“Quien crea que tiene la fórmula mágica para vender libros, está equivocado. No hay fórmulas mágicas para vender libros”.
Con estas palabras, la escritora y periodista española Julia Navarro expresó su descontento con quienes escriben “para vender”.
“Es una falta de respeto tratar a los lectores como si fueran niños pequeños. Yo no pienso en los lectores cuando escribo; yo pienso en la historia. Pienso en los lectores hasta que el libro llega a las librerías. Ahí es cuando me enfrento a su parecer y me entero de si les gusta. Uno no puede hacerlo al revés. No hay nunca un gusto único. Los lectores y sus gustos cambian”, explica Navarro, quien ha vendido millones de ejemplares de sus obras.
“No hay lectores homogéneos. Todos son diferentes y exigentes, y hacen bien en serlo”, agrega.
Navarro estuvo ayer de visita en el país para presentar en la librería Internacional de Multiplaza Escazú su libro Dispara, yo ya estoy muerto.
La novela versa sobre la historia de dos familias (una judía y otra palestina) que persiguen sus sueños y luchan por sobreponerse a su destino. Fue publicada en el 2013 y ha sido traducida al portugués, inglés, italiano y, próximamente, al danés y polaco, entre otros.
Consejos para escribir. Navarro motiva a otros a intentarlo. Además de leer mucho, ella da otros tres consejos: Tener algo que decir, nunca darse por vencido y hacer uso de las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías.
“Lo primero, que es vital, es que de verdad tengan una buena historia que contar. No banalidades. Segundo, no hay que rendirse nunca. Si las editoriales no les quieren publicar su historia, entonces, que se autoediten en Internet. Fíjense que Internet es un buen escaparate al mundo. Hay editoriales importantes rastreando el talento en la web”, concluyó.