Érase una vez un hombre, tan alajuelense como los mangos, que soñó un día con que su ciudad amada tuviera un fiestón de la narración oral. Y no es cuento que, hace 19 años, el inquieto vecino se reunió con varios amigos para confeccionar, paso a paso y con mucho esfuerzo, las alas de su preciado anhelo.
Hoy Juan Madrigal (a quien la vida le apellidó Cuentacuentos), el visionario artista detrás de la Fiesta Internacional del Cuento (FICU), ve como su evento se volvió uno de los más esperados y queridos de Alajuela. Este 19 de noviembre, por cierto, se inaugurará una edición más, justo en la fecha en que por decreto presidencial y ley de la República se celebra el día de Alajuela Ciudad Palabra.
El narrador oral conversó con La Nación y relató la historia detrás del festival que, una vez al año, desde hace casi dos décadas, reúne a cuenteros del mundo en la ciudad de los mangos. Según comenta, viajando por varios países en el marco de festivales de narración, ‘le entró el gusanito’ de hacer posible algo así en su lugar de nacimiento y fomentar el amor por la tradición oral.
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“Yo siempre he dicho que me inventé el festival al que a mí me gustaría que me invitaran. Un amigo decía que nosotros en Alajuela teníamos un festival gourmet porque no dependemos de la taquilla para poder salir adelante con los gastos. Tratamos de que los cuenteros internacionales que vienen, que creo que han sido más de 100, la pasen bien y dignificar la profesión del narrador oral”, explicó Madrigal, quien es actor profesional.
“El contar cuentos es tan viejo como la humanidad misma y a la tradición oral le debemos muchos de los grandes clásicos de la literatura; incluso la biblia”, añadió.
Eso sí, para llegar a este punto, han tenido que tocar puertas de oficinas gubernamentales y empresas privadas, que desde el primer festival en 2005 se han convertido en aliadas fundamentales para que el público pueda disfrutar de los espectáculos sin pagar ni un colón.
“Todos los años hay que tocar puertas, siempre hay que convencer gente y hay obstáculos que lo hacen muy difícil pero también emocionante. Hay gente que lo ve como un gasto y no como una inversión. Nosotros no decimos que las entradas son gratuitas, sino libres, gracias a que los patrocinadores pagaron por ella; porque el arte no es gratuito y los artistas comen y pagan impuestos”, afirmó.
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Por el festival han pasado un centenar de artistas de varios continentes, que de no ser por este evento, probablemente no hubieran pisado nunca el suelo de nuestro país. Madrigal continúa viajando por el mundo y echándole el ojo a los colegas que desea invitar para futuras ediciones. Entre estos destaca al alemán Christian Atanasio y al colombiano Primo Rojas.
“Una vez le extendí la invitación a Facundo Cabral... osado, ¿verdad? Pero me contestó el correo. Me dijo que tenía compromisos, pero que le hubiera gustado ir. Me parece que fue un gran orador. Yo tengo una lista enorme de cuenteras y cuenteros que he visto y son fascinantes; nos quedan muchos por traer. El otro año tengo la locura de traer 20 por ser la edición 20”, relató.
Casi 20 años después, el gestor cultural alajuelense no le suelta la mano a su sueño y más bien lucha para que cumpla otra veintena más y sea más grande que hoy. Sin quitar la vista de ese horizonte, se confiesa feliz de ver los frutos de apostar por una fiesta dedicada a la palabra.
“Yo creo que lo que he logrado no porque sea muy carga, sino porque he tenido mucha gente que me ha ayudado a seguir adelante. Ahorita tenemos a 43 niños contando en el festival y la idea no es que todos se hagan artistas, pero sí que tengan un panorama más amplio de la sociedad y el mundo con la palabra como herramienta”, expresó el director del festival.
La identidad de Alajuela Ciudad Palabra
Conforme pasan los años, el festival alajuelense ha implementado una serie de elementos que quizá sin pensarlo le han dado una identidad única. Uno de estos es la canción de la FICU, que desde la primera edición acompaña a cada espectáculo.
El tema fue escrito por Juan Cuentacuentos y Rodolfo González, otro cuentacuentos y colaborador indispensable del evento. La composición y ejecución musical fue “un regalo” dirigido por Marvin Rodríguez, amigo de años de Juan y director del Conservatorio Municipal de Alajuela.
Además, un símbolo que en los años recientes ha dejado de utilizarse es el de la ropa tendida, que anunciaba la venida de la Fiesta. Inspirados en una cuentera venezolana que realizaba un show con un tendedero con prendas en el escenario; se tomó la iniciativa de atravesar en ciertos puntos de la ciudad cables con ropa.
“Hay gente a la que no le gusta eso, porque se siente abochornada, pero a mí me encanta, para el año que viene quiero retomarlo. Inicialmente, le pedíamos ropa a la gente que tuviera alguna historia y le poníamos una etiqueta con la historia de cada prenda. Así decimos que todo el mundo cuenta y que hay diferentes maneras de contar”, explicó Madrigal.
“También tiene otros significados, como que todo el mundo saca la ropa al sol y en eso no hay diferencias sociales; todo el mundo necesita el mismo sol y nos moja la misma lluvia”, sentenció.
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Una de las actividades que no puede variar, independientemente del año, es la Cuentarata, como acto inaugural. Esto es una “serenata” de cuentos que se realiza por todo el Parque Central, donde numerosos cuenteros recogen a su puñito de gente para narrarle sus historias.
Por otra parte, se convirtió en una tradición que al final de cada Fiesta Internacional de Cuenteros el artista Allan Nano Núñez, quien trabajó por años con el Grupo Nación, obsequie una caricatura a los invitados extranjeros.
Sumado a esto, otro de estos detalles es la particularidad de nombrar al evento “fiesta”, en lugar de festival. Esto viene heredado de la Fiesta Cultural Antorcha, que Juan Cuentacuentos dirigió durante cuatro años.
“Queremos que se sienta como una fiesta de la comunidad, como las fiestas patronales, que la gente se engalane y diga: ‘Bueno, ya llegó la fiesta de la palabra’”, acotó el cuentacuentos.
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La décimonovena edición de la FICU contará con 6 cuentacuentos internacionales: Kenya Nairoby, de Nicaragua; Alexis Cuentacuentos, de Guatemala; Lidia Zaragoza, de México; Charo Jaular y Victoria Quiñón, de España; y Dagoberto Chung, de Panamá. La oferta artística se complementa con un gran número de narradores nacionales.
Las actividades arrancan este 19 de noviembre con la Cuentarata en el Parque El Arroyo y finalizarán el próximo 26 con la Cuentarata en el Parque Central, que este año será el evento de clausura.
El evento tendrá como sedes principales al Museo Histórico Cultural Juan Santamaría, la Ermita de El Llano y el Parque El Arroyo Estercita Castro. Además, habrá actividades en el salón comunal de Quebradas de Alajuela, el Parque Central de la ciudad, Parque Calián Vargas y la Casa de la Cultura Figueres Ferrer, en Barrio Escalante.
Usted puede consultar la programación completa en las redes sociales de la organización, las cuales aparecen bajo el nombre de Alajuela Ciudad Palabra.