Hay mucho que digerir en torno a la Feria del Libro 2022. La Antigua Aduana dejará de ser sede para darle cabida al Centro de Convenciones en Heredia, el Ministerio de Cultura no inyectará dinero para este evento y no habrá país dedicado, sino que el Museo de los Niños será la institución homenajeada en esta oportunidad.
Sobre estos cambios en torno a la feria y a la espera de la confirmación de invitados internacionales, Óscar Castillo, presidente de la Cámara del Libro y organizador del evento, se extendió con Viva para aclarar la situación.
—No dudo que ustedes sabían que cambiar de sede iba a levantar críticas. ¿Por qué se decidieron a dejar la Antigua Aduana?
—Es que había muchas razones que tienen que ver con los recintos, pero también con el momento histórico. Este recinto nos abre más posibilidades de crecimiento en relación a la cantidad de expositores y público que podemos convocar. Las condiciones de este recinto sanitario son mil veces superiores a la Aduana. No lo digo para demeritarla, pero este es un edificio más moderno, con ventilación natural. El salón Guanacaste tiene una altura hacia el cielo raso de doce metros. En la aduana no podíamos hacer pasillos de más de 2.85 metros de ancho. Aquí la gente caminará en pasillos con cuatro metros de ancho. Eso es importante.
—¿No les da temor que los visitantes históricos no lleguen al Centro de Convenciones?
Lo que nos hacía pensar y daba temor es que, efectivamente, el público histórico es del este de San José, pero en el 2005 habíamos tenido la feria en el oeste, en Pedregal, cuando era un galerón y no lo que hoy hay allí. La cantidad de público que había llegado a Pedregal fue la misma cantidad del público que había llegado a la Aduana el año anterior, así que el oeste también agradece que se pueda hacer la feria ahí.
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”Obviamente buscamos alternativas para las personas del este y, por ese motivo, hicimos un convenio con TUASA para transportar personas desde San José y Alajuela a Heredia, y viceversa. Desde aquí (el Centro de Convenciones) tomarán el bus. No tendrán que pasar de calle para hacerlo.
—¿Este transporte se cobrará?
—Se cobrará la tarifa normal de transporte, que es de ₡695 en este momento. El parqueo lo cobrará el Centro de Convenciones, que vale $5 por todo el día.
—¿De ahora en adelante, la intención es hacerlo aquí o van a analizar el comportamiento del público?
—A ver, hay que esperar los resultados de todo para evaluar. Tenemos mucha confianza de que la feria va a ser exitosa aquí. El entusiasmo es grande porque el público lleva casi tres años sin presencialidad en la feria. Admito que todo es posible y tal vez tomemos decisiones distintas, pero en el país no tenemos muchos recintos apropiados para una feria de gran nivel. Este sitio tiene mejores condiciones. En Pedregal nos resultó bien y eso nos daba tranquilidad, pero allá es más incómodo de llegar y este tiene una serie de condiciones que dan tranquilidad.
—Las pequeñas editoriales manifestaron su oposición a cambiar de sede por el tema del costo de exposición. ¿Cómo manejaron ese tema? ¿Habrá espacio para estos autores y sellos más pequeños?
—Con las editoriales pequeñas tuvimos una reunión y fuimos planteando formas de reducir costos de participación. En general no podíamos reducir el costo por metro cuadrado, porque la feria la hacemos con fondos de los mismos expositores (este año la feria no cuenta con inyección financiera del Ministerio de Cultura).
Con esa plata se hace la feria, por lo que no podíamos hacer una gran rebaja o subsidio como hacía el Ministerio de Cultura antes, pero pudimos hacer stands diseñados para autores y editores pequeños. Antes, sus espacios eran de 3x3 metros y 3x4 metros de exposición. Les propusimos hacerlos de 2x2 metros, pero a muchos también les resultaba difícil de pagar. Entonces propusimos algo distinto.
