Está previsto que este nuevo centro cultural albergará más de 100.000 piezas arqueológicas junto a las pirámides de Giza.
El ministro de Antiguedades egipcio, Mohamed Ibrahim, anunció ayer que la tercera y última fase de la construcción de este Museo correrá a cargo de la empresa constructora egipcia Orascom y la belga B6, con las que firmó el contrato, aunque en el pasado había sido adjudicado a otra compañía.
Esta fase concluirá en agosto de 2015, fecha en la que se organizará una gran celebración internacional para inaugurar el proyecto, resaltó Ibrahim en un comunicado oficial de prensa.
En febrero del 2010, el entonces secretario general del Consejo Supremo de Antiguedades (CSA), Zahi Hawas, fue quien anunció que el Museo abriría sus puertas al público a mediados del 2012.
Eso ocurrió después de haber firmado un contrato con la empresa constructora estadounidense Hill International.
Pese a los múltiples retrasos y cambios, este gran proyecto sigue adelante, según las autoridades.
Según trascendió, se prevé que este centro ofrecerá más de 20.000 oportunidades de trabajo.
Se estima que unos 5.000 empleos se generarán durante el proceso de construcción de la tercera fase, que costará unos $300 millones (unos ¢155.100 millones).
Esta fase será financiada por Japón y más de 150 donaciones locales e internacionales.
La entrada estará presidida por la colosal estatua de Ramsés II, quien nació en 1.304 a. C. y murió en 1.237 a. C. Esta escultura fue trasladada en el 2006 de la céntrica plaza cairota de Tahrir a su nuevo emplazamiento antes del comienzo de las obras, un sitio que ha sido criticado porque mantiene la obra expuesta a la intemperie, al menos en una de sus caras.
Las autoridades egipcias confían en que el futuro Museo recibirá al menos unos cinco millones de visitantes al año, una cifra que esperan se incremente a unos ocho millones dos años después de su inauguración.
Durante las primeras dos fases del Museo, el presupuesto ejecutado se calcula en $550 millones (alrededor de ¢284.350). En estas etapas ya se edificó un centro internacional para el estudio de la momificación, técnica para conservar el cuerpo que empleaban los egipcios, quienes creían en la vida después de la muerte.
Entre otras cosas, se buscará confirmar el por qué solo los egipcios más ricos, además del faraón y su familia, podían encargar su momificación. Además, si realmente ello tardaba unos 70 días en ser finalizada, como se cree hasta hoy.
La otra parte que ha sido construida son unos grandes almacenes para albergar las piezas arqueológicas que no serán parte de la exposición permanente.