A dos semanas de su inauguración, la producción del Festival Internacional de las Artes (FIA 2017) lija pisos, pinta puertas y ajusta las bisagras. En el campo ferial del Parque La Libertad, en Desamparados, un equipo de 15 constructores y un diseñador transforman madera, metal y pintura en las escenografías que usarán 37 espectáculos de teatro, danza y circo.
"Los grupos nos mandan unas fichas técnicas pero no nos mandan una lista de materiales. No es una receta de cocina", explica el diseñador de producción Eric Víquez, quien lidera el proyecto. "Nos mandan dimensiones, colores. La interpretación técnica se hace aquí".
Construir en Costa Rica reducirá los costos de los traslados del equipo de las agrupaciones teatrales. Del presupuesto total de ¢600 millones del FIA, el Ministerio de Cultura y Juventud destinó ¢73,69 millones para cubrir la escenografía y utilería de su programación.
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Víquez comenzó a trabajar en la colosal tarea de construcción en febrero, tres meses antes de que el Ministerio presentara la agenda artística del FIA. Ahora, el equipo prepara a toda velocidad la escenografía que será usada entre el 29 de junio y el 9 de julio en parques, calles y teatros de San José.
Durante los primeros meses, el diseñador tuvo que investigar montaje por montaje para construir modelos a escala y preparar los materiales de trabajo de cada escenario. Los últimos dos meses, el horario de la faena ha sido de lunes a viernes, de 8 a. m. a 3 p. m.
"En el mundo real es una obra a la vez. Aquí le pedí a los escenógrafos que me contaran sobre cada obra, hablé con los directores. Es importantísimo saber el por qué de los diseños", afirma Víquez.
Son 14 pares de manos las que dan forma a los escenarios de 33 grupos artísticos de Latinoamérica y Europa. En ese equipo hay ocho jóvenes con edades entre los 19 y 27 años que pertenecen al programa laboral ConstruyoYO que, desde el 2016, especializa a vecinos del Parque La Libertad en actividades de construcción. Los seis operarios restantes fueron contratados por el Centro de Producción Artística y Cultural (CPAC) del Ministerio.
A cargo de Víquez, quien tiene experiencia en televisión y cine, todos los trabajadores abocan su talento e ingenio a que cada escenografía sea útil para su montaje.
"Hemos tratado que sea una experiencia inmersiva en todo lo artístico. No solo que hagan un módulo sino que han recibido conversatorios de escenografía, hemos visto los videos, se les dio un taller de teatro. Fue muy efectivo, ahora tienen un criterio diferente. La empatía es muy importante", dice Víquez.
Mientras terminan de construir el grupo se prepara para el traslado. A partir del 20 de junio, los escenarios abandonarán el Parque La Libertad para llegar a una bodega en la Antigua Aduana. Desde ahí, cada pieza será movilizada a su ubicación final.
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Manos a la obra
En el taller del FIA, cada tabla y cada alambre está rotulado por el nombre de su respectivo montaje.
En la entrada del campo ferial, una jaula gigantesca se sostiene torcida: la obra a la que pertenece, Tebas Land de los uruguayos de Complot Teatro, se presentará en el Teatro Nacional y tiene que adaptarse a la leve inclinación de sus tablas (la inclinación permite la visibilidad desde todas las butacas del Teatro).
De esa forma, cada escenario construido debe responder al espacio que ocupará frente al público; Víquez concede que es un reto pensar en el ensamble de cada pieza.
"A la hora de diseñar pensamos que hay que construirla, desarmarla y volverla a montar", dice sobre el escenario de Labio de liebre, una producción colombiana de Teatro Petra y Teatro Colón. "Esta escenografía tiene también un diseño acústico que ayuda a la obra. En algún momento se pensó en hacerlo en tela para que pesara menos pero nos dijeron que tenía que ser en madera para (conseguir) la resonancia".
Alrededor de esa estructura trabajan al menos tres de los muchachos del equipo. Uno pinta la puerta, uno recubre el piso y otro termina los detalles de las paredes.
"Se supone que esta es una casa en Noruega, vieja. La casa tiene que verse deteriorada, fantasmagórica. Tiene que verse como lo que está haciendo Jorge (Picado): como si fueran asomos de lo que en algún momento fue una estética pero ya no lo es", describe Víquez.
"Yo soy muralista y graffitero, desde hace nueve años. La pintura ha sido lo mío siempre", asegura Jorge Picado, de 24 años, con un rodillo en la mano y los pantalones salpicados de gris.
Antes de trabajar con el equipo del FIA, Picado fue estudiante de La Casa del Artista en Guadalupe y es vecino de barrio Naciones Unidas, al sur de San José.
"Aprendimos a construir y a darle la parte creativa a la obra. Acá, la brocha es lo mío pero el trabajo en madera también ha sido genial", dijo el operario del programa ConstruYO.
Otros de los jóvenes de ese programa tienen experiencia en oficios de construcción y técnicos de electrodomésticos. La mayoría cursó o cursa disciplinas artísticas como la danza y el dibujo arquitectónico.
"Yo empecé con un familiar mío, un tío. Estaba empezando el colegio (tenía 12 años) y trabajaba medio tiempo en construcción brava, es más duro que esto. Uno se asolea, jala cemento", recuerda Aarón Rivera, de 24 años. "Yo sé usar un taladro, sé usar herramientas, hacer medidas y de ángulos. Pero la creatividad: pintar un rótulo, pintar un barco... Todo tiene su cosa".
Pintar es una de las actividades que requiere más tiempo para los constructores. Las guías técnicas que envían los grupos artísticos describen los colores que necesitan sus escenarios pero no los especifican.
"He aprendido a difuminar colores, a soldar y cortar metales. Aprendí a afinar los cortes en madera. Aquí tenemos de todo, tenemos personalidades diferentes. Hay cosas que yo no puedo hacer", se ríe Gerardo Rodríguez, de 25 años y quien vive en Río Azul.
La semana pasada, Rodríguez asumió la tarea de crear el diseño de pintura de la puerta de Labio de liebre.
"Esto es apegado un guion pero siempre se puede dejar algo a la creatividad de una persona", explica mientras recorre la madera con la brocha. "Es muy enriquecedor y nos da la libertad de hacer muchas cosas".
Para Víquez, esa "libertad" lo convierte en un trabajo en equipo en la que cada miembro aporta soluciones a lo que, en un comienzo, era apenas una idea impresa en una guía técnica.
"Se multiplicó la capacidad creativa y productiva", asegura el diseñador. "Yo necesito que ellos se suelten y tengan confianza en sí mismos. Hay ciertas libertades y uno puede jugar con esos márgenes, a beneficio de ellos".
El FIA 2017 se realizará en San José desde el 29 de junio y hasta el 9 de julio. El FIA tendrá sedes en el área josefina entre el Parque Central (sobre calle 2) y la Antigua Aduana (en calle 23). Las entradas para los espectáculos bajo techo se pueden comprar en www.boleteria.cr