Ni Jesús ni sus apóstoles visten con túnicas y sandalias. Hay teléfonos celulares. Hay mucho rock. Hay danza ecléctica. Poncio Pilato luce un traje oficial de cuero. María Magdalena cumple el papel de confortadora en los momentos en que el Mesías duda y sufre más allá de su divinidad. Judas, por su parte, tiene cuestionamientos políticos y revolucionarios que lo hacen decepcionarse de su maestro.
La pasión y muerte de Jesús es, sin duda, uno de los relatos más contados de la historia de la humanidad. Tenemos en la mente una imagen del hijo de Dios muy marcada, así como de los personajes que lo acompañaron y fueron determinantes en el cumplimiento de su misión. Sin embargo, la versión tica de la afamada obra musical Jesucristo Superestrella, que a partir de este jueves 2 de marzo se puede ver en el teatro Melico Salazar, está montada a partir de una perspectiva moderna y contemporánea.
Esta ópera rock, que llegó a las tablas de Broadway en 1971 y que le ha dado la vuelta al mundo con diferentes adaptaciones y traducciones a otros idiomas -tanto en la televisión y como en el cine-, es producida en nuestro país por Luciérnaga Producciones (West Side Story y Chicago).
El montaje cuenta con la actuación de Mario Maisonnave en el papel de Jesús, Ed Quesada como Judas y la actriz y cantante Jimena Muñoz como Magdalena. A ellos se les suman en el elenco Jorge Chicas como el Rey Herodes, Davis Nuñez (La Matraca, Tu cara me suena) como Pedro, Erick Córdoba como Poncio Pilato, Gabriel Morera como Caifás y Johnny Howell como Anás.
Además, una banda de músicos espectacular -dirigida por Bernardo Quesada- y un grupo de bailarines y cantantes llenan de energía la puesta en escena.
En Jesucristo Superestrella cada instante, cada artista, cada nota musical envuelve al espectador y no lo deja de sorprender ni un minuto.
El escenario es interactivo y sorprendente. Hasta el más mínimo detalle es importante para el desarrollo de la historia. Todo está muy bien pensado. La representación de pasajes bíblicos con una perspectiva moderna impresiona: hay que poner atención a la escena de la expulsión de los mercaderes del templo y cómo la imagen de la Última Cena salta de manera inesperada ante los ojos del público.
Y así, una a una, desde una visión muy particular, cada secuencia lleva al espectador por un viaje de danza, teatro y canto que relata la historia más grande de todos los tiempos.
El montaje estará disponible hasta el viernes 10 de marzo, en funciones de jueves, viernes, sábado y domingo. Las entradas están a la venta en el sitio https://boleteria.teatromelico.go.cr/. Los precios y localidades son: ¢19.000 (galería), ¢25.000 (tercer piso), ¢31.000 (segundo piso), ¢36.000 (luneta general), ¢41.000 (luneta preferencial) y ¢48.000 (luneta VIP).