Una exposición organizada por el Museo de Arte Costarricense y el Teatro Nacional rinde homenaje a Manuel de la Cruz González, una de las figuras centrales de la plástica costarricense del siglo XX.
La historia del arte costarricense recuerda el legado de González en la abstracción geométrica y el expresionismo abstracto, pero este pintor fue igualmente prodigioso en la figuración.
La muestra se encuentra en la Galería Enrique Echandi del Teatro Nacional y es un tributo a la trayectoria de este artista con motivo del centenario de su nacimiento.
El público podrá apreciar a partir de hoy 15 obras de González, entre pinturas al óleo, dibujos y lacas, pertenecientes a la colección del Museo de Arte Costarricense.
Atrevimiento. La obra de Manuel de la Cruz González (1909-1986) se caracteriza por su versatilidad temática y técnica, y por haber representado en su momento una reacción al academicismo imperante.
“Él fue uno de los primeros pintores nacionales que tuvo el valor de exponer obra abstracta geométrica a finales de los años 60 en un país donde nadie conocía de eso”, dijo el director del Museo de Arte Costarricense, Eduardo Faith.
Las pinturas de González significaron una ruptura a la tradición artística de la Generación Nacionalista, cuyos temas exaltaban valores autóctonos, especialmente el paisaje rural costarricense.
“Influenciado por las vanguardias artísticas de principios del siglo XX, Manuel de la Cruz conceptualizó sus obras a partir de los elementos básicos de la pintura: el color, la forma, el plano y la línea”, comentó Echandi.
Según escribió el historiador del arte, Edgar Ulloa, en el desplegable que acompaña a la muestra, la serie de las Goajiras refleja la evolución del proceso de síntesis que el artista experimentó.
Una de estas Goajiras se expone en la muestra e ilustra cómo las formas geométricas se imponen paulatinamente al plano y a la figura.
La obra Espacio en movimiento (1964) es una laca sobre madera en la que queda claro cómo una cuadrícula lineal organiza el espacio.
De acuerdo con Ulloa, las lacas como Blanco interrumpido (1971) responden a las exigencias de proporción, ritmo y armonía.
González también practicó el abstraccionismo a partir de la mancha y la textura, como se aprecia en el óleo titulado simplemente Abstracción (1956).
Los dibujos de temas varios como las figura humana, flores y animales no dejan duda sobre el dominio técnico del artista.
La exposición incluye bocetos de importantes obras como La chicha y Venta de negros , que acercan al público al proceso detrás de las obras finales. “Era un gran dibujante y con estos bocetos queda claro que cada una de sus obras era el resultado de un cuidadoso análisis técnico y un pulido proceso de construcción”, afirmó Faith.
Manuel de la Cruz González obtuvo el Premio Nacional de Pintura Aquileo Echeverría en 1967.
La muestra está abierta hasta el 1.° de junio, de lunes a sábado, de 9 a. m. a 4 p. m.