Redacción
Cuando los amantes de los libros discuten sobre el Premio Nobel de Literatura, no pasan muchos minutos antes de discutir las grandes omisiones del galardón. Entre muchos grandes autores dejados de lado por la Academia Sueca, Jorge Luis Borges es uno de los más notorios. Lo que no sabíamos hasta ahora es que estuvo muy cerca de ganarlo en 1965.
El premio literario más respetado del mundo, otorgado por la Academia Sueca, es conocido por la extrema discreción con la que se decide. Sin embargo, 50 años después de las decisiones, se revelan los nominados por diferentes instituciones y académicos y las decisiones del jurado.
Ahora sabemos que el premio otorgado a Mijaíl Shólojov, autor de la monumental novela El Don apacible, pudo haber quedado en manos de Borges, Vladimir Nabokov o W. H. Auden.
Como recuerda Electric Literature, el premio a Shólojov fue controversial incluso entonces. El autor, quien apoyaba al gobierno soviético, había criticado el premio de 1958 a Boris Pasternak.
Aquel poeta ruso, autor de Doctor Zhivago y crítico del sistema soviético, fue obligado por el gobierno de su país a renunciar al galardón. Aún más, Shólojov había sido acusado de plagiar partes de su gran novela.
Los premios para soviéticos y rusos siempre han sido controversiales. Pocos años después, en 1970, el Nobel fue para Aleksandr Solzhenitsyn, quien había destapado los crímenes de los campos de trabajos forzosos soviéticos en El Archipiélago Gulag y Un día en la vida de Iván Denisóvich.
En el 2015, resugieron debates similares por el premio para la periodista bielorrusa Svetlana Alexiévich, ácida crítica de los gobiernos ruso y bielorruso.
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Por ello, contar con la lista compilada por la Academia Sueca en 1965 resulta tan interesante. Sabemos ahora que el autor de Lolita, Nabokov, y Borges pudieron haber ganado el premio ese año. También consideraron al cubano Alejo Carpentier (El reino de este mundo, El siglo de las luces), al filósofo alemán Theodor W. Adorno, y al poeta inglés W. H. Auden.
Aparecen en la lista otros autores que eventualmente serían nobelizados, como el japonés Yasunari Kawabata y el chileno Pablo Neruda.
Borges bromeaba con el tema. Su influencia internacional fue tan grande que siempre se especuló en torno a las razones por las que el Nobel no reconocía su literatura –especialmente, por su aparente apoyo a los regímenes derechistas de Sudamérica–. El autor de Ficciones decía que era "tradición" de los suecos no darle el premio.