Cuando uno lee el currículum de don Adolfo Constenla, queda atónito, impresionado por la vastedad, la calidad y la profundidad de su obra científica; por la variedad de cursos impartidos y la gran cantidad de tesis dirigidas; por la multiplicidad de proyectos de acción social llevados a cabo. Adolfo Constenla Umaña obtuvo su doctorado en 1981 en una de las más prestigiosas universidades de los Estados Unidos, la de Pensilvania, en Filadelfia. Ese año volvió a Costa Rica y se incorporó a la recién creada Sección de Lingüística de la Escuela de Filología, de la Universidad de Costa Rica, a cargo entonces del lingüista norteamericano Jack Wilson.
Su trayectoria
Compromiso y entrega
Brillante. Adolfo Constenla destacó por sus investigaciones en la lengua de los guatusos, bribri, térraba, guaymí y cabécar. Recibió en tres ocasiones el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría (1979, 1998 y 2007). Además, en 1984 obtuvo el Premio Carlos Gagini de la Asociación Costarricense de Filología y Lingüística. Formó parte de la Academia Costarricense de la Lengua desde 1995, y colaboró con el Diccionario Panhispánico de Dudas de la Real Academia de la Lengua Española.
Don Adolfo supo orientar la investigación lingüística en la UCR hacia el estudio de las lenguas indígenas, el español de Costa Rica y, posteriormente, el inglés criollo y el lesco. Todo ello fue logrado mediante la creación del Programa de Investigaciones Lingüísticas de Costa Rica y Áreas Vecinas en 1985, que sentaría las bases para la creación del actual Instituto de Investigaciones Lingüísticas (INIL).
Don Adolfo fue un gestor principal de las instancias que convirtieron la Sección de Lingüística en el actual Departamento de Lingüística en 1990. Recuerdo cómo urgía a don Jézer González, el director de la Escuela de Filología en esa época, y colaboraba con él en la realización de los trámites administrativos que culminaron con la departamentalización de dicha escuela.
Adolfo Constenla fungió como el primer director del Programa de Posgrado en Lingüística, en 1983, cuando se dividió el Programa de Posgrado en Lingüística y Literatura. Asimismo, fue director de la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura de 1996 al 2000.
Acucioso investigador. Su gestión docente se entrelazó con su labor investigativa en la dirección de exitosas tesis de grado y de posgrado. Don Adolfo dirigió 22 tesis de maestría y de licenciatura. La mayor parte de estas versan sobre las lenguas indígenas de la Baja Centroamérica, especialmente de Costa Rica.
Su quehacer en el campo de las lenguas chibchas fue de una relevancia imponderable, y así ha sido reconocido mundialmente. Don Adolfo es el autor más citado sobre este tema.
La vastedad y la profundidad de su conocimiento de las lenguas indígenas de la Baja Centroamérica, que incluyen a las familias chibcha, misumalpa, lenca y otomangue, entre otras, se ven reflejadas en unas de 80 obras escritas sobre estas lenguas.
Sus aportes a la lingüística amerindia versan tanto sobre aspectos sincrónicos como diacrónicos, y abarcan la fonología, la morfosintaxis, la lexicografía, la etnolingüística, la lingüística areal, la lingüística aplicada, el estudio de las artes verbales y las literaturas de estos pueblos indígenas.
Constenla fue el mayor conocedor de la lingüística histórica de las familias mencionadas. Así pues, don Adolfo es una referencia inescapable para quienes se dedican al estudio de las lenguas amerindias de estirpe chibchense.
El conocimiento que poseyó don Adolfo de las lenguas indígenas no fue simplemente libresco; por el contrario, provino de una intensa labor de trabajo de campo por más de cuatro décadas.
En 1969 inició visitas anuales a distintas comunidades indígenas de Costa Rica (que incluyen a los bribris, borucas, cabécares, guatusos, guaymíes y térrabas). Su experiencia en lo que se denomina “métodos de trabajo con informante” fue vastísima. Su intensa labor le permitió la recopilación de materiales lingüísticos únicos.
Idiomas nativos. Constenla rescató valiosos textos de las artes verbales tradicionales de los pueblos chibchas de nuestro país. Algunos ejemplos de este trabajo son los libros Leyendas y tradiciones borucas, de 1979 (Premio Nacional Aquileo J. Echeverría), Lacá maji fi jaca / La transformación de la tierra (1993), Poesía tradicional indígena costarricense (1996) y Poesía bribri de lo cotidiano: treinta y siete cantos de afecto, devoción, trabajo y entretenimiento (2006).
Sobre esa temática son muy destacados sus artículos sobre la lengua ritual bribri “Sacred in the bribri language” (1987) y “The language of bribri ritual songs” (1990).
Sus aportes a la descripción de la fonología y de la morfosintaxis de estas lenguas son de una importancia capital. Baste mencionar que su obra Gramática de la lengua guatusa (1998) hizo al autor acreedor del Premio Nacional Aquileo J. Echeverría por segunda vez. En 2007 volvió a obtener este premio por su libro La lengua de Térraba.
La investigación que realizó el doctor Constenla siempre estará vinculada con la acción social pues repercute en el mantenimiento y la promoción del acervo lingüístico y sociocultural de las comunidades indígenas de nuestro país.
Don Adolfo desempeñó un papel preponderante en el impulso de la enseñanza de las lenguas indígenas de Costa Rica. Publicó alfabetos prácticos para la alfabetización en térraba, bribri, guatuso y guaymí. Igualmente, escribió libros para la enseñanza del bribri, el guatuso y el guaymí como primera lengua, y cursos de bribri como segunda lengua.
Además, en diversas ocasiones, don Adolfo fue consultor de la UNESCO en temas de alfabetización de pueblos indígenas de la Baja Centroamérica.
Constenla no solo se dedicó a la elaboración de libros de texto para la enseñanza de las dichas lenguas, sino que él mismo impartió múltiples cursos de capacitación para los maestros indígenas que trabajan en estas comunidades.
Don Adolfo también fue un activo miembro de la Academia Costarricense de la Lengua y miembro correspondiente hispanoamericano de la Real Academia Española.
Maestro ejemplar. El 6 de junio de este año, el doctor Adolfo Constenla Umaña fue designado profesor emérito de la UCR por el Consejo Universitario. Así, la Universidad de Costa Rica reconoció los méritos que este académico tuvo en los campos de la docencia, la investigación y la acción social.
Uno de los requisitos para ser profesor emérito es tener la condición de jubilado. Don Adolfo se acogió a su pensión en el año 2005, luego de un largo período de posposiciones. Sin embargo, lejos de retirarse, se reincorporó de inmediato a la UCR para trabajar como profesor ad honórem, lo cual resulta muy loable en el panorama actual de recontratación institucionalizada de pensionados.
Desde ese mismo año se dedicó intensamente a la docencia, al impartir cursos de bribri y guatuso en la Escuela de Filología; a la investigación, con múltiples proyectos inscritos en el Instituto de Investigaciones Lingüísticas, y como director de la revista Estudios de Lingüística Chibcha, la cual fundó junto con don Enrique Margery Peña en 1982.
Adolfo Constenla se dedicó a la acción social con varios proyectos de capacitación en las comunidades indígenas. Su labor universitaria fue entonces reconocida con el prestigioso Premio de la Universidad de Costa Rica al Investigador del Año en 2006.
Si yo tuviera que definir en una frase al doctor Adolfo Constenla Umaña, diría que él es el ejemplo perfecto de cómo la tenacidad conduce inevitablemente por caminos fructíferos.
El autor es catedrático en la Escuela de Filología de la UCR y secretario de la Academia Costarricense de la Lengua.