Algunas miradas son penetrantes y seductoras, otras son misteriosas y desafiantes, pero ninguna pasa inadvertida.
La más reciente exposición del pintor costarricense José Miguel Rojas, denominada Ensayo sobre el rostro , es un ejercicio sobre las posibilidades de la cara como motivo artístico.
La muestra, que se inaugurará esta noche en el Centro Cultural de España, reúne 14 dibujos sobre tela elaborados con carboncillo, ocre y acrílico que mantienen rasgos característicos en la obra de Rojas, como el uso de las apropiaciones y un enfoque crítico y sarcástico sobre un tema particular.
En esta oportunidad, los protagonistas de sus cuadros son rostros no necesariamente bellos, sino, más bien, grotescos y con facciones exageradas. Los retratos no corresponden a personas concretas, pues son producto de una serie de referentes de procedencia diversa.
“Me apropié de imágenes de distintas fuentes para darles una interpretación personal. Eso es una constante en mi trabajo. Mis inicios en la pintura fueron como retratista y, por eso, el retrato siempre ha estado presente en mis propuestas”, comentó el artista.
Caras vemos. La mayoría de estos dibujos fueron realizados durante el 2006 y tienen referencias a obras clásicas de la pintura universal como Venus y el organista de Tiziano. Pero esos rostros en los cuadros de Rojas están marcados por cierta ambigüedad que los hace cercanos y lejanos al mismo tiempo.
“El rostro es el espejo por excelencia del alma, del interior de los humanos. Una colección de miradas reconcentradas, de gestos huraños que recuerdan cierta galería familiar de quienes no necesariamente han sido nuestros parientes, pero a los que incorporamos en nuestra personal genealogía”, opinó el escritor e investigador costarricense Rafael Cuevas, estudioso de la obra de Rojas.
Las miradas de esos personajes son enigmáticas e inquisidoras, como si quisieran compartir sus historias o, por el contrario, tentarnos a contar las nuestras.
Para Cuevas, la obra de Rojas ha ido conformando un universo de imágenes que hurgan en lo que no se ve o no se quiere ver, “Está relacionado con una dimensión oscura de lo que, desde otro ángulo, puede ser presentado como atractivo, bello y glamoroso”, agregó .
Esas caras desconocidas que se adueñan de la tela blanca cautivan o espantan, según el grado de identificación que tenga el espectador con el personaje.
No se parecen en nada a esos rostros perfectos gracias al maquillaje y a la cirugía plástica que engalanan portadas de revistas o comerciales de televisión.
El tratamiento irónico que caracteriza la obra de Rojas se desprende también del uso del género del retrato bajo una perspectiva muy libre.
La exposición estará abierta al público hasta el 30 de mayo en el Centro Cultural de España, frente a la rotonda de El Farolito en barrio Escalante. El horario es de lunes a viernes, de 9 a. m. a 6 p. m.