El reconocido artista costarricense Francisco Antonio Munguía Villalta falleció este miércoles 8 de abril, a sus 43 años, según informó el Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ) en una publicación realizada en su perfil de Facebook.
El destacado caricaturista tenía más de 15 años de carrera y había realizado más de 100 murales en todo el país, pues siempre trabajó bajo la filosofía de que “el arte puede ser una herramienta transformadora para la sociedad”, según dijo en una entrevista con Áncora en el 2018.
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“El Ministerio de Cultura y Juventud lamenta el fallecimiento del artista Francisco Munguía, quien durante su carrera se destacó como artista independiente, realizó pintura mural, caricatura, ilustración y cerámica. Munguía nació el 24 de mayo de 1976 y entre sus obras más destacadas están el “Monumento al zaguate (perro callejero)”, que fue un conjunto de seis caricaturas escultóricas en hierro inspiradas en tristes historias reales de perros callejeros que ahora tienen un hogar seguro, las cuales se expusieron a lo largo del bulevar de San José.”, se lee en la publicación del MCJ.
Francisco Munguia (1976-2020)El Ministerio de Cultura y Juventud lamenta el fallecimiento del artista Francisco Munguía Villalta, quien durante su carrera se destacó como artista independiente, realizó pintura mural, caricatura, ilustración, animación y cerámica. Munguía nació el 24 de mayo de 1976 y entre sus obras más destacadas están el "Monumento al zaguate (perro callejero)", que es un conjunto de seis caricaturas escultóricas en hierro inspiradas en tristes historias reales de perros callejeros que ahora tienen un hogar seguro, y que se encuentran a lo largo del boulevard de San José. También realizó un mural en la pared externa del Cementerio Calvo y en el Mercado del Mayoreo, así como en varios muros de los barrios del sur de San José, convirtiendo paredes grises y sucias en verdaderas obras de arte llenas de color. Comunidades como San Sebastián, Barrio Carit, Los Guido, La Carpio, Higuito de Desamparados, Tejarcillos de Alajuelita, León XIII, Hatillo y Cipreses de Curridabat albergan sus murales que quedarán como legado de su trabajo artístico. El artista participó con sus trabajos exponiendo nacional e internacionalmente. El Museo de Arte y Diseño Contemporáneo MADC, el Museo Histórico Cultural Juan Santamaría Costa Rica, Museos del Banco Central de Costa Rica, y el Centro Cultural e Histórico José Figueres Ferrer Costa Rica, son solo algunas de los muy variados espacios expositivos nacionales en los que el artista presentó sus obras. Paz a sus restos y consuelo a sus familiares y amigos. Vídeo: exposición “Los murales de la gente”, que se expuso en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo MADC, enero 2018.
Posted by Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica on Wednesday, April 8, 2020
Barrios de comunidades como San Sebastián, Barrio Carit, Los Guido, La Carpio, Higuito de Desamparados, Tejarcillos de Alajuelita, León XIII, Hatillo y Cipreses de Curridabat son tan solo algunos de los espacios que albergan los destacados murales de Munguía y que reflejan el enorme legado de su trabajo artístico.
“También realizó un mural en la pared externa del cementerio Calvo y en el Mercado del Mayoreo, así como en varios muros de los barrios del sur de San José, convirtiendo paredes grises y sucias en verdaderas obras de arte llenas de color”, agregó el ministerio en su publicación.
Novedad y libertad
Adriana Collado, quien fuera curadora de la exposición Los murales de la gente, que realizó Munguía en del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) en el 2018, aseguró que una de las cualidades que siempre admiró del artista fue esa capacidad de conectar con las personas a través de sus trabajos, haciendo que las comunidades y los ciudadanos los sintieran como suyo.
“Su proceso creativo era realmente sorprendente. Reunía a todos los involucrados en el proyecto y se sentaba con ellos para hacer una especie de lluvia de ideas, ya sea con niños, ciudadanos y barrios enteros de San José. Esas ideas que se proponían, muchas de ellas eran plasmadas en sus murales, por lo que las personas los sentían como propios”, expresó Collado.
“El crear obras de forma colectiva era una de las herramientas con las que el artista costarricense lograba conectarnos con todo aquello que nos hace iguales, sin importar la condición económica, creencias religiosas, entre otros aspectos, ya que si existe algo que todas las personas tienen en común es el humor y eso es algo que Munguía tenía muy claro”, agregó.
“No todos los artistas tienen la capacidad de lograr que sus obras conecten con su público y que se apropien de ellas, sin importar el tema que se aborde y por más complicado que sea. Francisco tenía esa capacidad, quizás por ser caricaturista también, y que gracias a su humor lograba llevar a muchos a reflexionar sobre su entorno y nosotros como sociedad”, dijo la curadora.
En una nota publicada en el suplemento Áncora en el 2018, Munguía hizo referencia a su etapa como caricaturista y cómo, poco a poco, fue perfeccionando su técnica, para, posteriormente, convertirse en un destacado muralista e ilustrador.
“En un inicio, mi objetivo era ser un caricaturista; me concentré en la línea de dibujo y desarrollé mi alto contraste. En mis primeros años solo hacía dibujos en tinta sobre papel, tiras cómicas, historietas y humor gráfico”, recordó en aquel entonces el artista, quien también formó parte del equipo de diseñadores de La Nación, y de quienes siempre resaltó su talento, mismo que le permitió a él mejorar su trabajo.
Durante la entrevista que cedió al suplemento de cultura, Munguía comentó que el salto hacia el arte en espacios públicos fue posible gracias al impulso del artista Luis Chacón, quien lo invitó a participar en un mural en la pared externa del cementerio Calvo, detrás de la Municipalidad de San José y el Mercado de Mayoreo.
“Primero me pidieron pintar 100 metros, los cuales estuvieron terminados en menos de una semana, así que me pidieron pintar otros 200 metros. En 22 días todo el mural estuvo listo; no necesité proyectores, ni cuadrículas, ni cuerdas, ni reglas, ni esténciles. No sabía que los dibujos podían superar mi escala ni que pintar murales me gustaba tanto”, contó en ese momento.
Dentro de las muchas cualidades que destacan quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo o trabajar con él, es lo consecuente que siempre con sus acciones, por lo que era común verlo realizar murales, caricaturas e ilustraciones para recaudar fondos que eran destinados a causas como la defensa de los derechos de los niños y la protección de los animales.
No en vano, junto a su esposa Deborah Portilla, encargada de la organización Costa Rica Guau, promovía mensajes sobre la importancia de preservar las distintas especies, en particular, los perros. El reflejo de cómo los tratamos habla mucho de lo que somos como sociedad.
Dentro de las muchas cualidades que destacan quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo o trabajar con él, es lo consecuente que siempre fueron sus palabras con los hechos, por lo que era común verlo realizar murales, caricaturas e ilustraciones para recaudar fondos que eran destinados a causas como la defensa de los derechos de los niños y la protección de los animales.
Hoy, su legado artístico trascenderá a lo largo y ancho de algunas calles de San José, para recordarnos nuestras costumbres como comunidad, pero, sobre todo, para hacernos reflexionar sobre lo que podemos aportar a nuestro entorno como ciudadanos.