Redacción
El diario británico The Guardian publicó este martes, en su edición digital, un poema del costarricense Luis Chaves. El texto aparece en la sección Translation Tuesday (Martes de traducciones), editada en conjunto con la prestigiosa revista de traducción Asymptote Journal.
La traducción al inglés del poema estuvo a cargo de Julia Guez y Samantha Zighelboim. "Desde el 2012, Julia Guez primero, luego trabajando en conjunto con Samantha Zighelboim (amabas viven en Nueva York), vienen trabajando en la traducción de textos míos, se centraron primero en el libro Monumentos ecuestres", explicó Chaves por correo electrónico.
"La idea es que le interese a algún sello editorial publicar una selección de textos en formato de libro", añadió el poeta. ¿Considera contribuir en Estados Unidos o Reino Unido con la difusión de su obra? "Julia y Samantha son unas traductoras maravillosas. También son amigas después de todo este tiempo de comunicación y trabajo. Ellas se están moviendo por allá, vamos paso a paso. Sin prisa, como te digo, esto inició en el 2012. Me imagino que en el caso de que se de alguna publicación en formato libro, procedería un traslado para presentarlo y difundirlo un poco", respondió.
Chaves estuvo viviendo en Berlín el año pasado como el primer poeta costarricense becado por el DAAD alemán. En Europa, difundió su trabajo y participó en varios encuentros literarios.
Además, en octubre se convirtió en el primer autor tico publicado en la célebre revista Poetry (otras traducciones han aparecido en PEN America Poetry Series y en la revista Circumference). En febrero, Chaves leyó Anotaciones para una cumbia, incluido en su libro Chan Marshall (2005), para el suplemento Babelia, del diario español El País.
Puede leer el poema publicado en The Guardian en este enlace.
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Este es el poema en su versión original en español: En la foto, borrame el arco de sudor de la camisa.
Alguien va a soñar con esto.
La cabeza en la segunda casa,
el cuerpo en una barra, al centro,
equidistante de dos gringos.
/
Íbamos para otra parte
hasta que soñó el despertador
de la realidad:
"borrame –me dice– en la foto
el arco de sudor de la camisa".
/
El cambio climático
es escuchar, al paso,
el hit del verano en invierno.
Una palabra como antirretrovirales
en un poema aspiracional.
/
El veneno paralizador de la edad.
Los días, una sucesión perfecta
de prueba y error.
/
Aquellas bengalas al final
de las manos de ocho años,
estiradas a lo alto
contra una noche de estrellas.
El perro de la memoria
en la casa de abuela Belén,
Puntarenas 1973,
oliéndonos la entrepierna
(un recuerdo talvez falso),
y el sonido, atrás, de un tren
invisible como los grillos.
/
Queda siempre la ciencia
y el taladro de los zancudos
penetrando el sueño
de un noche de calor.
Las banderas y pitos
de la socialdemocracia,
el Datsun 120Y
desde donde asomabas
medio cuerpo por la ventana.
Una taza de café
en la que se sumerge
el pan con margarina
Las mini agujas de la garúa,
la sensación de .
Allí pasan las nubes
en formación,
las piedras del cielo
sobre nuestras cabezas.
A lo lejos y al pasar,
hélices gigantes y lentas
pierden la sincronización.
/
Entonces, había que volver
por la ruta larga.
Alguno, fuiste vos creo,
tarareaba la canción
saltándose palabras que
agregábamos sin hablar,
y el olor a pollo asado
avanzaba en oleadas
desde las filas de atrás.
/
¿Cuánto falta?
pregunta el niño de la mente
y la bengala entra, en cámara lenta,
a la noche de estrellas
hasta consumirse.
/
Ahora se ven unas luces.
Allá.
¿Las ves?
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De Monumentos ecuestres (Ed. Germinal, 2011) .