Un grupo de peculiares seres habita desde el jueves la pared en el costado norte de la Universidad Creativa, en Zapote.
Estos personajes son parte del enorme mural que el artista argentino Pablo Harymbat, alias Gualicho , pintó inspirado en la flora y fauna del bosque lluvioso tico.
En una pared de seis metros de ancho y 14 metros de largo, Gualicho plasmó un colorido diseño que llama la atención del público a varios metros de distancia.
“Soy fanático de la naturaleza. Me gusta la vida al aire libre, el bosque, el río, el mar. Costa Rica tiene una biodiversidad asombrosa que quise rescatar en este mural”, afirmó el artista de 32 años.
Mediante trazos libres y colores vivos Gualicho expresa su interpretación personal sobre el hábitat en el bosque lluvioso.
“Son muchos seres diferentes que conviven en un mismo espacio, conectados entre sí y que se valen unos de otros”, dijo el creador.
Con sello callejero. Gualicho ubica su trabajo dentro de la tendencia del neografiti y como toda obra de arte urbano es un mosaico de influencias.
“Me gusta mezclar elementos de diferentes culturas, animales, plantas, máquinas. Todo pasa por el filtro de mi propia herencia urbana y de vivir en una ciudad como Buenos Aires rodeado de comic , rock, tatuajes, patinetas, sicodelia, grafiti”, dijo el muralista.
El pintor se demoró dos días y medio para concluir su obra en jornadas desde las 11 a. m. hasta las 6 p. m. Según sus palabras, esta es la obra más grande que ha realizado.
“Para trazar el mural usé un extensor de cinco metros con un pincel atado en la punta. Eso me da la distancia suficiente para ver lo que estoy haciendo. No uso ni marcas ni nada, es pintura a mano alzada, gesto directo. Luego pinto con rodillo los colores y al final de todo hago los contornos negros”, explicó.
Esta no es la primera vez que Gualicho realiza un mural en Costa Rica pues ya había pintado una de las paredes exteriores del quiosco San José, en barrio Amón.
Místico. Gualicho tomó su seudónimo de una antigua palabra de los indígenas Tehuelches de la Patagonia y literalmente significa “el que está entre la gente”.
Actualmente se le da un sentido asociado a la magia, para decir que alguien está bajo la influencia de un embrujo. “Para mí el mundo es mágico, supremo y embriagador. Mis obras siempre tienen cierto aire místico”, opinó el artista.
Sus llamativas creaciones se lucen en edificios, puentes y muros en países como Argentina, Uruguay, México y Cuba.