Gracias a su universo cargado de fantasía, imaginación y música, prestigiosos diarios como The Guardian lo han tildado como “uno de los mejores novelistas vivos del planeta”.
Esto lo llevó a convertirse en sinónimo de ventas. Con el lanzamiento del libro Los años de peregrinación del chico sin color, el japonés rompió su propio récord de ventas: obtuvo más de 10.000 reservas del libro en la plataforma Amazon.
A pesar de ser un éxito en las librerías, muchos consideran que Murakami cuenta con personajes recortados con la misma tijera, escenarios repetitivos y descripciones cansinas. Incluso Mario Vargas Llosa, ganador del Nobel en el 2011, calificó a Murakami de "frívolo y profundamente superficial". Además es criticado fuertemente por el círculo de la literatura tradicional japonesa. Kenzaburo Oé, ganador del Premio Nobel de Literatura en el 1994, expresó que la obra de Murakami es de «talento pop de peso liviano».
Este autor japonés, etiquetado también como surrealista y posmoderno, ha ganado reconocimientos como el Premio Jerusalén, el Premio Franz Kafka, el Internacional de Cataluña y recientemente el Premio Hans Christian Andersen.
Si usted tiene curiosidad sobre su obra, pero no sabe qué esperar, le contamos un poco sobre algunos de los elementos comunes en sus relatos.
Gatos en la obra de Murakami
Pensar en Murakami es pensar en gatos. Estos animales suelen ayudar al protagonista a conocer a personajes que nunca hubiera imaginado toparse.
En Japón, la figura del gato ha sido relacionada con la sensualidad de la mujer. Esto se evidencia en las obras de Utagawa Kuniyoshi y Kitagawa Utamaro, artistas del siglo XVIII que utilizaron la figura del gato como símbolo de deseo.
En una ocasión, una mujer de 22 años le preguntó a Murakami cómo se sentía enamorarse. Él respondió que "es una sensación similar a la de un gato resbalando en una lavadora en marcha”.
El universo de Murakami y las mujeres desaparecidas
Las mujeres son la espina dorsal del universo de Murakami. En libros como Hombres sin mujeres y Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, el abandono de una mujer provoca un sentimiento de soledad en el protagonista. Murakami aprovecha este escenario para que sus personajes abandonen la zona de confort y se aventuren a conocer personajes inimaginables.
La figura femenina siempre es extremadamente bella, con iniciativa para comenzar una conversación, comparte gustos con los protagonistas, les da seguridad y los ayudan a encontrar nuevos rumbos.
El personaje femenino más memorable es Midori Kobayashi de Tokio Blues, una extrovertida muchacha llena de un espíritu de independencia y fuerza, que entabla conversaciones reflexivas y humorísticas con las que el lector puede sentirse identificado.
Un soundtrack de lujo en los libros
Murakami es un amante del jazz. Antes de comenzar su carrera como escritor, "regentaba algo parecido a un club de jazz cerca de la estación de Sendagaya, en Tokio. No era en absoluto un local grande, pero tampoco era tan pequeño. Lo justo para que cupieran un piano de cola y un quinteto" cuenta el mismo escritor en su ensayo De qué hablo cuando hablo de correr. Además, es amante de temas de la cultura popular como The Doors, Radiohead y Bob Dylan y de compositores como Beethoven, Mozart y Liszt.
Casi todos sus libros cuentan con una pieza que resuena durante sus capítulos. Por ejemplo, Norwegian Wood de The Beatles es el causante que el protagonista de Tokio Blues comience viaje reflexivo sobre su pasado. Otro ejemplo es After Dark, una historia que transcurre durante una sola noche. El relato transcurre al ritmo de Five Spot After Dark, de Curtis Fuller.
Referencias a otros libros
Muchos de los títulos de sus novelas tienen guiños a clásicos de la literatura. Por ejemplo, El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas hace referencia al viaje de Alicia creado por Lewis Carroll o 1Q84, que hace referencia a la distopía escrita por George Orwell. También utiliza los títulos para referirse a autores, como el caso de Kafka en la Orilla (referencia a Franz Kafka, uno de los autores más influyentes para el nipón).
Protagonistas con una vida que raya la monotonía
Muchos traductores (de todos los idiomas) se han quejado de la extensión de las descripciones de sus personajes. Las explicaciones sobre la indumentaria de los personajes, los platillos que comen y los lugares donde se desarrollan las escenas son una preocupación del escritor para evidenciar el contraste que realiza con sus pasajes mágicos.
Estos aspectos se refuerzan con la aparición de clásicos literarios y musicales, además de los relatos eróticos que Murakami, con mucha sutileza, utiliza para irrumpir la vida monótona de sus personajes.
Surrealismo
Probablemente es el elemento que más engancha a sus lectores. A pesar de que su novela más conocida en Latinoamérica (Tokio Blues) no entra en la categoría de realismo mágico, la mayoría de sus libros presentan personajes extravagantes, animales que pueden convertirse en profetas, puertas que pueden convertirse en pasajes a otras realidades y episodios oníricos que dan respuestas a las incertidumbres de los protagonistas.
"Escribo cosas raras, muy raras" reconoce Murakami en una entrevista al diario argentino La Nación, "pero soy una persona muy realista. No creo en nada New Age: el horóscopo, el tarot, los sueños. Solo hago ejercicio físico, como sano, escucho música y trabajo. Sin embargo, cuanto más serio me vuelvo en la vida real, más extrañas son las cosas que escribo". Muchos se atreven a llamarlo "el David Lynch de las letras".
Finales abiertos
Este es el aspecto que separa a los amantes de Murakami con sus detractores. Muchos no soportan devorarse un libro de más de mil páginas sin un final concreto, pero otros aman la libertad que permite el japonés de amarrar el término del libro según su opinión personal.