Para la artista costarricense Karla Solano, su propio cuerpo es el vehículo para comunicar al público sus más íntimos sentimientos.
En la exposición
La exhibición reúne 11 obras entre fotografías, instalaciones fotográficas y videos en los que Solano desnuda su cuerpo y su alma.
“Mi intención es lograr un acercamiento intimista y transparente con el espectador para contarle mi historia y lo que han sido estos 39 años de mi vida”, explicó Solano.
El cuerpo, reflexiona la artista, es como un mapa en donde queda registrado el tiempo o como una bitácora que recopila todos las vivencias, dulces y amargas.
Es por eso que en muchas de las obras la artista realiza acercamientos casi microscópicos a la piel, los ojos, la boca, las manos, para descubrir esos paisajes corporales que generalmente pasan inadvertidos. “La sociedad moderna y en especial las mujeres están obsesionadas con la perfección. Para mí, las arrugas, la flacidez, las cicatrices, las manchas, son huellas que dejan las diferentes experiencias”, dijo.
En la fotografía “Refugio”, la artista se muestra desnuda y acostada en posición fetal, como buscando la protección que brinda el útero materno. Su imagen se refleja en un gran recipiente con agua, colocado en el suelo, y crea sensaciones diversas. “Mimetismo” es una foto instalación gigante que recibe al espectador en la puerta de entrada al MADC y puede ser intimidante o más bien atrayente.
“Me interesa que el público se involucre con las obras, que se deje llevar pues están hechas para desarrollar ese vínculo de comunicación”, declaró la artista.
Según opinó la curadora del MADC María José Chavarría, más que un tema, la desnudez se presenta “como recurso para explorar el detalle, rescatar el gesto, el instante; para reflexionar sobre la existencia misma”.
La muestra