Los fonemas básicos del futbol son “¡Goool!” y “¡Huuuy!”, y no deben perderse ante la posteridad, que ya viene. A la tarea de preservar voces populares –y muchas cosas más– se dedica el Sistema Nacional de Bibliotecas (SINABI), cuidadora del papel impreso, y de ese otro papel –universal y etéreo– que es la Internet. Las voces y los sonidos de nuestro país son parte del acervo que la fonoteca del SINABI retiene en grabaciones para que todos podamos oírlas y vibrar de alegría o de nostalgia.
La fonoteca es solo un ejemplo de la voluntad que el SINABI tiene de mantenerse al día con los medios informáticos. Su portal ocupa el décimo lugar entre los mejores creados en Costa Rica, según una reciente elección del INCAE.
El Sistema es el organismo público que integra todas las bibliotecas estatales del país.
El SINABI está de fiesta larga pues la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano ha cumplido 125 años: se creó el 13 de octubre de 1888 con los libros heredados de la Universidad de Santo Tomás.
A la mano. La joya de la corona del SINABI es su portal de Internet, inaugurado el 23 de abril del 2009. El portal da acceso a muchos servicios (como la consulta de los catálogos) y a miles de documentos digitalizados, explica Olga Rodríguez Chaves, directora del SINABI.
El catálogo puesto en Internet permite averiguar si el SINABI posee un determinado libro y en cuál biblioteca puede consultarse.
“Ya se han procesado todos los documentos, los periódicos y los libros costarricenses del siglo XIX, y hacemos lo propio con las publicaciones de inicios del siglo XX”, precisa Laura Rodríguez Amador, encargada del portal electrónico.
La biblioteca digital incluye solo materiales de Costa Rica: 79.000 productos, entre documentos, libros, fotos, dibujos, videos, mapas, partituras, canciones...
La mayoría de los materiales son de dominio público. Se digitalizan también libros recientes cuando los autores lo permiten; así, por ejemplos, hay obras de los historiadores Clotilde Obregón , Patricia Vega e Iván Molina.
“Tratamos de ofrecer imágenes de los documentos nacionales más antiguos, y también de los que están deteriorados”, manifiesta Yamileth Solano Navarro, directora de la Biblioteca Nacional.
Mediante cursos dados en todas sus bibliotecas, el SINABI ayuda también a minimizar la “brecha digital”: el desconocimiento de la informática en muchas personas.
Voces múltiples. El portal ha recibido consultas desde más de 145 países en sus cuatro años de existencia, y sus páginas se han visitado más de 3,6 millones de veces. El SINABI también está presente en Facebook y en Twiter.
“Tenemos una fonoteca virtual integrada por grabaciones de gran parte de la música que se ha producido en Costa Rica. Respondemos así al llamado de la UNESCO para que todos los países graben su patrimonio musical”, detalla Olga Rodríguez.
Gracias a la difusión dada por el portal del SINABI, se tocaron composiciones costarricenses en un festival de música en Francia, y se habló de Emilia Prieto en un programa radiofónico de la Argentina, recuerda Laura Rodríguez.
“Invocamos a los compositores y a los intérpretes de todo el país para que nos envíen sus grabaciones”, añade Yamileth Solano.
Uno de los proyectos consiste en registrar imágenes y voces de personajes de la cultura mientras leen o interpretan sus obras.
“También deseamos grabar sonidos: gritos de gol en un estadio, ventas de lotería, cantos de aves, el rodar de unas carretas, y acompañar todo con fotografías”, anuncia la directora del SINABI.
Hoy, en el sótano de la Biblioteca Nacional se ofrece una exposición de fotos y libros dedicada a la historiadora Clotilde Obregón Quesada, quien dirigió esa institución.
Para todos. Cuando hay que levantar el hábito de la lectura, el SINABI no se cruza de brazos pues lo fomenta en los niños, los jóvenes y los adultos. El programa Soy bebé y me gusta leer se destina a niños de cero a cinco años. Los padres llevan a sus hijos, durante por lo menos una hora cada semana, a una biblioteca. Allí se consultan libros infantiles y se los presta a domicilio.
A los escolares se los atiende con otro programa: Arco iris de lectura. Con ¡Pura vida!: los jóvenes a leer se trabaja con personas de entre 13 y 20 años. Otros programas sirven a gente mayor. A su vez, el vehículo Viajemos con la lectura visita muchas comunidades.
“Los niños ya habituados a las bibliotecas lloran si no los llevan; y los padres, que no leían, comienzan a hacerlo”, dice Olga Rodríguez y agrega: “La lectura hace que las personas estén más informadas, sean más responsables y se animen a participar en la vida de sus comunidades”.
Entre las voces espontáneas de la gente y el silencio amistoso de los libros, la Biblioteca Nacional aprovecha el tiempo: solamente 125 años le ha tomado el continuar siendo joven.
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La casa grande. La Biblioteca Nacional se ubica en el costado norte del Parque Nacional, en San José. Horario de atención: de lunes a viernes de 8 a. m. a 6 p. m. Teléfono 2221-2436.
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Secretos poco guardados
"¿Qué es Costa-rica? Es un estado llamado a ser feliz por su naturaleza y el más desgraciado por su administración’, afirma un libro: Documentos para escribir la historia de la revolución de Costa-rica que estalló en fin de septiembre del año de 1835, impreso en 1836.
Ese es un libro que se mete en política; mejor dicho, que nunca sale de ella, y es uno de los más antiguos residentes en la Biblioteca Nacional. También figuran ediciones latinas del siglo XVII, de autores como Suetonio, y una impresión facsímil de Don Quijote de 1605.
Entre las colecciones de revistas aparecen emblemáticas, como el Mentor Costarricense, creado en 1842 por José María Castro Madriz, y revistas de humor vítreo e ilustrado, como De Todos Colores (1904-1910), especialidad de la asesora Ana Cecilia Sánchez Molina.
Aquí, en el sótano, están las ‘joyas’ de la Biblioteca Nacional, pero muchas ya son de acceso público mediante su colocación en el portal del SINABI. Es el caso de la Relación de los negocios despachados por el Gobierno Supremo , que podría considerarse el primer periódico del país (1831-1835).
‘Muchos intelectuales nos asesoran en la clasificación y la exhibición de los materiales’, informa Yamileth Solano, directora de la Biblioteca Nacional.
Cerca de los ‘estantes históricos’ se abren los talleres de restauración de textos antiguos, o los que sufrieron -Borges dixit- ‘el ultraje del tiempo’. Allí, libros veteranos recuperan la ilusión de ser jóvenes mientras sus autores son eternos.
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Grandes ofertas
El portal del SINABI ofrece:
Acceso a los catálogos de sus bibliotecas.
Más de 84.000 ediciones de periódicos del siglo XIX y principios del XX.
530 libros y artículos de historia, legislación, literatura, ciencias, etc.
Más de 1.000 números de revistas literarias, científicas e infantiles (siglo XIX y principios del XX).
22 colecciones de fotos.
Historia del humor gráfico en Costa Rica.
Mapas históricos.
Partituras. Fonoteca con 623 fragmentos de obras musicales.
Lecturas recomendadas por el MEP en formato de libro electrónico.
Diccionario biográfico.
Exhibiciones sobre los tesoros bibliográficos de la Biblioteca Nacional.