En una pizarra acrílica colgada en una de las paredes de la carpa de entrenamientos se marca la vida de cada acróbata de Corteo . A pocos días del estreno del segundo espectáculo del Circo del Sol (Cirque du Soleil) en Costa Rica, las agendas están llenas porque es hora de afinar los detalles. En el circo, hay poco espacio para errores.
Sasha Yudintsev, gimnasta de 28 años oriundo de Kazajistán, ha vivido bajo las carpas de Corteo por poco más de ocho años. Eso representa casi toda la vida del espectáculo, que cuando cierre definitivamente en noviembre habrá alcanzado una década y a 7,5 millones de espectadores, según la organización.
“Apliqué para el circo y fue algo totalmente nuevo para mí. Un par de mis amigos fueron y yo dije ‘Quiero hacer eso’. Así que aquí estoy”, cuenta el deportista. En Corteo , como varios de sus colegas, juega varios papeles; actualmente, incluso hace acrobacias de trampolín.
Preciso. A las 3:30 p. m. empieza, bajo la gran carpa, el ensayo de la Opera Roulette , parte de uno de los números más simpáticos del show . En ese momento participan todos los personajes de Corteo , historia de un payaso que sueña con su funeral.
Aquí, el payaso protagonista, Mauro, intenta montar una escena romántica en el teatro, pero las ocurrencias de sus compañeros se lo impiden. Yudintsev interpreta a uno de los actores: corretea por el escenario, sostiene una pequeña luna como escenario y divierte al público.
Para Yudintsev, lo más difícil de sumarse al circo fue ajustarse a la agenda. “Es totalmente diferente de lo que solía hacer. Es deporte, pero no lo es; aún tienes que estar en forma, que alzar pesas”, explica.
El otro gran desafío, que enfrentó durante sus meses en la preparación inicial en Montreal, fue la actuación. “Fue difícil acostumbrarse. Me tomó un par de años sentirme bien, sentirme necesario sobre el escenario”, dice el acróbata.
Con él concuerdan varios de los artistas, quienes saltaron del mundo del deporte a una vida de espectáculo en la cual deben aprender cada día de la interpretación y la magia circenses. “Entre ser artista y atleta, hay gran diferencia, claro”, dice Hideto Okuzawa, gimnasta de barra horizontal. “No había trabajado en el circo antes. En términos de acrobacia, fue retador, pero la parte actoral fue lo más desafiante”, añade el japonés de 33 años.
En Corteo colabora con un número acrobático y mueve la escenografía para sus compañeros; también es uno de los ángeles que vuelan con Mauro. “En algunos espectáculos del circo pretendemos ser insectos, por ejemplo, pero en este somos humanos. Este show es muy humano, y es muy conmovedor”, dice. Ocupado, sonríe, agradece y vuelve a su agenda: cada minuto cuenta.
Un artista del Cirque du Soleil entrena hasta 60 horas por semana, periodo durante el cual puede presentarse hasta siete veces. Para apreciar los resultados de esta preparación, puede asistir a Corteo , en Hacienda Espinal. La temporada del Circo del Sol comenzará el 22 de enero; las entradas valen entre ¢38.080 y ¢140.000 ( parqueo: ¢10.000 ). Los boletos se pueden adquirir en el sitio Eticket.cr.