Para la soprano costarricense Íride Martínez, el personaje de la Reina de la Noche en la ópera La flauta mágica, de Wolfgang Amadeus Mozart, es fascinante: es reina, es madre, es una mujer astuta, siniestra y manipuladora. Se trata de un rol corto que exige mucho trabajo y mucha preparación porque alcanza agudos muy altos.
Ahora, esta cantante lírica de 59 años se prepara para interpretar a la Reina de la Noche, uno de los papeles en la ópera que le ha dado mayor fama alrededor el mundo, junto a sus interpretaciones de Gilda en la ópera Rigoletto y Pamina, también en La flauta mágica. En julio, apenas termine el semestre en las dos universidades donde da clases en Alemania, ella correrá a Costa Rica para unirse a la producción de La flauta mágica que ofrecerá cuatro funciones en el Teatro Nacional.
“La música es simplemente preciosa y ya era hora de hacer este espectáculo en Costa Rica. Me encanta que todo el elenco sea costarricense con las posibilidades que tienen los cantantes costarricenses y espero que el público nacional acepte que estos son sus cantantes, que no tienen que ser estrellas. Son nuestros cantantes, nuestra gente”, afirmó Martínez, vía telefónica, en una corta estancia en Costa Rica que aprovechó para pasear con sus papás.
Hacer este papel Costa Rica será muy lindo para ella, pero requerirá de muchos sacrificios personales y familiares. “Ya advertí a toda mi familia y a todos mis amigos que cantan en el coro: no me tomen por antipática, pero para cantar ese rol, yo no puedo hablar con nadie. O sea, estaré tres semanas en que no tomaré alcohol, no saldré de noche, no viviré con mi familia y estaré en completo silencio todo el día”, explicó la cantante, que ha brillado en la Ópera de Colonia, La Scala de Milán y la Royal Opera House de Londres.
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Asimismo, no puede exponerse a una enfermedad, por lo que va a usar mascarilla siempre que pueda. “Eso es así porque (la Reina de la Noche) es una parte tan terriblemente límite, es el límite de las posibilidades vocales, y cualquier cosa puede interferir en el buen funcionamiento. Entonces, eso es lo que me toca. Son muchos sacrificios. No es simplemente que uno va, canta la parte y ya”.
Aparte de esos cuidados y sacrificios, tendrá que estudiar y practicar mucho, incluso para un rol que ya conoce bien. Es decir, es un trabajo que la costarricense no se toma a la ligera y asume con enorme profesionalismo y seriedad.
Acerca de este trabajo, su voz y si está cerca el adiós a los escenarios, conversamos con la más internacional de nuestras cantantes líricas:
¿Cómo está la voz de una soprano de casi 60 años para asumir este papel que, sin duda, ha cambiado mucho desde la primera vez que lo asumió a los 45?
–He sido bastante rigurosa con mi voz. Nunca me he metido a cantar cosas que no son de mi repertorio, me he mantenido siempre como soprano de coloratura desde que empecé. Lo único que hice fue en unas tres funciones de una producción de Turandot, en esa canté la Liú, que es un rol relativamente light para una soprano lírica porque es corto y era en el teatro de la Ópera de Colonia, que era mi teatro, y no me producía mayor estrés. Lo pude hacer bien.
”Dentro de todo, mi voz conserva una cierta frescura, por así decirlo. Yo no tengo problemas musculares. Cierto que la voz suena más madura y tendré que practicar hasta que salga; es una cuestión de práctica, es una cuestión de estudio. Cierto es que la flexibilidad de los músculos que uno tiene cuando tiene con 30 años es diferente a la que tiene con 45 años y muy diferente a la que tiene con 60 años, pero eso no quiere decir que no nos respondan. Yo hago ejercicios funcionales cuatro veces por semana y conservo mi flexibilidad; me puedo levantar del suelo sin las manos, por decirte algo. Seguramente, no podría tener todas estas capacidades físicas si no me moviera. Lo mismo es la voz: tengo que estudiar mucho, tengo practicar mucho.
“Hay una expresión muy linda que decimos nosotros los cantantes de ópera: ‘Tengo que aceitar mi voz’. Entonces, estoy aceitando mi voz. En realidad, no tengo ningún problema. Soy profesora en Múnich y en Núremberg, y tengo muchas sopranos de coloratura como alumnas y yo les canto las notas a las 9 de la mañana si tengo que dar clases. Yo las notas las tengo y sé técnicamente qué es lo que mi cuerpo tiene que hacer para producir esos agudos, es simplemente que tengo que entrar en training…”.
