de prensa que proclamaba el festival”, acota Ramírez.
De hecho, una de las sacudidas más grandes del país fue la que hizo que el evento se mudara de casa.
Nicaragua ha experimentado una crisis sociopolítica desde abril de 2018, cuando comenzaron protestas masivas contra el gobierno de Daniel Ortega. Estas manifestaciones fueron en respuesta a reformas al sistema de seguridad social y se extendieron a críticas más amplias sobre la gestión del gobierno y las violaciones a los derechos humanos. El gobierno respondió con represión violenta, lo que resultó en un alto número de muertes, detenciones y exiliados.
Dado este contexto, los eventos culturales y literarios en Nicaragua han enfrentado dificultades y desafíos. Tanto Neira como Ramírez se convirtieron en exiliados políticos, amenazados por su propio gobierno.
De la terrible situación se tomó una decisión espectacular: hacer del festival un evento itinerante, que cada año fuera cambiando de país y que encontrara nuevos públicos y alianzas para seguir creciendo.
Así fue como, en el 2019, Centroamérica Cuenta llegó a Costa Rica y propuso uno de los eventos culturales más hermosos que ha vivido el país en el presente siglo, con charlas, paneles, firmas de autógrafos, eventos sociales y un respiro literario único para lectores y autores ticos.
Aquella edición fue un verdadero lujo que vale la pena recordar. San José recibió una verdadera galaxia de invitados que provocó dos semanas de alimentación de pura cultura, en el marco de la Feria Internacional del Libro y con el apoyo del Ministerio de Cultura de aquel momento.
Por México vinieron Ángeles Mastretta, Emiliano Monge, Joselo Rangel (guitarrista de Café Tacvba), Guillermo Arriaga y Guadalupe Nettel.
Los argentinos Mempo Giardinelli, Martín Caparrós y Claudia Piñeiro se unieron con los peruanos Jeremías Gamboa y Gabriela Wiener.
La representación estadounidense llegó con el reconocido periodista de The New Yorker Jon Lee Anderson; mientras que de Bolivia vinieron Edmundo Paz Soldán y Liliana Colanzi. Los españoles Ray Loriga, Aroa Moreno, Luisgé Martin e Ignacio Escolar completaron la alineación europea de esta edición.
Por Centroamérica hubo más de 20 destacados participantes, entre ellos Gioconda Belli, Horacio Castellanos Moya, Rodrigo Fuentes, Miguel Huezo Mixco, Carlos Cortés, Anacristina Rossi, Héctor Collado, Luis Enrique Mejía Godoy y Hellen Umaña. Sencillamente increíble.
Posteriormente, el festival ha aterrizado con éxito en Guatemala, España, México y República Dominicana, donde se desarrolla ahora. El próximo año se espera que llegue a Panamá.
El proyecto tiene un rumbo fijo: llenar de cultura a todos los países del área, no solo de forma presencial, sino también con la transmisión gratuita de paneles y foros.
A causa del exilio del festival y sus directivos, el evento ha tomado un tono tajante con respecto a la libertad, tanto individual como de prensa. De hecho, la importancia del periodismo ha sido un eje central en cada edición. El propio Ramírez comenta al respecto.
“La palabra del periodismo es la misma que la de la literatura”, reflexiona. “El periodismo cuenta lo que nos pasa, denuncia, critica. Es esencial para la democracia y, en estos últimos diez años, ha sido una de las principales víctimas de los procesos de violencia y autoritarismo en el istmo. De eso también hay que hablar y seguir luchando”.
Sumando sentimientos
Tanto Neira como Ramírez dicen sentirse en un sueño al estar al frente de un festival clase A, uno que, además, sobrevivió la pandemia.
“Es importante que exista un festival de alto calibre que lleve el nombre de Centroamérica en su título”, afirma Neira. “Las generaciones de antes, como las del propio Sergio, lo tuvieron más difícil para encontrar libros y capacitarse. Queremos que eso cambie; que autores y lectoras tengan más al alcance de su mano”, agrega.
Por su parte, Ramírez cuenta que entre todas las alegrías que le ha dejado este festival (el cual le ha aliviado algunos de los dolores de su exilio), hay un logro muy específico que lo llena de orgullo.
“Hemos tratado de responder a la pregunta sobre la necesidad de la literatura”, comenta. “Contar historias es fundamental en la historia de la humanidad. Los relatos no son inútiles; son un testimonio presente y futuro, nos ayudan a saber quiénes somos. Generan conversación y nos dan preguntas muy necesarias para avanzar como sociedad y como región”.
Así se ha ido contando Centroamérica en estos últimos 19 años, una región que parecía ser terreno desconocido para nosotros mismos, pero que buena parte del orbe ahora sabe que es bien fértil.
Sea parte de la fiesta (aunque sea a distancia)
La actual edición de Centroamérica Cuenta ya ha arrancado en República Dominicana, desde el martes 16 de mayo. Puede consultar el programa completo de actividades en el sitio oficial centroamericacuenta.com.
Todas las actividades (exceptuando las que se realizan en universidades) serán transmitidas por la cuenta oficial del festival de Facebook y YouTube. ¡No se lo pierda!
El festival se extenderá hasta el 21 de mayo.