Cuando uno piensa en Kelly Reichardt, puede proyectar muchas imágenes. Se puede imaginar a Kelly con su cámara en mano en medio de los templados pasajes de Oregon, cuando grabó Meek´s Cutoff. O también con una chaqueta azul en medio los bosques de Portland, durante el rodaje de Old Joy .
Pero la vida, al igual que los filmes de Reichardt, puede sorprender.
En la mañana del viernes 09 de diciembre, Reichardt cruzaba la avenida 15 tomando provecho de un semáforo en rojo.
La poetisa y activista norteamericana, creadora de Certain Woman -película que orbita en todos los listados de mejores películas de 2016- se dirige a un viejo edificio josefino donde dará dos entrevistas.
Tras una primera entrevista de más de 40 minutos, Reichardt mantiene la sonrisa.
Después de cada frase suelta una que otra risa.
“Es bonito pensar que lo que he hecho puede estar relacionado con los sentimientos de alguien en Costa Rica” dice la cineasta.
Durante media hora de entrevista que ofreció a La Nación, quiso dejar en claro que ella se sumerge en su trabajo y no habla de las producciones que desean eralizar los demás.
“Yo no meto mi cabeza en el gran mundo del cine, sino que estoy feliz por cosas como estar aquí en Costa Rica como homenajeada y en ofrecer mi trabajo a una audiencia completamente nueva e interesada”.
La voz independiente.
Kelly Reichardt puede ser tildada con muchos adjetivos, pero su papel de emisaria del cine independiente y de ser una de las mejores cineastas del mundo es inevitable, aunque ella no quiere regodearse de esas afirmaciones.
“En algunas entrevistas, la gente me pregunta cosas creyendo que soy purista con el cine independiente” dice.
“Hay muchos filmes hollywoodenses que amo y disfruto, y tampoco debemos perder la perspectiva: para Certain Woman , por ejemplo, el financiamiento provino de Sony Pictures”.
Esta película cuenta con un presupuesto de $ 2 millones, una cifra relativamente baja y que ha caracterizado la mayoría de largometrajes de la directoraestadounidense.
“Es que prefiero tener poca interferencia externa y yo misma editar mis películas”, las cuales se han acompañado de estrellas hollywoodenses como Michelle Williams, Jesse Eisenberg y Kristen Stewart.
–He leído que no tiene intenciones de trabajar en Hollywood, pero ¿no ha pensado que sus filmes podrían tener aún más eco si son producidos desde allí?
–Cuando la gente me dice “Hollywood” nunca estoy segura de lo que quieren decirme. No estoy interesada en hacer entretenimiento, eso sí. Eso no me deja nada ” confiesa.
“Si yo me conecto con algún tema, puedo trabajar sobre eso. No quiero dar una imagen pretenciosa de alguien que recibe golpes en la puerta y niega ofertas de trabajo por pedantería” afirma.
El interés en saber sobre la proliferación de sus películas surge a raíz de los intereses que tiñen las películas de Reichardt.
Con tomas largas, silenciosas y fijas, y en medio de escenarios naturales, Reichardt imprime su preocupación por temas ambientales, feministas y sociales.
Estas características le otorgaron reconocimientos como el Premio del Jurado en el Festival de Cine de Sundance, premios de Los Angeles Film Critics Association, Rotterdam International Film Festival y el Festival de Cine de Sarasota.
“Cuando en los noventa comencé a producir filmes, pensaba en el mundo de los hombres, pero algo que he aprendido durante todos estos años es que la única manera de que podamos hablar de las mujeres como se debe es si este tipo de películas resultan rentables” asegura.
–Actualmente, muchas películas, como el último remake de Ghostbuster, son tildadas de feministas por cambiar los roles protagonistas a femeninos.
“Como si eso ayudara. Yo creo que el cineasta debe estar enfocado en los personajes y en los pequeños detalles. Mis filmes están basados en el momento a momento porque reflejan quién soy y lo que pienso” dice con rostro serio.
Reichardt visualiza todos estos movimientos como un intento fallido de discusión.
“No podemos discutir si tenemos reality shows sexistas, discursos políticos discriminatorios…”.
El rol del cineasta. –Entonces, ¿cuál es el papel del cine en un mundo con tantos problemas? Reichardt titubea un poco antes de lanzar su respuesta.
“Creo que el asunto del cine es el último de nuestros problemas” asegura.
“Tenemos que hablar de ambiente, de problemas sociales, tenemos que provocar voces underground que propongan soluciones y educar desde pequeña escala para las generaciones que vienen”.
–Pero el cine también es una forma de educación.
“Por supuesto, pero hace poco Ken Loach dijo algo que me puso a pensar, y es que las películas no cambian ni influyen en la cultura, lo cual es triste de escuchar, pero puede que sea cierto”.
“ Hay un mar de cosas en el mundo que me hacen pensar en que lo mejor es que todo el mundo se detenga por un momento y veamos lo que está sucediendo. Tal vez necesitamos un momento de silencio”.
–Entonces ¿cuál es el propósito de contar historias a través del cine?
Si cada vez que uno toma la cámara lo hace a sabiendas de que debe cambiar el mundo, probablemente muchos lo que harían es tomar una siesta” dice entre risas. “Yo como cineasta pongo algo en la vida de los demás, así que creo que deberíamos pensar en cómo gastar nuestras energías” manifiesta. “Tal vez hacer películas contribuye a la sociedad o tal vez no. Yo me quedo con mi interferencia en la vida de quienes me siguen. Creo que es bueno salir de las burbujas y ayudar de alguna forma” finaliza.