En marzo, por cuarta vez, el diseño y sus disciplinas vecinas (fotografía, cine, arquitectura, gastronomía, etc.) se juntarán para contárselo todo: qué hacer, cómo y con quién. El Festival Internacional de Diseño se propone ser inclusivo, educativo e inspirador los días 13, 14 y 15 de marzo.
Conversamos con Paco Cervilla y Alfredo Enciso, dos de los organizadores del encuentro, quienes en años pasados ha atraído a figuras descollantes como Oliviero Toscani, David Droga y Karim Rashid.
El FID se financia con patrocinios y la venta de entradas. Lo organizan Cynthia Bonilla, Monse Ramírez y Mario Sánchez. Los invitados Spencer Tunick (fotografía), Hani Rashid (arquitectura), Cindy Gallop (publicidad), Jessica Walsh (diseño gráfico) y Pedro Miguel Schiaffino (gastronomía) son algunos de los 13 confirmados hasta ahora. Las entradas valen $75 para estudiantes, $95 general y $130 preferencial. Se adquieren en www.fidcr.com. En esta cuarta edición, habrá múltiples actividades complementarias.
¿Cómo llega el FID a su cuarta edición?
Paco Cervilla: El FID llega porque es una continuación de todo el proyecto que tuvimos previsto desde el inicio. Asumir el reto de hacerlo un cuarto año era casi una obligación; sobre todo, por la respuesta que ha tenido la gente. ¡No hay tres sin cuatro!
¿Qué habrá novedoso en esta ocasión?
Alfredo Enciso: Uno de los principales retos para este año es mejorar la experiencia de los visitantes al festival. Estamos trabajando en todo un diseño de escenario y de espacio durante las conferencias, que esperamos que marque la diferencia entre lo que se ha hecho hasta ahora y lo que viene de ahora en adelante.
Cervilla: Queremos mejorar la interacción del público con el FID: que no sea solo un lugar de paso. Queremos que no solo vea la conferencia y se vaya, sino que el FID se convierta en un lugar donde sucedan cosas, que vean el evento como algo importante y divertido.
¿Cuáles contenidos incorporan en esta ocasión?
Cervilla : Mantenemos el nivel de los expositores. Podría asegurar que, en cuando a participantes, estamos entre lo mejor del mundo: realmente son los líderes mundiales en diseño y creatividad.
El encuentro ha mutado: antes se enfocaba únicamente en el diseño y ahora se ha abierto a discutir los procesos creativos. ¿Cómo se dio esta transición?
Cervilla: Eso fue algo que fuimos viendo con el tiempo. Al principio teníamos la visión de diseño, un poco fragmentada en arquitectura, diseño gráfico y diseño de producto. Nos dimos cuenta de que, muchas veces, los invitados no hablan de un tema específico, sino que sus charlas son más inspiraciones, y eso hace que cualquier persona –un diseñador gráfico o un dentista– salga realmente motivado, con ganas de hacer cosas, pensando un poco diferente. Aquí se ve no solo el diseño, sino la creatividad desde otras esferas.
Enciso: Por la respuesta del público, nos hemos dado cuenta de que mucha gente llegaba al FID no para ver lo que pasaba en su disciplina, sino para ver qué sucedía en otras. Hay un interés más amplio que solo el público de diseño.
-En el plano internacional, ¿qué estatura tiene el FID?
Cervilla: Muy alto. La revista Dezeen tiene un cronograma de los mejores eventos del mundo y ya estamos ahí. Es algo sumamente valioso no solo para Costa Rica, sino también para la región, porque, si uno ve el mapa, estamos solos. El FID está teniendo una voz mundial como un epicentro regional.
-Nacionalmente, ¿ha tenido el éxito que esperan?
Cervilla: Bueno, sí, porque siempre se llena, pero creo que, hasta cierto punto, sigue percibiéndose como un evento de nicho. Se conoce dentro de la comunidad. Queremos romper con el esquema de que es un evento para diseñadores.
-¿Qué papel podrían jugar el diseño y la creatividad en la economía costarricense actualmente?
Cervilla: Hay una cosa que se llama la economía naranja. Se ha contabilizado que, si el diseño y la creatividad fueran un país, serían el quinto o sexto del mundo en cuanto al poder económico. Por otro lado, si uno ve las grandes ciudades, el diseño es una parte fundamental de la economía. Un caso bastante pragmático es el de Medellín: después de haber vivido tantos problemas, se ha transformado en la ciudad más innovadora del mundo gracias al diseño, la arquitectura y el mejoramiento del espacio urbano. Todo eso es diseño, a final de cuentas. Es una herramienta muy poderosa, y se va entendiendo que mejora la calidad de vida, a final de cuentas. Se va entendiendo que el diseño es una herramienta y que uno diseña todo. Es una herramienta poderosa para cambiar prácticamente cualquier cosa.
Una de las colaboradoras del FID, Karina Salguero, destacó el papel educativo de una actividad como el festival. “Creo que es uno de los principios. El FID tiene muchas raíces. No vas a hacer un proyecto de estas dimensiones si uno de los objetivos principales no es formativo. Es absolutamente formativo, y por eso es tan independiente. Tiene esa dimensión de proyección social que no le permite ser comercial. Si vas a ser formativo, si vas a seguir el camino de educar generaciones o visibilizar lo que ya de por sí hay, no podés ligarte a una sola corriente de pensamiento. Todas las universidades participan del FID, pero no hay una principal, porque está el principio de la universalidad del FID: entran y salen todos los discursos”, explicó Salguero.
¿Cómo incentiva el FID que se den conexiones entre participantes?
Enciso: Hemos recibido muchos mensajes de gente que nos cuenta, por ejemplo, que un chico de una universidad tenía al lado a un argentino y seis meses después estaban trabajando juntos. Nos hemos topado a gente que al día siguiente del FID renunciaron al brete que habían tenido durante no sé cuántos años para empezar su empresa propia. El espacio, al ser tan mixto, propicia estos encuentros.