Una gran polémica se ha desatado en el medio literario hispanoamericano luego de que el Instituto Nicaragüense de Cultura (INC) prohibió la publicación de un prólogo del novelista Sergio Ramírez para una antología de poemas que el diario español El País tenía previsto editar en mayo del 2009.
El reconocido escritor y exvicepresidente durante el primer gobierno sandinista calificó el hecho como un acto oficial de censura del Gobierno de Nicaragua.
El texto vetado a petición del INC es un prólogo que Ramírez escribió para una antología de poemas del también nicaragüense Carlos Martínez Rivas que El País publicaría como parte de una colección dedicada a los grandes poetas en lengua española del siglo XX.
Según dijo Ramírez a La Nación el director de la colección, el escritor José Manuel Caballero Bonald, le solicitó escribir el prólogo por encargo del periódico español.
El autor afirmó que su texto, Horno al rojo vivo , fue recibido con muestras de admiración por parte de los representantes del diario.
Ramírez se encontraba en Guadalajara, México, participando en la Feria Internacional del Libro cuando recibió la noticia del veto.
“Este es un acto de venganza política. Se trata de un texto literario, sobre un poeta extraordinario que fue mi amigo. Y, aunque se hubiera tratado de un escrito político, que no lo es, tampoco tendrían ningún derecho a censurarlo”, comentó Ramírez, quien obtuvo el Premio Alfaguara 1998.
Alegato. Según informaciones de agencias internacionales de noticias, el INC alegó tener los derechos sobre la obra de Martínez Rivas y condicionó la publicación de la antología poética en El País a que se excluyera el prólogo de Ramírez.
Consultado al respecto, Ramírez afirmó que el INC le dio argumentos “banales” para justificar la prohibición.
“Aseguran que Carlos Martínez Rivas había designado al escritor Pablo Centeno Gómez como el único que podía escribir sobre su obra. Pablo desmintió ese disparate hoy (ayer), según se publica en El País ”, subrayó Ramírez.
En su declaración, Centeno efectivamente niega que se le haya conferido tal responsabilidad: “Debe saberse que el gran poeta Carlos Martinez Rivas no designó, en vida, particularmente a nadie para que se ocupara del estudio y la publicación de su obra”.
Ramírez se encuentra de regreso en Nicaragua y aseguró a La Nación que no tomará medidas concretas contra el INC o contra el Gobierno nicaragüense, pues “lo que hay en Nicaragua es un estado de absoluta indefensión”.
El autor de Margarita está linda la mar no pone en duda que se trata de una venganza política por ser él uno de los más severos críticos del actual gobierno nicaragüense. “Fue una prohibición del matrimonio Ortega, ejecutado por burócratas del Instituto de Cultura”, dijo.
Ramírez fue vicepresidente del gobierno revolucionario del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) a inicios de los 1980, pero luego se distanció del líder de ese partido, Daniel Ortega, debido a profundas diferencias.
Solidarios. Un grupo de escritores latinoamericanos que asistió esta semana a la Feria Internacional del Libro en Guadalajara emitió un pronunciamiento de condena a la censura oficial.
“Ningún Gobierno puede arrogarse la potestad de vetar o prohibir la palabra de un escritor, y un acto semejante no puede calificarse sino de totalitario”, reza el documento. Entre los que emitieron la declaración figuran Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Fernando Savater, Tomas Eloy Martínez y Carlos Mosiváis.
El escritor costarricense Carlos Cortés se comunicó por correo electrónico con Ramírez y también firmó el documento de apoyo. “Es evidente que se trata de una venganza por la disidencia que ha mostrado Sergio contra el sandinismo oficial”, señaló Cortés.
La autora costarricense Tatiana Lobo calificó de “repudiable” la prohibición hecha por el INC.
“El gobierno de Daniel Ortega es siniestro. No les bastó con la persecución contra Ernesto Cardenal, sino que ahora quieren también acallar la voz crítica de Sergio Ramírez. Esto solo es posible en una dictatura”, expresó Lobo.