Un documento histórico declarado por el Estado “de valor científico cultural” y conocido como el Libro Violeta está desaparecido y una denuncia ante el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) indica que fue “sustraído” de la residencia de su última custodia.
La información fue confirmada a
El Libro Violeta es uno de los cinco cuadernos de Figueroa, un grupo de documentos creados por José María Figueroa Oreamuno, un historiador, cartógrafo y etnólogo costarricense también conocido por haber creado el llamado Álbum de Figueroa.
Los cuadernos se diferencian del álbum por tener una línea mucho más crítica de la vida social y política de la Costa Rica del siglo XIX. Además, hay algunos dibujos que parecen ser el borrador de lo que posteriormente colocaría en el álbum, indicó Chacón.
Figueroa, fallecido en 1900, documentó en las últimas dos décadas de su vida su opinión sobre los personajes políticos de la época.
El libro robado alude al gobierno de Bernardo Soto, quien gobernó de 1885 a 1890. Chacón explicó que el Libro Violeta tiene un interés especial pues es el único de los cinco cuadernos pintado a colores.
Ella dio acceso a funcionarios del ANCR para su análisis y avaló en un principio su donación, por lo cual se declararon patrimonio, pero luego no los entregó.
Según una denuncia presentada por Mauricio Grijalva (familiar de Tattenbach), no se sabe cuándo exactamente desapareció ese cuaderno, pero la ausencia fue detectada a finales de setiembre del año pasado, cuando la albacea de Tattenbach realizó una revisión de las pertenencias que había dejado tras su muerte, sucedida en agosto.
Ese único tomo de menos de 30 páginas estaría valorado en $300.000 (más de ¢150 millones), indicó Grijalva en la denuncia.
Todos los cuadernos de Figueroa –también el Libro Violeta– fueron digitalizados con miras a su publicación en formato facsimilar en dos tomos. El primer tomo fue publicado el año pasado, pero no incluye el Libro Violeta.
Tattenbach quería que esas publicaciones históricas permitieran mayor acceso a los documentos y dieran más fondos a las obras de beneficencia que ella patrocinaba.
Ante esta situación, el ANCR interpuso una acción legal que fue resuelta a su favor por un juez, el cual ordenó la entrega provisional de los documentos.
Tras la notificación de esta resolución, continuó Chacón, la albacea decidió llegar a un acuerdo de conciliación con el ANCR y entregar los único cuatro libros que tenía pues ya había indicado que el Libro Violeta no estaba entre los documentos hallados y que ignoraba qué había pasado con él.
Aunque los entregó hace varias semanas, el ANCR aún no ha sido notificado que un juez haya homologado ese acuerdo de conciliación y por eso no ha pasado al estudio de conservación.
“Los cuadernos ya están aquí en un sitio especial, con las condiciones adecuadas para su preservación, pero estamos esperando la notificación para comenzar un estudio de valoración para su conservación”, dijo Chacón.
Este estudio analizaría el estado de los documentos, entregados desencuadernados y envueltos en hojas de papel, aunque en un estado general que, a primera vista, parece bueno, dijo Chacón.
Añadió que algunos folios parecen tener restos de cinta adhesiva y otros parecen estar sucios.
La Nación trató de comunicarse con la albacea de Tattenbach en varias ocasiones, pero fue imposible obtener una declaración.
La Fiscalía confirmó que investiga la denuncia de robo.