De todas las sombras que pueden acechar en una casa, hay una que casi se podría afirmar con certeza que no falta: la culpa. Así lo deja claro el más reciente libro del escritor, editor y profesor Gustavo Solórzano-Alfaro, titulado justamente así: La Culpa.
Su poemario atraviesa, de forma personalísima, postales sobre el paso del tiempo, la memoria y las idas y venidas en las relaciones familiares. Lo hace, nada menos, que por medio de una gran elegía que construye este libro recién publicado en noviembre del 2023 por la editorial chilena Nadar Ediciones. A Costa Rica, de hecho, llegó un tiraje que se ha agotado en tan solo unas semanas.
En ese marco, Solórzano-Alfaro comparte sobre cómo las historias sobre el dolor conectan de forma inevitable y cómo deja partir sus sentimientos para que otros también se apropien de sus versos.
El camino de La Culpa
“Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa”. Así dicta el Yo confieso, una oración cristiana que resonó desde la infancia del autor hasta el momento de sentarse a pensar en este poemario.
Solórzano cuenta que, ese halo religioso, fue el detonador de la escritura de este libro.
“Mi mamá es increíblemente católica, reza todos los días y por muchos años fue ministra de la comunión. Mi papá era caballero del Santo Sepulcro, mi hermana mayor es monja y uno de mis hermanos estuvo en el Seminario y casi se hace sacerdote. ¡La religión siempre ha estado presente en mi familia!”, cuenta.
Precisamente, el eco de la poesía que se encuentra en distintas oraciones y versículos bíblicos acaba siendo un referente estilístico de su libro. En La Culpa, los poemas se extienden como grandes elegías religiosas, como en La mansión de los justos, una de las mejores piezas (a criterio de este periodista) en el libro. Allí, Solórzano juega con un versículo del libro de Proverbios y lo subvierte adaptándolo a su propia historia de vida.
Lo mismo hace en otro poema titulado Job, donde utiliza la referencia a este profeta para hacer paralelismos entre el texto sagrado y los obstáculos de la vida contemporánea.
“Por supuesto, creo que la Biblia exuda poesía. Es innegable. Es algo que ha inspirado a la humanidad desde tiempos lejanos. Hablar de sentimientos tan íntimos e, incluso, primitivos, como lo es la culpa, adquiere un refuerzo al usar esa imaginería y esa manera de narrar y escribir versos”, explica el escritor.
Naturalmente, Solórzano no se queda con ese ligamen bíblico de una forma simplista. En su escritura juega y se divierte también, como en el poema Black Hole Sun, el cual es una relectura de unos versículos del libro del Eclesiastés mezclado con referencias al tema homónimo de rock de la banda Soundgarden.
“Es algo así como traer las preocupaciones que han acompañado siempre a los seres humanos, como el remordimiento y la mirada hacia el pasado, pero recordando que todo esto aplica al presente que vivimos; la humanidad sigue, pero tenemos sentimientos que nunca cambian’, añade el escritor.
El compromiso de lo privado
La Culpa está dedicado a una persona especial en la vida de Solórzano-Alfaro: su madre.
Ella es la raíz que permite abordar toda su vida y reflexionar sobre la nostalgia, el sabor del ayer y los reencuentros emocionales.
“Por eso, no fue un libro sencillo de lanzar”, asegura el escritor. “Mi madre está viva, este mes cumple 93 años. No está muy bien de salud, lleva años afectada, pero quería escribir este libro que habla también sobre nosotros”, cuenta Solórzano.
Para él, el conflicto era evidente: ¿qué pensaría su familia? ¿Cómo reaccionarían sus seres queridos ante lo narrado? “Probablemente mi madre no lo pueda leer debido a su situación actual de salud, pero siempre hay una preocupación por lo que pueda pensar el resto de la familia”, agrega.
Sin embargo, el autor aclara que este no es un libro que ventile secretos familiares (”trapos sucios”, como él mismo dice), sino que trata sobre sentimientos con los que cualquier persona puede identificarse.
“No espero que el lector reconozca las situaciones de mi vida, sino las cosas que se asemejan en todas las familias. El arte permite hablar de lo privado, dejando siempre las puertas semiabiertas”, explica.
Por ello, el escritor recalca una y otra vez que es un libro reflexivo. Pasaron siete años de escritura ‘orgánica’, como él mismo lo describe, sin disciplina para escribir a diario, sino dejándose llevar por la inspiración del momento.
“Lo que descubrí al final fue el germen de algo íntimo, pero a la vez muy universal. Espero que el lector se encuentre en sus páginas y le ayude a sentir, sin moralinas ni lecciones, los sentimientos propios que implica ser parte de una familia”, concluye.
Sobre el libro
La Culpa se distribuyó en Costa Rica en Samoa Libros, La Librería Andante y Libros Duluoz, pero su tiraje exclusivo limitado se agotó.
El poemario se lanzará en Santiago de Chile en diciembre y se puede adquirir a través del sello en el sitio web nadarediciones.cl. Se espera que pronto pueda importarse otro tiraje a Costa Rica.
Nadar Ediciones, que fue fundada en el 2014 en Chile, es un proyecto editorial que se enfoca en la publicación de literatura, artes y filosofía. Su director es Diego Mellado, quien forma parte de Editorial Eleuterio, la cual ha publicado, entre otras obras, libros del historiador costarricense Rodrigo Quesada, en coedición con la Editorial de la Universidad Nacional.