Durante marzo y abril de 1970, los estudiantes de la Universidad de Costa Rica (UCR) realizaron una decena de protestas callejeras contra la Aluminum Company of America (Alcoa), una reconocida empresa transnacional productora de aluminio, que desde mediados de la década de 1960 buscó la aprobación de un contrato para crear una planta de producción en Pérez Zeledón. Esta oleada de movilizaciones es uno de los procesos de rebelión estudiantil más significativo de la Centroamérica de la década de 1970.
Al ser la única universidad del país, la UCR albergaba una considerable cantidad de estudiantes y sus aulas eran lugares óptimos para la germinación de debates que repercutían en la prensa y se posicionaban en las discusiones públicas.
Para este momento, la Federación de Estudiantes Universitarios de Costa Rica (FEUCR) además de contar con el apoyo de organizaciones políticas externas a la UCR administraba un fondo económico destinado a la publicación de 10 campos pagados.
Además de circular en los periódicos más importantes del país, estas publicaciones ocuparon páginas completas y su importancia no solamente está determinada por su contenido.
Adquirir espacios de página completa en la prensa de esa época suponía un considerable costo económico, por lo que los compradores habituales de estos espacios eran agencias de publicidad, empresas o partidos políticos.
En 1990, con motivo de la conmemoración anual de las protestas contra Alcoa, el historiador Víctor Hugo Acuña invitó al dirigente estudiantil José Bernardo Picado a su programa radial, Memorias en voz alta , donde este último recordó que Óscar Álvarez, presidente de la Asociación de Estudiantes de Estudios Generales, “cogió la plata de la cuota estudiantil y la puso y dijo, ‘aquí vamos a pelear’… toda la institución universitaria se opuso al movimiento”.
Repudio
En marzo, los universitarios iniciaron el curso lectivo de 1970. Casi de inmediato fue convocado el XII Congreso de Estudiantes Universitarios , con sede en San Pedro, y, de manera consecuente, los universitarios pagaron un espacio en La República , el 18 de marzo, donde publicaron sus acuerdos.
Entre ellos afirmaron: “(...) es sentir general del estudiantado costarricense y del pueblo el repudio a ese contrato ley… es deber de los estudiantes universitarios velar por [los] intereses de la nación y resguardar la soberanía patria”.
También informaron que tomarían las calles de la capital durante la tarde del 20 de marzo. Aquella fue la primera protesta callejera contra Alcoa y la inserción definitiva de los universitarios en un tema que, hasta ese momento, no había salido de la Asamblea Legislativa.
La convocatoria hecha para la movilización del 1.° de abril nuevamente fue publicada mediante campos pagados, esta vez en La Hora y La Nación . Los estudiantes del recién conformado Frente Nacional de Lucha contra Alcoa convocaron en su publicación a “estudiantes, maestros, profesores, obreros y campesinos” para que, durante el próximo 11 de abril, “cuando llevemos a los niños a cantar himnos al soldado Juan, no sean himnos huecos”.
Ese día, la protesta juvenil no terminó sino hasta después de que algunos estudiantes fueron golpeados por la Policía, acción que derivó en otra oleada de campos pagados en contra de la golpiza y la detención de universitarios.
“En huelga”
La publicación de campos pagados como estrategia de los jóvenes para hacer escuchar su voz en la esfera pública de la época fue nuevamente utilizada el 24 de abril por la FEUCR.
Para este momento, los universitarios no solamente solicitaban a los sindicatos y “ciudadanos conscientes y responsables” que se unieran a la huelga, sino que también publicaron la razón del paro de labores académicas que habían acordado. “Porque tenemos dignidad y vergüenza de costarricenses, hemos colocado sobre nuestros hombros la responsabilidad de oponernos firmemente a que por medio de un contrato-ley se viole nuestra soberanía”.
Ya desde el 22 de abril, con motivo del inicio del debate legislativo para la aprobación del contrato, la Asociación de Estudiantes de Ciencias Políticas sacó en La República un espacio para declararse “en huelga indefinida a fin de manifestar su vehemente protesta al contrato con Alcoa” y solicitaron a “los miembros del Consejo Universitario para que fijen su posición ante el… proyecto de ley”.
La protesta de la tarde del 24 de abril, a la cual se había unido una gruesa cantidad de colegiales, acabó en un enfrentamiento entre manifestantes y policías que dejó como resultado al menos 300 jóvenes detenidos.
Después de cinco días de silencio, la FEUCR financió una página completa en La República y La Prensa Libre con el fin de señalar a los causantes de la violencia. Según los universitarios, esas responsabilidades las tenían que asumir el Poder Legislativo y el “Presidente de la República, para quien la protesta de la juventud… no fue un obstáculo para refrendar la venta incondicionada de nuestro futuro”.
La denuncia pública de los universitarios en contra del presidente se debía a dos razones: además de ser profesor universitario, José Joaquín Trejos Fernández había nombrado como Ministro de Seguridad Pública a su hijo, Diego Trejos Fonseca.
El estado de huelga en que se mantenían los estudiantes desde el 22 de abril no fue revocado sino hasta el último día del mes, cuando con motivo de la liberación de todos los detenidos, la FEUCR informó, en otro campo pagado de página completa en La República , La Prensa Libre y La Hora , el fin de la huelga y la declaración del “24 de abril [como] Día del Estudiante Universitario Costarricense”.
Ecos
Como respuesta a las acciones estudiantiles también fueron publicados algunos espacios pagados por organizaciones políticas.
La Confederación General de Trabajadores Costarricenses publicó el 23 de abril un campo pagado de media página en La Hora para expresar “solidaridad obrera con la huelga nacional estudiantil”. Al día siguiente, un grupo de sacerdotes publicó otro campo pagado en La Prensa Libre en el que expresaron su “solidaridad con el Movimiento Estudiantil obrero de dignificación nacional… La Liberación latinoamericana empieza cuando todos busquemos… ser más”.
Normalidad
El 24 de abril, en un cuarto de página pagada por el Consejo Universitario en La República , quedó claro que los universitarios no contaron con el apoyo de las autoridades de su institución. Allí este órgano de la UCR manifestó que esperaba “de los estudiantes una actitud positiva que conduzca en breve plazo al restablecimiento de la normalidad”.
De esta forma, la compra de campos pagados en los principales periódicos del país permitió a los estudiantes y a otros actores sociales dar a conocer sus posiciones con respecto al contrato con Alcoa.
De igual manera, las autoridades de la UCR se valieron también del mismo medio para distanciarse de la protesta estudiantil.
Hoy en día, el campo pagado como medio de expresión de individuos o grupos específicos ha perdido espacio frente a las nuevas formas de comunicación, en particular con respecto a las redes sociales.