La Nación. Argentina Hablar de letras amorosas en el arranque del partido Chile-España de la Copa del Mundo causa gracia (y algo de apuro) en los representantes de la Fundación Pablo Neruda que responden el teléfono en Santiago.
El motivo de la llamada resulta lo suficientemente importante para atenderse: 20 poemas que el premio Nobel escribió en su madurez y que se hallaron en cajas donde se atesoran manuscritos del poeta.
“No es un hallazgo intempestivo –explicó Fernando Sáez García, director ejecutivo de la Fundación–, sino más bien el trabajo concienzudo del equipo de la Biblioteca, que en los últimos tres años se enfocó en ver que los papeles atesorados estuvieran impresos”.
Se hizo la constatación, página por página, con los manuscritos, y fue quedando material que no aparecía publicado.

“El libro que recogerá los poemas lo editará Seix Barral a fin de este año, coincidiendo con la celebración de los 110 años del nacimiento del escritor chileno y 90 desde la publicación de Veinte poemas de amor y una canción desesperada , una de sus obras más emblemáticas”, aseguró Sáez García.
“Los antecedentes y la investigación formarán también parte de ese volumen, que además contendrá referencias críticas”, añadió.
La certificación de autoría de estos textos es “el mayor hallazgo de las letras hispanas en los últimos años, un acontecimiento literario de importancia universal”, consignó la editorial en su comunicado.
Hasta aquí solo había dos inéditos previos de Neruda, El río invisible (1980), poesía y prosa de juventud, y Cuadernos de Temuco (1996), sus poemas de adolescencia.
“El poderío imaginativo, la desbordante plenitud expresiva y el mismo don, el apasionamiento erótico o amatorio, que para la invectiva, la sátira o el mínimo detalle cotidiano convertido en poema. Es decir, por igual el Neruda de Odas elementales y el Neruda de La Barcarola , el de Memorial de Isla Negra e incluso el de Estravagario ”, valoró Pere Gimferrer, poeta y editor de Seix Barral.
Según la Fundación Pablo Neruda, de los 20 poemas, seis son de amor y el resto tienen se relacionan con materias (como la geografía) que no son extrañas al universo del autor entre 1956 y 1970. Aunque se sabe que fueron escritos con posterioridad a Canto general (1950), no fue posible datarlos todos.
“Sí es posible asociar muchos de ellos a algunas épocas, por ejemplo, aquella en la que Neruda se encontraba escribiendo sus odas o de aquella en que preparaba su gran autobiografía poética, Memorial de Isla Negra ”, explica Oses.
La investigación sobre los papeles de Neruda empezó en junio de 2011, con un estudio riguroso sobre los originales para lograr un catálogo mucho más completo.
“Se describió cada texto con su número de página, su soporte y estado de conservación; se agregó si era manuscrito, mecanografiado o mecanoscrito con correcciones, y si tenía autógrafo e indicación de fecha y lugar donde fue escrito. Un campo adicional era para indicar el libro donde finalmente se publicó y si el original tenía variaciones respecto de la versión finalmente publicada”, detalló la Fundación.
Así, se constató que en los cuadernos había poemas que no aparecían ni en las recopilaciones de la obra del poeta.