El 23 de abril, fecha de inauguración del Festival Internacional de las Artes (FIA), la mayoría de los artistas seguía sin saber si sería contratado ni cómo.
Ese día, en medio de las reprogramaciones que hizo el Ministerio de Cultura en Acosta, el equipo del FIA se apresuró a formalizar las contrataciones artísticas, incluyendo actos que habían sido suspendidos o en duda.
Entre el 24 de marzo y el 23 de abril, el equipo del Centro de Producción Artística y Cultural (CPAC) y los coordinadores de área se esforzaron en vano por sacar esta tarea.
Tenían en contra varios factores: la ausencia de un productor o coordinador general, la concentración de tareas en un reducido número de personas y la falta de claridad en el procedimiento de contrataciones administrativas.
Además, muchos artistas no cumplían con los requisitos para la contratación tal y como la exige la plataforma digital que que se usó en el proceso del FIA ( CompraRed ), lo cual generó atrasos imprevistos en el cronograma de producción.
Quien busca en CompraRed, puede encontrar los contratos hechos a destiempo. Este artículo reconstruye el resto de eventos que obstaculizaron la producción del FIA por medio del testimonio de artistas, representantes artísticos y coordinadores de área. No fue posible entrevistar al director del CPAC, Inti Picado, quien ya no está autorizado por Cultura para dar declaraciones sobre el FIA.
El festival nació en 1989 como un encuentro dedicado al teatro, y en esta edición, fue justamente el área con más deficiencias.
Génesis. El Ministerio de Cultura realizó un proceso de concurso para elegir a los artistas que participarían en el FIA 2015 a finales del año pasado y, en enero, contrató coordinadores por área para preproducirlo.
El área de artes escénicas fue especialmente golpeada por el desorden institucional posterior, y como gremio es el que se ha intentado organizar para una denuncia formal durante la última semana.
En enero, la coordinadora del área, Ada Acuña, asumió el proceso de selección de 48 agrupaciones nacionales.
Ella asegura que en febrero se empezaron a recopilar los documentos que solicitó el CPAC para los contratos de los artistas, por ejemplos, constancias del Seguro Social y Fodesaf. El 24 de marzo su equipo tenía toda la documentación.
Desde esa fecha, empezó una suerte de ping-pong de trámites burocráticos que involucró desde desacuerdos en cuanto al formato digital en el cual había que presentar los papeles, hasta problemas más sustantivos, como el reinicio de todo el procedimiento por la modificación de las ofertas que se debían presentar.
“Primero dijeron que si un grupo tenía varias presentaciones que el trámite era individual, por presentación. Luego nos dijeron que no, que lo hiciéramos todo en un mismo pedido. Ahí nos dimos cuenta de que algo estaba pasando (en la coordinación administrativa)”, apunta Ada Acuña.
Los artistas. Después de Semana Santa, los artistas desconocían por qué se les volvió a solicitar, varias veces, la documentación que ya habían entregado. Parte de la confusión se originaba también por cómo se diseñaron los contratos y fichas técnicas que se les pidió llenar de nuevo.
Para acelerar los procesos, Inti Picado sugirió la contratación de un representante artístico para los conjuntos que no cumplieron con los requisitos de CompraRed. Se confirmaron al menos seis grupos en estas condiciones.
Cuando la programación se publicó, el 9 de abril, los artistas solicitaron aclaraciones sobre el estado de sus órdenes de compra y las necesidades técnicas de sus escenarios, y si tendrían transporte y alimentación, como se les ofreció. (Finalmente ninguna se les dio).
Algunos artistas tuvieron que rediseñar sus espectáculos para adaptarse a los cambios. Así, por ejemplo, lo explicó Marchesi Alfaro de la Compañía Folclórica Curubandá , la cual tenía que presentarse ayer en el parque de Desamparados. Los bailarines debieron adaptar su coreografía a lo que Alfaro describe como un “pasacalles”.
La primera orden de compra de los grupos artísticos de danza, teatro y folclor que organizó Ada Acuña fue aceptada en CompraRed el miércoles 22 de abril, según corrobora la plataforma.
A partir del 23, y hasta este jueves 30 de abril, la organización envió las órdenes de compra de los artistas, sin importar si se habían presentado o si se reprogramaría alguna de sus fechas.
Aunque en el desorden varios artistas cancelaron una o todas sus presentaciones, la gran mayoría se presentó sin orden de compra, sin confirmación de producción y sin comunicación alguna del Ministerio. Este es el caso de Ligia Torijano, de cuyas tres presentaciones con su grupo La Cuna del Swing , le cancelaron dos. También se suspendieron dos clases que iba a impartir entre ayer y hoy.
Ella y sus bailarines se presentaron el sábado 25, aunque después no le solicitaron modificar su oferta original de servicios. A la fecha, aún no tiene orden de compra registrada.
“Tengo varios días de llamar para ver qué tengo que ir a firmar, y me dicen que están en proceso“, narra Torijano. “Yo espero que, por lógica y responsabilidad, no haya problemas con ese cobro”.
Un documento firmado por Inti Picado el 30 de abril, indicó a los grupos cuya orden de compra se liberó ese día que serían contactados a partir de la próxima semana para reprogramar sus presentaciones “por motivo de la suspensión de actividades en las localidades de Desamparados (Parque, Villa Olímpica) y Aserrí (Parque y Polideportivo)”.
Por la falta de regentes en las sedes cantonales, el Ministerio de Cultura no cuenta aún con la cifra de los actos que sí se lograron presentar durante el FIA.
Sin orden de compra aprobada, los artistas presentados no podrán cobrar su contratación. Sin ellas tampoco puede el Ministerio de Cultura afirmar que se ha invertido presupuesto en contrataciones artísticas, pues el dinero no se ha girado, y ese rubro, por lo tanto, no puede incluirse en los ¢605 millones devengados que la ministra Elizabeth Fonseca presentó el miércoles.
Además, en la ausencia de otro tipo de contrato, sin las órdenes de compra podría dificultarse el procedimiento de indemnización que sugirió la ministra y su gabinete para resarcir los perjuicios que el desorden del FIA ha causado a sus artistas.