¿Cuántas veces has hecho ese papel?
–Ay, ya no sé. Lo he hecho en 8 o 9 producciones y, de cada una, uf, cuarenta funciones, no sé. Son muchas. Es interesante porque el primer rol que canté muchísimo fue Gilda en Rigoletto y también Pamina. La Reina de la noche llegó en la última parte de mi carrera y curiosamente fue una de las partes que más canté. Superó en número a la cantidad de Gildas o Paminas que hice.
Veo que seguís asumiendo los papeles con el mismo rigor que te ha caracterizado...
–Es que no hay otra posibilidad. Eso también se lo quiero decir a los cantantes: no hay otra posibilidad. Los cantantes jóvenes de este país piensan que es mucho más fácil de lo que es. Es muy difícil. Esa rigurosidad con la que hago mi trabajo profesional no es una cosa fuera de lo normal. Esa rigurosidad no es solo mía, es de todos los cantantes que se mueven a nivel profesional internacionalmente. En un papel, en una actuación, uno nunca deja nada a la casualidad. Nada. Todo está perfectamente estudiado y perfectamente calculado. No hay una sola cosa ni vestuario, ni de actuación, ni sonido ni musicalidad, ni trabajo con el director... Esa rigurosidad es parte de nuestra profesión. El que piensa que no es así, está equivocado.
“El cantante profesional sabe que se tiene que concentrar antes de entrar al escenario y que de eso depende su buena presentación”.
¿Qué significa volver a cantar en Costa Rica?
–Canté hace seis meses en ese espectáculo de Francis Poulenc. Es mi público, es mi tierra. Ahora es más bulla, por supuesto, porque es una producción completa. Estoy muy contenta de cantar aquí con el papel que quizá me hizo más famosa en el mundo.
“Cantarlo aquí será muy lindo porque, bueno, por ejemplo, mis papás nunca me han oído cantar la Reina de la Noche. Será la primera vez que me van a oír. Para mí, es un gran orgullo”.
¿Estás pensando en el adiós de los escenarios?
–No. Es la última vez, quizás, que voy a cantar la Reina de la Noche, porque no creo poder cantarlo a los 65 años. Ya este rol, en esta característica, no lo voy a poder hacer o será una de las últimas veces que lo hago. Yo sigo en los escenarios; por eso te decía, estoy en un momento en que estoy buscando otro tipo de espectáculos y estoy en una investigación artística de otras maneras de expresarme, otras maneras de expresión lírica.
“Estoy investigando nuevas formas de representar, nuevas formas de espectáculos, nuevas formas de hacer mi arte. Quiero seguir adelante, buscar nuevas maneras de expresarme y de hacerlo llegar a una mayor cantidad de público”.
¿Qué se sabe de La flauta mágica en Costa Rica?
Del 21 al 28 de julio del 2024 se presentará la ópera La flauta mágica, de Wolfgang Amadeus Mozart con libreto del alemán Emanuel Schikaneder, en el Teatro Nacional. Es el primer gran montaje operístico de la Compañía Lírica Nacional desde el 2019 y contará con la dirección musical de Walter Morales y la dirección escénica de Dan Rigazzi.
Otros de los cantantes en este trabajo son José Daniel Hernández, William Davenport, Nancy Varela, Sofía Corrales, José Arturo Chacón, Alejandro Cardona, Keren Padilla, Stephanie Toruño, José Gabriel Morera, Giancarlo Rodríguez, Bryan Hernández, Ivette Ortiz, Marcela Alfaro Dama y Andrés Sojo, entre otros.
Esta ópera, estrenada en Viena (Austria) en 1791, cuenta las aventuras del Tamino, un joven príncipe al que la malvada Reina de la Noche le encarga rescatar a su hija Pamina, quien se encuentra en los dominios del rey Sarastro. Con la ayuda de una flauta y campanas encantadas que los protegen de las adversidades, Tamino y su compañero, el cazador Papageno, logran llegar donde el sabio Sarastro. Tamino le pide la mano de Pamina y el rey le pone como condición el superar tres pruebas. Tamino logra triunfar, así como la luz sobre la oscuridad.
El Ministerio de Cultura y Juventud detalló que en las próximas semanas dará los detalles de los precios de los boletos y otros aspectos del montaje.