”Dimos la opción de stands de 2x1 metros para participaciones conjuntas. No puedo dar el dato de autores o editores pequeños que estarán, pero hay tamaño poco. De 2x1 hay como 14 stands y de 2x2 hay como ocho. Yo particularmente no tengo mucha idea de cuántos y quiénes eran en la Casa del Cuño, porque eso lo manejaba el Ministerio de Cultura, pero sí puedo decir que la mayoría que estuvieron en reunión con nosotros estarán allí.
—¿La feria será en todo el Centro de Convenciones o solo en algunos salones?
—Será en el Salón Talamanca y el salón central 1.
—¿Cómo está la relación con el Ministerio de Cultura para la Feria del Libro? Ya que toda la plata corre por parte de la Cámara del Libro...
—El ministerio no inyecta capital, sino que ofrece colaboración en asuntos logísticos. La inversión es hecha por expositores a través de la Cámara del Libro. Estamos esperando resolución sobre patrocinios y dinero en efectivo. Estamos cubriendo costos con inversión de expositores para el alquiler y la financiación, en casos total o parcial, de invitados. Hemos logrado hacer colaboraciones importantes con medios e instituciones, como el Museo de los Niños, que no solo es dedicado sino un aliado estratégico que nos colabora con recurso humano y una zona especial para la feria.
—El Ministerio de Cultura fue clave para traer el Festival Centroamérica Cuenta a la Feria del Libro, en el 2019. Sin el apoyo financiero del ministerio, ¿se podría soñar con volver a tener un evento de este calibre en el país?
—No he tenido oportunidad de hablar con doña Claudia Neira y con don Sergio Ramírez (organizadores de Centroamérica Cuenta) sobre esa posibilidad. Ellos querían seguir haciendo el evento aquí después del 2019, pero la falta de apoyo económico del ministerio los hizo desistir y se fueron a Guatemala. Además, por la pandemia, se hizo virtual. Tendremos oportunidad en próximas semanas de conversar y analizar con ellos esa oportunidad.
”Eso sí: no sé qué chance exista de que el ministerio apoye ese evento de nuevo. Es un evento muy caro, que no sé cuánto cuesta precisamente, pero sé que requiere patrocinios importantes.
—Hablando de la dedicatoria al Museo de los Niños, ¿el tema de tener un país dedicado se consideró para esta ocasión?
—Fíjate que hasta este año, en todo el mundo, están volviendo las ferias presenciales, con excepción de Perú y Guadalajara (México), que el año pasado tuvo una presencia de expositores del 54%, un porcentaje bastante bajo. Hasta este año se han realizado más ferias presenciales, por lo que no considerábamos oportuno tener un país invitado bajo las circunstancias en que la pandemia dejó al sector.
”Los países que estábamos considerando como invitados estaban saliendo del asombro de la crisis sanitaria y no estaban en condiciones de aceptar invitación y hacer la dedicatoria de forma elegante, pero le aseguro que ya se están estudiando opciones para el 2023.
—¿Qué otros invitados especiales habrá?
—La comisión de contenidos, que coordina a los invitados, me sentenció a qué no diga nombres. Hay posibilidades de México, Perú y España. Son autores de gran calibre.
—Esta edición de la Feria del Libro tendrá un área de cómics, un formato que para sectores conservadores puede levantar alguna roncha. ¿Cree que el tema sobre superioridades intelectuales en torno a los libros es algo superado?
—No sé si son superadas, porque no se han dado tanto, y si se dan bienvenidas sean. Yo soy editor de Uruk y publico literatura por vías tradicionales, pero al mismo tiempo vivo enamorado de la novela gráfica y del cómic. Para nuestra generación, mucha afición a la literatura nos llegó por las revistas en que venían Superman, Batman, etc. y esa pasión nos fue trasladando poco a poco a libros de aventura y literatura clásica. Son un vehículo genial para acercar a los jóvenes a la lectura. No es solo la lectura del texto, sino lo que lo acompaña, y el gráfico implica un nivel de codificación similar a lo que ofrece un texto. Esta inclusión es parte del entusiasmo que tenemos para esta feria.