Esta semana, el escritor japonés Haruki Murakami ha tenido una agenda llena en España al recibir el prestigioso Premio Princesa de Asturias, uno de los más importantes reconocimientos mundiales que destaca su contribución a la literatura.
Murakami, conocido por su habilidad para cautivar a lectores de todo el mundo con su imaginería fantástica, es todo un referente en la narrativa contemporánea, a pesar de no haber sido galardonado con el Premio Nobel, un honor que muchos creen que merece.
“Yo solo escribo lo que me da la gana y no pienso nada sobre desempeñar un papel del Este o del Oeste, ni en servir de puente”, cuenta Murakami en su tour de medios en España, precisamente en conversación con la agencia EFE. El nipón solo ha conversado con agencias, donde ha revisitado su trayectoria, una que comenzó a sus treinta años, cuando después de un partido de beisbol se sintió atraído a escribir.
El japonés comenzó su carrera como traductor de autores como Truman Capote, Scott Fitzgerald, J.D. Salinger, Raymond Carver y John Irving, a los que leyó en inglés en su etapa en el colegio.
Posteriormente, dio cabida a su fascinante universo literario que combina la realidad y la fantasía, atrayendo a una audiencia diversa y ávida de sus obras. Títulos emblemáticos como 1Q84, Tokio Blues (Norwegian Wood), Kafka en la orilla, Crónica que da cuerda al mundo y Sputnik, mi amor son ejemplos de su capacidad para explorar temas profundos y personales mientras mezcla elementos de la cultura japonesa con influencias de Occidente.
Una reflexión oportuna
“Las personas demasiado inteligentes no suelen ser buenos escritores; son malos novelistas”, dice Murakami en esa misma entrevista con EFE. “Escribo cuando acepto algo y lo introduzco dentro de mí, sin análisis previo”.
En su visión, el exceso de análisis puede obstaculizar la labor de escribir, y es en la aceptación y la asimilación de experiencias donde radica la verdadera esencia de la narrativa.
Además, aclaró que, en ese mismo sentido, no le gustan las poses ni la vida llena de lujos.
“Yo prefiero una vida tranquila. Estoy feliz solo con tener conmigo libros, música y gatos. Aun así, me alegro mucho de que me lea mucha gente”, afirma el autor, quien exhortó a los autores jóvenes (como un grupo de alumnos con los que compartió en España) a “creérselas”.
“Los que sacan mejores notas no suelen ser lo mejores escribiendo. Este oficio es una habilidad especial que no está marcado por nada más que las ganas, el esfuerzo y la inventiva”, replicó el diario español El Mundo.
Además, en esa ocasión, contó que recientemente ha estado explotando plataformas digitales y redes sociales como TikTok e Instagram. El nipón contó que observó con asombro el frenesí y la inmediatez que a menudo prevalecen en ese mundo.
Aunque es consciente de que muchos contenidos multimedia se caracterizan por su brevedad y rapidez, el autor sigue firme en su fe en el poder de la literatura y la narración. Si un 5% de la población mundial sigue disfrutando de la lectura o de historias que no avanzan tan rápido como las que se ven en redes, entonces tenemos que seguir creyendo en la escritura”, dijo.