Narrar con imágenes aquellas historias que permanecen ocultas entre las fibras revueltas de la sociedad, es la misión que asumen los fotógrafos documentalistas.
Armados con cámara, creativididad, sensibilidad y olfato, los fotógrafos Carlos León, Rodrigo Montoya, Kattia Vargas y Gabriela Calderón salieron en busca de historias de vida que hoy comparten en una exposición en la galería de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Voces silenciadas. La extraña desaparición de la niña Yerelin Guzmán Calvo –el pasado 11 de julio– mantuvo a Costa Rica en vilo durante varios días. Hasta la fecha se desconoce el paradero de esta pequeña de 6 años. Intrigado por este caso, el fotógrafo Carlos León se adentró en la casa de Yerelin para conocer cómo lidian sus familiares con este drama.
“Comencé por ver su cuarto y en la cama todavía se encontraba la forma de su cuerpo. ‘Ella dormía aquí’, me dijo la madre, ‘y este es su juguete favorito’, un peluche que el papá le había regalado. En el respaldar de la cama estaba su bolsito y un caballito de palo... en un puñado de ropa, una bolsa con sus pertenencias...”, escribió León en un texto que acompaña las fotos.
Kattia Vargas se conmovió ante las condiciones de pobreza, hambre, enfermedades y muerte por desnutrición que sufren cientos de niños en paupérrimas comunidades guatemaltecas como Los Amates, Morales e Izabal. “Rostros dibujados por la tristeza son su rasgo más común. Las continuas diarreas, fiebres e infecciones intestinales, e incluso convulsiones en los casos más graves, les impiden crecer”, resaltó Vargas.
Por su parte, Rodrigo Montoya siguió con su lente el día a día de pangueros en una comunidad puntarenense. “En barrio El Carmen, de Puntarenas, las manos desmenuzan pescados, encajan anzuelos y carnadas, desenredan líneas y boyas; los cuerpos al vaivén de las mecedoras y las palmeras, con el mar ahí no más, como rítmica extensión de la vida”, escribió el periodista Randall Zúñiga sobre las fotografías de Montoya.
Gabriela Calderón lleva al espectador en un recorrido por las bellezas naturales y la riqueza cultural del Parque Nacional Masái Mara, en Kenia, África. “Los masáis son un pueblo de nómadas pastores, sobrevivientes de una época remota con una cultura propia, de los que hoy solo quedan cerca de un millón de personas”, contó.
La exposición se puede visitar de lunes a viernes de 8 a.m. a 9 p.m. y los sábados de 8 a.m. a 3 p.m.